"Para gozar de la m¨²sica no hace falta entender"
Carlos ?lvarez (M¨¢laga, 1966) supo a los 7 a?os que ten¨ªa el don de la voz, y desde entonces ha explorado todos sus matices. Como bar¨ªtono, ha sido aplaudido en los mejores teatros del mundo, pero a ?lvarez la voz tambi¨¦n le interesa como transmisora de la palabra. Es el suyo un discurso humanista, inteligente, comprometido. Cree que al abandonar su vocaci¨®n de m¨¦dico contrajo una deuda con la comunidad, y la salda reivindicando su origen de chaval de barrio, su antigua condici¨®n de bar¨ªtono aficionado. Buscando la compa?¨ªa de su familia y sus amigos. Enrol¨¢ndose en la defensa de causas a veces peque?as, siempre necesarias.
Pregunta. ?Por qu¨¦ alguien en la cumbre de la ¨®pera se empe?a en mojarse con temas mundanos?
"Es fundamental una oferta de conciertos did¨¢cticos y que en las escuelas p¨²blicas la m¨²sica est¨¦ presente desde el principio"
"Ojal¨¢ estuvi¨¦semos nosotros en el 'top manta'; eso implicar¨ªa que somos parte de lo que la sociedad consume"
Respuesta. Eso viene de mi vocaci¨®n por la medicina. Cuando decid¨ª ser cantante, cada d¨ªa me preguntaba para qu¨¦ sirve mi trabajo, y creo que ¨¦sa puede ser una de las facetas: implicarse socialmente tambi¨¦n. Trabajar s¨®lo para que el canto sea mi modo de vida y para que mi familia viva medianamente bien no ser¨ªa suficiente.
P. Su trabajo se reconoce, y eso le garantizar¨¢ un respeto.
R. Yo creo que a la gente se la respeta por lo que hace y por lo que dice, independientemente del lugar que ocupe. Una vez le coment¨¦ a un director musical: "Maestro, en nuestro mundo se supone que la gente tiene una apertura mental mayor". Y me contest¨®: "No te equivoques. En nuestro mundo ocurre lo mismo que en cualquier otro. Existe el mismo n¨²mero de tontos, el mismo n¨²mero de cre¨ªdos, el mismo n¨²mero de gente culta, el mismo n¨²mero de gente a la que le importa todo bastante poco". Y al final es as¨ª.
P. ?Qu¨¦ asuntos le parecen importantes?
R. La cuesti¨®n social es important¨ªsima, sobre todo la cuesti¨®n social vinculada a la cultura. Lo que pasa es que yo soy un profesional de la cultura, y puedo parecer pretencioso o interesado, por eso intento hablar s¨®lo cuando me piden mi opini¨®n. Cuando el PSOE de M¨¢laga antes de las municipales convoc¨® una plataforma para hablar de cultura, me pidieron mi participaci¨®n, y yo acud¨ª.
P. ?Ve muchas carencias en la formaci¨®n musical en Espa?a?
R. Siempre se pueden hacer m¨¢s cosas y mejores; al menos intentarlo. Pero eso como filosof¨ªa de vida. Yo pertenezco a una generaci¨®n surgida de la promoci¨®n de la cultura en los colegios. A los 7 a?os me invitan a formar parte de la escolan¨ªa del colegio, y a partir de ah¨ª ya no concibo mi vida sin la m¨²sica. Hay que darle oportunidad a la gente menuda de que se acerque a esto, y hay dos cuestiones fundamentales: que exista una oferta de conciertos did¨¢cticos y que en las escuelas p¨²blicas la m¨²sica est¨¦ presente desde el principio. En mi caso, imag¨ªnate, un ni?o de barrio que en su colegio p¨²blico recibe una formaci¨®n de ese tipo...
P. La familia tambi¨¦n tendr¨¢ su responsabilidad.
R. El papel de la familia es important¨ªsimo, pero tiene que haber un ambiente social propicio. En ese sentido, Espa?a se encuentra en un momento decisivo porque hemos pasado por una etapa de crecimiento cultural y nos hemos estabilizado. Ahora hay que mantener la inquietud, la capacidad de gesti¨®n; pero mientras no exista una ley de mecenazgo que haga del patrocinio privado algo apetecible estaremos en manos de la Administraci¨®n, porque la iniciativa privada supone un riesgo incalculable, sobre todo en una sociedad de la informaci¨®n, donde lo que no est¨¢ en los medios de comunicaci¨®n no existe.
P. Tampoco parece que la sociedad valore excesivamente la cultura.
R. A m¨ª lo que me gustar¨ªa es que la gente tuviera el criterio suficiente como para ser capaz de elegir en un abanico de posibilidades aquello que le apasione. Sobre todo que tuvi¨¦ramos un criterio basado en la calidad, cosa que no es f¨¢cil porque para crear ese criterio necesitas educaci¨®n, y tenemos un nivel un poco bajo. En todo caso, prefiero la no censura y que la gente se pueda equivocar a que te dirijan.
P. ?So?¨® con una carrera art¨ªstica?
R. No. Y eso que cuando estudiaba Medicina estaba en el conservatorio, cantaba en el coro de la ¨®pera y en una coral, hac¨ªa conciertos... Pero yo quer¨ªa ser m¨¦dico por encima de todas las cosas. Lo ten¨ªa clar¨ªsimo desde los 4 a?os. Mis padres estaban preocupados por esa situaci¨®n, porque entonces no hab¨ªa ning¨²n universitario en la familia, y dec¨ªan: "Bueno, y este ni?o, que se ha empe?ado...". Pero ya en cuarto tuve que decidir qu¨¦ hacer con mi vida.
