La memoria tr¨¢nsfuga de Beteta

Alg¨²n d¨ªa los bi¨®logos descubrir¨¢n que todos tenemos en el cerebro una neurona Tamayo y una neurona S¨¢ez. Y el se?or Antonio Beteta no es una excepci¨®n.

Quiz¨¢ necesitara el portavoz del PP en la Comisi¨®n de Investigaci¨®n de la C¨¢mara de Madrid que sus neuronas le organicen una comisi¨®n de investigaci¨®n... y con urgencia. A ver si ellas le explican de d¨®nde viene, que es, seg¨²n parece, el mismo sitio a donde va.

Se queja el se?or Beteta de que Juan Jos¨¦ Mill¨¢s le haya relacionado con la dictadura franquista. Hubiera preferido este coleccionista de cortinas de humo que le relacionaran con Maura o con Sagasta. Su esfuerzo para negar la existencia de corrupci¨®n inmobiliaria en el caso Tamayo le est¨¢ debilitando la memoria. Uno se inventa batallas b¨¦licas para intervenir en Irak, dice agua cuando el barco est¨¢ hundido, y al final se acostumbra a olvidarse de demasiadas cosas. Quiz¨¢ es simplemente que muchos miembros del Partido Popular tienen la memoria esencialmente selectiva, como la de Romero de Tejada.

Pero como ciudadana que padece los rigores de la corrupci¨®n madrile?a voy a echarle un cable. Deber¨ªa recordar el se?or Beteta que el partido al que pertenece fue fundado por un ministro de Franco. Olvida tambi¨¦n que su organizaci¨®n pol¨ªtica conden¨® el pasado 20 de noviembre la dictadura franquista, y no con mucho entusiasmo. Seg¨²n parece fue una condena cosm¨¦tica, una fotocopia en baja resoluci¨®n de una verdadera condena. El caso es que mientras se hac¨ªa esa condena, se manten¨ªa en cartel a responsables de aquel r¨¦gimen dictatorial. Paradoja donde las haya.

Emerge en el PP una regresi¨®n al franquismo, como los salmones que pescaba el Caudillo, los cachorros de G¨¦nova remontan el r¨ªo de la historia hacia el territorio pol¨ªtico en el que vieron la luz. S¨®lo hay que ver la facilidad que tienen para convertir la mayor¨ªa absoluta en absolutismo; como si de tal palo hubiera surgido tal astilla.

Beteta recomienda libros que buscan legitimar aquellos a?os especialmente dif¨ªciles. Pero nada es casual. Mientras ¨¦l publicita remakes hist¨®ricos de las estanter¨ªas de El Pardo, nuestro presidente del Gobierno lee en sus vacaciones el m¨¢ximo exponente del revisionismo patrio. No estar¨ªa mal, se?or Beteta, que adem¨¢s de ser un gran dem¨®crata, lo pareciera.