Que trabaje Rita

Rita, en verano y con traje de chaqueta, arrasa. Mira que delante de mi casa de Madrid hay travestis tipo la jaquetona, que se presenta para gobernadora de California; pues nada, no se comen un rosco; en cambio, t¨² ves la esquina de Rita, y eso es un primor: Rita tiene cola. Cola de coches, me refiero, porque la cola de Rita, como ya cont¨¦ en otra ocasi¨®n, se qued¨® en la papelera de un quir¨®fano. Es un decir, dice Rita, a lo mejor la envasaron al vac¨ªo y la han utilizado a nivel donaci¨®n. A lo mejor hay un t¨ªo ahora mismo en alg¨²n lugar del planeta usando una polla que es la m¨ªa, dice Rita cuando se pone m¨ªstica; quiero ir a una vidente a ver si me la localiza, estar¨ªa m¨¢s tranquila si supiera que est¨¢ en buenas manos. Rita y yo tenemos qu¨ªmica. Somos amigas desde hace tres a?os. Antes de hablar con ella la hab¨ªa visto una vez: mi santo y yo est¨¢bamos paseando a Chiquit¨ªn y vimos un cochazo en segunda fila, y mi santo dijo: "Qu¨¦ irresponsabilidad, que imag¨ªnate si de pronto a un honrado ciudadano le da una embolia y la ambulancia no puede acceder a dicha calle en media hora, y en el ¨ªnterin, el honrado ciudadano, a tomar por culo". Que yo le dije: "Hijo, ves la vida de una manera..., yo creo que es por lo que lees". Y me dijo: "T¨² no tienes ese problema". Y yo le dije: "Piensa en positivo, a lo mejor el propietario de este coche lo ha dejado en doble fila porque tiene una urgencia". ?se fue el momento hist¨®rico en que miramos al cajero autom¨¢tico y en la televisioncilla distinguimos a un hombre trajeado sodomizando a una se?ora de mediana edad. Y eso es una cosa, que por mucho mundo que una tenga, te marca. Y lo saqu¨¦ en un art¨ªculo, porque soy periodista de raza. A la semana siguiente salgo a la calle con Chiquit¨ªn, que me acuerdo que mi santo se qued¨® viendo el documental Cuando nuestra especie se haya extinguido, los insectos heredar¨¢n la tierra, y veo que Rita me hace una se?a. Yo me dije a m¨ª misma: "?Me estar¨¢ tomando por una clienta potencial?". Cu¨¢l no ser¨ªa mi sorpresa cuando veo que se me acerca y me dice que gracias, que mi art¨ªculo hab¨ªa tenido mucho tir¨®n, que le estaba llegando al cajero un tipo de cliente supermajo, el t¨ªpico t¨ªo que lee el peri¨®dico, con el que puedes tener una conversaci¨®n, no el cl¨¢sico que va a un meteysaca. Me dijo que algunos le hab¨ªan dado mi nombre como referencia y Rita quer¨ªa decirme que descuidara, que con mis lectores procurar¨ªa ser un terremoto. Me cautiv¨®. Y le dije: "Gracias por la parte que me toca". ?se fue el principio. Cuando voy a Madrid me gusta echar un ratillo con ella entre cliente y cliente. Hay t¨ªos que le duran cinco minutos, porque Rita dice que, como ella ha sido hombre, sabe ponerse en el pellejo del cliente. A veces le pregunto: "Rita, ?en qu¨¦ radica tu ¨¦xito?", y Rita contesta: "En que antes que profesional, soy persona". Cu¨¢nta verdad. Ahora Rita se ha tenido que ir del cajero porque el director de la sucursal la ha boicoteado y le ha puesto al cajero una luz violenta, y a Rita los clientes no se la concentran. Ya s¨¦ que ¨¦sta no es la secci¨®n de anuncios, pero quisiera recordar a clientes antiguos o potenciales que ahora Rita trabaja debajo del puente de Juan Bravo. Un sitio superamano. Y que digan que van de mi parte.