"El TNC est¨¢ en los ant¨ªpodas de la Com¨¦die Fran?aise o el Piccolo de Mil¨¢n"
A los cinco a?os, Ricard Salvat (Tortosa, 1934) era un ni?o que se escond¨ªa de la Guerra Civil espa?ola, tan cruenta en su tierra natal. Trataba de zafarse de las balas en la monta?a, junto a su hermano mayor, la madre de ambos y un matrimonio amigo de la familia. El padre, panadero, se hab¨ªa quedado trabajando porque las tropas republicanas le necesitaban para garantizar su avituallamiento. El ni?o Ricard Salvat burlaba el aburrimiento jugando con palos y piedras como si fueran t¨ªteres. Con ellos hizo sus primeras representaciones, en min¨²sculos escenarios igualmente agrestes. A los 11 a?os, ya escrib¨ªa y dirig¨ªa espect¨¢culos. M¨¢s de 60 a?os despu¨¦s -50 de ellos con dedicaci¨®n profesional-, este hombre sigue en activo en lo que ha sido su pasi¨®n desde ni?o: el teatro.
"Lo que me ha hecho seguir a pesar de las dificultades es un gran amor por el teatro"
"En este pa¨ªs, el riesgo se paga muy caro, pero un teatro nacional debe arriesgarse"
Varios centenares de montajes dirigidos o producidos, su tr¨¢nsito por caminos poco explorados de la escena, su maestrazgo a distintas generaciones de actores, encuentros y prolongados desencuentros con las administraciones y parte de la profesi¨®n marcan la carrera profesional de Ricard Salvat, que La Virreina revisa ahora y hasta el pr¨®ximo 12 de octubre en una exposici¨®n retrospectiva. "Supongo que lo que me ha hecho seguir a pesar de las dificultades es un gran amor por el teatro", afirma el creador, convencido, seg¨²n dice, de que "en este pa¨ªs, el riesgo se paga muy caro".
Ricard Salvat tiene las cejas espesas y la mirada grave, que se relaja cuando sonr¨ªe. Sus maneras son de puntillosa formalidad, y cuando recuerda sus inicios infantiles en el mundo del espect¨¢culo cuesta asociarle con la soberbia y el car¨¢cter agrio que se da a veces como argumento para explicar sus enemistades y sus a?os de olvido. De esta vertiente poco amable habla el comisario de la exposici¨®n en La Virreina, Albert de la Torre, que mantiene con Ricard Salvat una estrecha amistad, aunque considera m¨¢s veros¨ªmiles otras razones, como la voluntad pol¨ªtica de beneficiar a otros creadores y compa?¨ªas.
Salvat, pionero en la difusi¨®n de los autores Bertolt Brecht, Peter Handke y, especialmente, el Salvador Espriu teatral; fundador del Teatre Viu de la Agrupaci¨® Dram¨¤tica de Barcelona, de la Escola d'Art Dram¨¤tic Adri¨¤ Gual y de la Compa?¨ªa Adri¨¤ Gual, dice que no tiene explicaci¨®n -"nunca me la dieron"- para el ninguneo padecido por instituciones teatrales p¨²blicas y privadas del pa¨ªs, y tampoco parece muy interesado en entretenerse en un an¨¢lisis p¨²blico de sus causas. Pero la conclusi¨®n es que durante a?os su trabajo teatral se ha concentrado en escenarios internacionales (Hungr¨ªa, Egipto, Finlandia, Alemania, Argentina, Italia, Portugal...) y en una labor menos visible, como catedr¨¢tico de la Universidad y responsable de la Asociaci¨®n de Investigaci¨®n y Experimentaci¨®n Teatral (Aiete). "Me siento mucho m¨¢s querido por la gente joven que por la de mi ¨¦poca", asegura el director y dramaturgo, y se declara a su vez seguidor atento del trabajo de los directores Xavier Albert¨ª, Joan Oll¨¦, Jordi Mesalles y ?lex Rigola.
Salvat (galardonado con la medalla de oro al m¨¦rito art¨ªstico por el Ayuntamiento de Barcelona y rescatado en los ¨²ltimos a?os, de forma intermitente y distanciada, para el teatro de la ciudad con los espect¨¢culos A la jungla de les ciutats, de Bertolt Brecht, en el Mercat de les Flors, y Ronda de mort a Sinera, de Salvador Espriu, en el Lliure) asegura haberse resignado hace tiempo a no recibir apenas propuestas y encargos en Catalu?a. Pero lo que no acepta es la p¨¦rdida de espacio del teatro catal¨¢n en la cartelera a favor del castellano. "Seg¨²n las ¨²ltimas estad¨ªsticas, ha bajado el 24%", se?ala. Y eso supone una gran decepci¨®n, tanto para ¨¦l como para aquellos que "siempre hemos estado batallando para que el teatro catal¨¢n fuera dominante. Es como la demostraci¨®n de que lo que hemos hecho no ha servido pr¨¢cticamente para nada", afirma con desencanto.
Ricard Salvat, que desde siempre ha luchado por un teatro "nacional catal¨¢n", no se siente identificado con el modelo aplicado finalmente en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC). "No es en absoluto lo que yo pensaba que deb¨ªa ser un teatro nacional, la f¨®rmula se encuentra en los ant¨ªpodas de otros teatros europeos como la Royal Shakespeare Company, el Piccolo Teatro de Mil¨¢n o la Com¨¦die Fran?aise, y se supone que llamaron a [Josep Maria] Flotats por su experiencia en ¨¦sta", alega. A su juicio, el modelo correcto debe prever "una compa?¨ªa estable y la recuperaci¨®n de todos los representantes de un pa¨ªs", y no fijarse principalmente en la autor¨ªa extranjera. Puestos a buscar una explicaci¨®n al dise?o actual del TNC, lo achaca a "un poco de pereza", tambi¨¦n a una prudencia mal entendida, porque "en este pa¨ªs el riesgo se paga muy caro, pero un teatro nacional debe arriesgarse".
La exposici¨®n, titulada Ricard Salvat i la seva ¨¨poca, es una de las mayores gratificaciones que Salvat ha recibido ¨²ltimamente y muestra facetas suyas muy poco conocidas, como el trabajo en el Consejo Mundial de la Paz, en el que conoci¨® a los escritores Jean-Paul Sartre, Pablo Neruda y Rafael Alberti. Una alegr¨ªa que le compensa en parte de ciertas frustraciones, como el no haber conseguido disponer de un teatro propio, algo que ha intentado en diversas ocasiones, y que le estimula a seguir trabajando.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.