Marbella, la ley y nuestra justicia
Argumentaba la alcaldesa de Marbella que "es normal" que la familia ocupe cargos de confianza en el Ayuntamiento del que ella ostenta la representaci¨®n, en un programa televisivo. Puede resultarnos, o no, un argumento pobre o endeble (vamos, carente de fuerza democr¨¢tica) para entender y aceptar que los alcaldes contraten a su familia para cargos de confianza. Pero no es menos cierto que, de una u otra manera, eso es lo que se practica desde el comienzo de nuestra democracia, hasta llegar al descaro de Maril¨®, que no le duele prendas decir que "es normal".
Hay una cierta preocupaci¨®n en la calle que lleva a entender que la democracia la estamos fustigando con tanto y tanto desprop¨®sito. El ¨²ltimo, y vuelta con Marbella, el que plantea el PSOE, diciendo que existen dos ¨²nicas soluciones para la situaci¨®n del Ayuntamiento: dar un voto de confianza al nuevo gobierno municipal (?), o disolver si no hace un Plan General de Ordenaci¨®n Urbana adecuado, y olvida que existe una Justicia que es la ¨²nica con potestad para resolver la corrupci¨®n y mafias que ellos mismos (los partidos pol¨ªticos) dicen que hay en Marbella.
Es un desprop¨®sito lo planteado por el PSOE porque no establece orden de prioridades, primero; segundo, porque una de las soluciones es condicional; tercero, porque apela s¨®lo a tres fuerzas pol¨ªticas para dialogar, olvidando que en el Parlamento espa?ol hay m¨¢s de tres fuerzas pol¨ªticas; cuatro, porque mientras que sus militantes les han sido fieles en el Grupo Municipal Socialista marbell¨ª, ¨¦l no ha hecho nada en absoluto para llegar a lo que ahora aqu¨ª plantea, pese a que su secretaria general en la provincia, Marisa Bustinduy, dijera aquello de "la costa est¨¢ para regalarla". Y no es poco lo declarado por esta persona, que se permite arrojar a los leones, a la primera de cambio, a los militantes que se han mantenido firmes en la moci¨®n firmada ante notario por cinco de los suyos; claro que gracias a los dos arrepentidos mantiene representaci¨®n municipal, y, al fin y al cabo, eso es lo que importa, poder meter baza pol¨ªtica.
El PSOE no puede irse de rositas expulsando a sus militantes desleales como si aqu¨ª no hubiera pasado nada. Debe asumir su responsabilidad depurando el partido de otros responsables que hicieron posible que su lista electoral estuviera conformada por personas que le han servido para presentarla a la sociedad como impoluta, y ganar con ello, gracias a la confianza de sus votantes, representaci¨®n municipal.
Marbella no puede sentir que la ciudadan¨ªa est¨¦ m¨¢s o menos dividida a consecuencia de la compra-venta de voluntades a lo largo de 12 a?os, no. Pero no por ello deja de contemplar c¨®mo algunos ciudadanos est¨¢n pagando las consecuencias de tanto desmadre social, pol¨ªtico y judicial que se da desde que el GIL asomara la cabeza por Marbella. Y para que Marbella recobre la democracia, primero hay que activar a la Justicia motiv¨¢ndola con apoyo social y recursos humanos y materiales, porque lo de llegar a una soluci¨®n de consenso excluyendo a otras fuerzas pol¨ªticas no es posible ni democr¨¢tico. Y con ello estar¨ªamos volviendo a una dictadura disfrazada. Ya ven, aqu¨ª parece que cabe de todo: Mafiosos, corruptos e irresponsables.
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