En memoria de un viaje

Brasil. Dice el himno del pa¨ªs: "Gigante por la propia naturaleza, / es bello, es fuerte; imp¨¢vido coloso, / y tu futuro refleja esa grandeza". Imp¨¢vido coloso, as¨ª titula Daniel Samper Pizano su primera novela, no su primer libro, pues es abundante y diversa la obra de este reconocido periodista colombiano (Bogot¨¢, 1945). Ensayo, cr¨®nicas y, sobre todo, libros de humor, un estado de ¨¢nimo que arropa la mayor parte de sus escritos. Aqu¨ª tambi¨¦n, entre las p¨¢ginas de esta novela. En Imp¨¢vido coloso, Samper propone un viaje por Brasil y lo rubrica con una ruta por distintas estaciones con el fin de que tecn¨®cratas de discurso hueco y grandilocuente verifiquen el "milagro brasile?o". Estamos en los inicios de la d¨¦cada de los setenta (siglo pasado), y un grupo de periodistas de distintas nacionalidades pasear¨¢n sus miradas por el falso fulgor de Brasil, y ser¨¢ Carmelo Camacho, personaje protagonista, quien, convencido de estar en una burbuja, pondr¨¢ al lector en el centro de una figura geom¨¦trica de afiladas puntas. Y lo llevar¨¢ desde S?o Paulo hasta R¨ªo por el camino m¨¢s largo. En medio, Brasilia, Salvador de Bah¨ªa, Manaus, y Recife, entre otros lugares. Camacho, el se?or Camacho, es un periodista asentado en una arrogante madurez y un escepticismo educado, alguien que cree estar a salvo de amistades, discursos pol¨ªticos y amores.

Pero

Imp¨¢vido coloso

no

quiere ser s¨®lo la ir¨®nica cr¨®nica de aquel viaje (Samper hizo similar o parecido recorrido por aquella ¨¦poca), pues cuando uno anda ya maduro recupera memorias solapadas. "Todo esto lo vi antes, estoy seguro; y cr¨¦eme que s¨®lo tom¨¦ una caipirinha al almuerzo y no creo en la reencarnaci¨®n". Ir¨¢ el lector al Manaus de los setenta pero tambi¨¦n al Caquet¨¢ de la ni?ez del protagonista y en la tierra perdida de las petroqu¨ªmicas sonar¨¢ la m¨²sica de Chico Buarque: "T¨² va a pagar y es doblado / cada l¨¢grima rodada / en ese mi penar. / A pesar de ti / ma?ana va a ser otro d¨ªa"; o la poes¨ªa de Vinicius de Moraes y el sonido de Tom Jobim y su Garota de Ipanema. Quevedo quedar¨¢ para se?alar el espacio antesala del amor: "Vi que, amancillada, de anciana habitaci¨®n era despojos". Y persistir¨¢ siempre un aire socarr¨®n para hablar de la tierra, de la m¨²sica, del f¨²tbol y de la industria de Brasil, mientras el lector sigue esa atropellada y veloz conversaci¨®n que ha establecido con el autor, viajando con ¨¦l de ciudad en ciudad, de hotel en hotel. A la espera de ver qu¨¦ sucede en la pr¨®xima estaci¨®n.

Hay tambi¨¦n una historia de amor, pero no tiene fuste, cuanto menos esta lectora no ve tensi¨®n ni lee con gusto esos di¨¢logos simples y esos equ¨ªvocos y encuentros de cama entre periodistas. Esa burbuja de la que habla Camacho, el se?or Camacho, le resulta a quien lee, de nuevo esta lectora, poco cre¨ªble. El mejor Samper de Imp¨¢vido coloso es el que hace crecer a personajes como Finkelstein, el periodista argentino, o a Nicanor Jim¨¦nez, el mexicano que tuvo de superior a Murphy (el de la ley de tal nombre), el Samper que utiliza el humor sin aspavientos, el que hace posible que en el rid¨ªculo de una maleta abierta se esconda un asunto de dignidad.