Ecos de la irreductible aldea gala
Sir William Jones estudi¨® hebreo, persa, ¨¢rabe, griego y lat¨ªn en la Universidad de Oxford. Despu¨¦s se dio cuenta de que no necesitaba profesores y aprendi¨® por su cuenta otros 23 idiomas. En 1783 fue destinado a Calcuta como magistrado del tribunal supremo y aprovech¨® para estudiar s¨¢nscrito. Cuatro a?os despu¨¦s pronunci¨® un discurso ante la Sociedad Asi¨¢tica de Bengala, que ¨¦l mismo hab¨ªa fundado, para defender la tesis de que el s¨¢nscrito, el griego, el lat¨ªn, el g¨®tico, el persa y el celta proven¨ªan de una "fuente com¨²n". Tras formular as¨ª la primera teor¨ªa evolutiva de la historia, sir William sigui¨® dictando sentencias y escribiendo libros jur¨ªdicos, que para eso le pagaban.
Saltemos de siglo. El ling¨¹ista alem¨¢n August Schleicher ten¨ªa 38 a?os cuando Darwin public¨® El origen de las especies, en 1859. Como Schleicher era muy aficionado a la bot¨¢nica, su amigo Ernst Haeckel, el primer darwinista alem¨¢n, le recomend¨® el libro. Pero Schleicher no lo ley¨® como un aficionado a la bot¨¢nica, sino como un ling¨¹ista. Los argumentos de Darwin no s¨®lo le convencieron de inmediato de que los seres vivos hab¨ªan evolucionado gradualmente desde or¨ªgenes comunes, sino tambi¨¦n de que la misma idea pod¨ªa aplicarse a los lenguajes.
En 1863 Schleicher public¨® La teor¨ªa darwiniana y la ciencia del lenguaje, en el que propuso un ¨¢rbol geneal¨®gico de la familia de las lenguas indoeuropeas, descubierta 80 a?os antes por sir William Jones. Darwin aprovech¨® las ideas de Schleicher en sus trabajos posteriores. El darwinismo biol¨®gico y el ling¨¹¨ªstico nacieron juntos, y cada vez se quieren m¨¢s.
Peter Forster, de la Universidad de Cambridge, y Alfred Toth, de la de Z¨²rich, han aplicado ahora las herramientas de la gen¨¦tica comparada -las mismas que usan los bi¨®logos para reconstruir el pasado del planeta- a la evoluci¨®n de la rama c¨¦ltica del indoeuropeo (Proceedings of the National Academy of Sciences, 100, 9079). Pese a las ocasionales palabras prestadas entre zonas vecinas, los resultados dibujan un n¨ªtido ¨¢rbol geneal¨®gico, no id¨¦ntico al de Schleicher, pero imbuido del mismo esp¨ªritu darwiniano.
Uno de los primeros lenguajes en separarse del tronco com¨²n indoeuropeo fue el celta antiguo, que se habl¨® en Francia hace miles de a?os. Los mejores genes que atestiguan aquel suceso son los cinco primeros ordinales de las lenguas celtas: cintux (primero), allos (segundo), triss, petuar y pinpetos. El celta antiguo se escindi¨® despu¨¦s en el galo (que sigui¨® habl¨¢ndose en Francia hasta que C¨¦sar logr¨® matricular a Ob¨¦lix en clase de lat¨ªn) y una variedad brit¨¢nica, o insular. ?sta se volvi¨® a escindir despu¨¦s en brit¨®nico y goid¨¦lico. Del brit¨®nico vienen el bret¨®n y el gal¨¦s. Y del goid¨¦lico vienen el ga¨¦lico escoc¨¦s y el irland¨¦s.
Como los cambios en el ADN se van acumulando con un ritmo bastante estable, los genetistas han ido aprendiendo a usarlos como un reloj para fechar los acontecimientos biol¨®gicos del pasado. As¨ª sabemos, por ejemplo, que los seres humanos y los chimpanc¨¦s eran la misma especie hace seis millones de a?os, y que los primeros homo sapiens salieron de ?frica hace 50.000 a?os. Forster y Toth han aplicado esta t¨¦cnica a las mutaciones ling¨¹¨ªsticas. Seg¨²n sus resultados, los celtas llegaron al Reino Unido hace 5.200 a?os, puesto que ¨¦sa es la fecha en que el galo continental se escindi¨® del celta insular. Y el mismo reloj revela que el indoeuropeo tiene cerca de 10.000 a?os, el doble de lo que suele pensarse. ?sa es la fecha en que se invent¨® la agricultura en Mesopotamia, y puede explicar la desconcertante extensi¨®n de las lenguas indoeuropeas, que abarcan desde Espa?a hasta la India. El indoeuropeo se propag¨® desde Oriente Pr¨®ximo a este y oeste junto al trigo y al arado, en la gran migraci¨®n neol¨ªtica que transform¨® el mundo.
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