Amistad recelosa

Los fil¨®sofos Martin Heidegger (1889-1976) y Karl Jaspers (1883-1969) se conocieron a comienzos de los a?os veinte en Friburgo, con ocasi¨®n del cumplea?os de su maestro com¨²n Edmund Husserl. Jaspers impart¨ªa clases en Heidelberg, mientras que por aquel entonces Heidegger se hallaba en Marburgo. Ambos eran "j¨®venes promesas" de la filosof¨ªa alemana; a su modo, entend¨ªan que la universidad estaba en crisis y que hab¨ªa que sacarla de su anquilosamiento. Trabaron amistad e iniciaron una correspondencia fund¨¢ndose en la esperanza de que unir¨ªan sus fuerzas en la tarea de la renovaci¨®n espiritual del ¨¢mbito acad¨¦mico alem¨¢n. Sin embargo, las diferencias entre ellos fueron evidentes desde el principio, aunque ambos procuraron ba?arlas con un barniz de cordialidad.

Cuando en 1927 Heidegger public¨® su intrincado Ser y tiempo, Jaspers se mostr¨® perplejo: le resultaba imposible entender semejante lenguaje. En cuanto al primero, jam¨¢s entraba a fondo en el debate de las obras que le enviaba su amigo, que acaso le parec¨ªan demasiado superficiales al no incidir de lleno en el "problema esencial", que para ¨¦l lo constitu¨ªa el ser en general y su ausencia en el ¨¢mbito de "lo ente".

La actitud de Heidegger respecto al r¨¦gimen hitleriano -el fil¨®sofo acept¨® alborozado el cargo de rector de la Universidad de Friburgo en 1933, desempe?ando el papel de un peque?o "F¨¹hrer universitario"- lo alej¨® de Jaspers. ?ste, casado con una mujer jud¨ªa y contrario a los nazis, pas¨® varios a?os en peligro de muerte hasta que pudo exiliarse a Suiza. Se rumoreaba que Heidegger dej¨® de tratarlo principalmente a causa de la ascendencia "impura" de su esposa. Desde 1936 hasta 1949 s¨®lo hubo silencio entre ambos. Luego, gracias a la mediaci¨®n de Hannah Arendt, antigua alumna de los dos fil¨®sofos y ex amante de Heidegger, volvieron a iniciar una t¨ªmida correspondencia en la que, a pesar del reencuentro, lo m¨¢s importante quedar¨ªa por decir.

La desconfianza por parte de Jaspers y la "verg¨¹enza" por la de Heidegger marcan esta segunda etapa de una relaci¨®n que jam¨¢s fue plenamente sincera ni profunda, sino m¨¢s bien forzada y superficial. Aunque las naturalezas de ambos eran retra¨ªdas, Heidegger parece adem¨¢s esquivo: la escasa o nula colaboraci¨®n que demostr¨® amordaz¨® la mejor disposici¨®n de Jaspers para encarar con ¨¦xito la dif¨ªcil tarea del conocimiento mutuo.

El volumen, muy bien traducido a partir de la estupenda edici¨®n alemana de la editorial Piper, ser¨¢ de enorme inter¨¦s para quienes deseen indagar en la biograf¨ªa personal de estos dos genios del siglo XX, pero de escasa o nula utilidad para cuantos esperen hallar un productivo intercambio de pensamientos nacido de la calidez humana y de la espontaneidad intelectual, tal como cabr¨ªa esperarse de dos amigos harto inteligentes que se contemplasen el uno al otro sin el velo ofuscador del recelo.