El sabor de lo s¨®rdido

Vivir una prolongada relaci¨®n sentimental y sexual con un hombre maduro y casado puede ser muy excitante para una joven, y tambi¨¦n muy peligroso. El adulterio lleva aparejado una alta posibilidad de violencia, y no s¨®lo en las sociedades atrasadas que encarcelan o lapidan a sus protagonistas. En las permisivas sociedades occidentales, el adulterio -la mayor mentira y la humillaci¨®n m¨¢s injustificable que se pueden infligir a una pareja- despierta en sus v¨ªctimas poderosos sentimientos de venganza, que en ocasiones desembocan en el crimen.

Kate, la protagonista de Un

libro para ni?os basado en un crimen real, lo descubrir¨¢ en el aparentemente pl¨¢cido pueblo de Tasmania en cuya escuela trabaja como maestra. All¨ª muri¨® asesinada, a?os atr¨¢s, otra joven soltera que sosten¨ªa relaciones secretas con un individuo casado; all¨ª vive la propia Kate una aventura con el padre de uno de sus alumnos, que no tardar¨¢ en nublarse de amenazas y terrores.

De Australia nos llega esta novela tan negra como compleja, inteligente y perturbadora, una novela que se lee febrilmente y deja huella. Chloe Hooper, su autora, es una debutante que camina con paso firme y propio por la senda abierta por Patricia Highsmith. Su Australia es extremadamente dura. Se fund¨® como una colonia penitenciaria y a partir del exterminio de los abor¨ªgenes, y vive hoy en una permanente matanza de los restos de su fauna y combinando el puritanismo social anglosaj¨®n con clandestinos y escabrosos comportamientos individuales. Si la mente de Hooper es ins¨®litamente madura al explorar las almas de ni?os y adultos, su pluma es rica, tensa y poderosa en las descripciones y di¨¢logos. Adem¨¢s, la australiana enhebra en la trama principal de la novela una f¨¢bula para ni?os, en la que los animales investigan el asesinato ocurrido a?os atr¨¢s en el pueblo de Tasmania. El truco es arriesgado, pero funciona. Las dos narraciones se simultanean y complementan con naturalidad.

Al final, Kate se da cuenta

de que los adultos obligan a los ni?os a crecer renunciando formalmente a una maldad que ellos conservan disimuladamente, y que muchos liberan a trav¨¦s del ego¨ªsmo, la traici¨®n, la mentira, la cobard¨ªa y hasta el asesinato. Kate lo vive en su propia piel, a trav¨¦s de su relaci¨®n con el marido ad¨²ltero, que, como casi todas las de este tipo, hace da?o a todos los implicados, verdugos y v¨ªctimas, y de la que, al final, s¨®lo queda el amargo sabor de lo est¨²pido, lo s¨®rdido y lo peligroso. Y una noche ser¨¢ empujada violentamente por su amante y tendr¨¢ que decir: "Me qued¨¦ tirada en el suelo".