P. ?Le cost¨® mucho?
R. Me cost¨®. Yo siempre digo que no fue una elecci¨®n personal. Fueron los dem¨¢s los que me dieron la oportunidad de decidir m¨¢s que yo mismo. Y fue fundamental estar en el coro de la ¨®pera y encontrarme con gente que me dio la oportunidad de salir.
P. ?Le hicieron alguna oferta importante?
R. Me hicieron ofertas que me permitieron ver que detr¨¢s de mi opci¨®n de aficionado pod¨ªa haber una profesi¨®n. Y tambi¨¦n surgi¨® alguna importante. En 1993, desde la Scala de Mil¨¢n me llam¨® Riccardo Muti para decirme que quer¨ªa contar conmigo para hacer Rigoletto. Yo estaba empezando, y con 27 a?os hacer Rigoletto era lo m¨¢s descabellado del mundo. Tuve que decir que no. Decir que no es importante, pero tiene que ser un no razonado; no puedes decir "no porque tengo miedo", sino "no" porque la responsabilidad profesional es alta, y uno tiene que estar en el nivel necesario para poder afrontar esa responsabilidad, y yo pensaba que en ese momento ni ellos me hac¨ªan a m¨ª un favor, porque un desliz podr¨ªa haber terminado con mi carrera, ni yo les hac¨ªa un favor a ellos, porque si no hubiera estado a la altura, les habr¨ªa defraudado.
P. ?A qu¨¦ le tiene m¨¢s miedo cuando se enfrenta a una actuaci¨®n? ?A quedarse sin voz?
R. Bueno, eso me pas¨® una vez. Una vez me qued¨¦ sin voz porque asum¨ª un riesgo que no ten¨ªa que haber asumido. Est¨¢bamos haciendo una nueva producci¨®n de Roberto
Devereux, de Donizeti, en Viena, y me puse enfermo. El teatro me forz¨® un poco con que hab¨ªa que hacer alguna funci¨®n, y al final me qued¨¦ sin voz encima del escenario. Eso sucede por correr un riesgo no asumible. Si no, todo lo que tenga que suceder en el escenario ya lo hemos probado en los ensayos. Por eso no se puede ser supersticioso, porque eso demostrar¨ªa que no est¨¢s seguro del trabajo que haces. Eso es poner tu responsabilidad en los dem¨¢s, y tu responsabilidad es tuya, en este trabajo y en cualquier otro.
P. Me llama la atenci¨®n la defensa que hace de la zarzuela.
R. Es que lo ¨²nico que yo le pido a la m¨²sica es que tenga calidad, y la zarzuela tiene una calidad enorme. Musicalmente, en la zarzuela te puedes encontrar la misma calidad o la misma falta de calidad que en la ¨®pera. Exactamente igual.
P. ?Con qu¨¦ zarzuela invitar¨ªa al p¨²blico a enamorarse del g¨¦nero?
R. Con La Revoltosa, a lo mejor, o La Gran V¨ªa.
P. Dice que no le gusta grabar discos por grabarlos.
R. No. Hacer una grabaci¨®n que no tenga nada que ver conmigo no me convence. Y como cada d¨ªa hay un pirata que graba lo que hacemos en directo, pues dentro de 25 a?os, cuando ya no haya que pagar derechos a nadie y todo est¨¦ absolutamente libre de cargas y de prebendas, alguien editar¨¢ discos y aparecer¨¢ la discograf¨ªa si merece la pena. Lo que no me gusta es la imposici¨®n del mercado sobre la voluntad del p¨²blico, y a veces eso es lo que m¨¢s funciona. Para m¨ª, fue una sorpresa el que hace dos a?os nos dieran un Grammy por la grabaci¨®n de una ¨®pera de Alb¨¦niz, Merl¨ªn. Bueno, pues eso es testimonio de lo que hacemos. Hacer discos por hacerlos no me gusta, sobre todo porque no es negocio. Ojal¨¢ estuvi¨¦semos nosotros en el top manta; eso implicar¨ªa que somos parte de lo que la sociedad consume.
P. ?Qu¨¦ m¨²sica le gusta aparte de ¨®pera?
R. Mucha. Yo creo que la m¨²sica tiene como funci¨®n emocionar, y con que se d¨¦ ese requisito para m¨ª es suficiente. El flamenco, por ejemplo, me encanta.
P. ?Y a sus hijos?
R. Les gusta la m¨²sica r¨ªtmica, como a todos los ni?os. Hace tiempo compr¨¦ un disco de La Bola de Cristal, y les encanta. Tambi¨¦n les gusta la m¨²sica cl¨¢sica, la ¨®pera. Son ni?os con un gusto muy amplio, y ellos deciden, aunque tienen cinco y tres a?os.
P. ?Y cu¨¢l les gusta a sus padres?
R. Bueno, pues mis padres siempre han canturreado much¨ªsimo, pero en estos a?os han tenido la oportunidad de desarrollar un gusto, aunque no hay que confundirse: para gozar de la m¨²sica no hace falta entender. De hecho, yo le pedir¨ªa al p¨²blico, sobre todo al de la ¨®pera, que asistiera a las funciones con una actitud m¨¢s ingenua, que se dejase sorprender m¨¢s.
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