El esfuerzo de abrir los ojos
En todo el mundo se han dado menos de una treintena de casos de pacientes que hayan recuperado la visi¨®n despu¨¦s de m¨¢s de cuarenta a?os de perderla. Y menos a¨²n que se trate de personas que perdieron la visi¨®n de ni?os. Por eso Ione Fine y su equipo no dudaron en "abalanzarse" sobre el caso de Mike May, seg¨²n reconoce la investigadora.
May se define como un luchador. En cuanto acab¨® la intervenci¨®n para trasplantarle c¨¦lulas madre obtenidas de m¨¦dula ¨®sea en la c¨®rnea, comenz¨® un diario. En su introducci¨®n, reconoce que casos como el suyo hay muy pocos entre los ciegos del mundo.
El texto (que se puede leer en www.senderogroup.com/perception.htm) recoge sus problemas para adaptarse a su nueva vida de semividente. May posee una empresa de software para ciegos, y en el diario relata la importancia de educar lo que ¨¦l llama su visi¨®n cerebral.
Por ejemplo, May reconoce que al principio la cantidad de est¨ªmulos que recib¨ªa era tanta que, en las reuniones de trabajo, ten¨ªa que cerrar los ojos para concentrarse.
Lo mismo le ocurri¨® cuando volvi¨® a esquiar. Hab¨ªa conocido a su mujer, Jennifer, esquiando (ella era su gu¨ªa para ciegos, la persona que les indica qu¨¦ obst¨¢culos deben sortear), pero los ¨¢rboles, las monta?as, las nubes, los colores del paisaje le daban hasta miedo.
Tuvo que hacer un esfuerzo para abrir los ojos (se sab¨ªa el descenso de memoria). Cuando lo hizo, se dio cuenta de que Jennifer "era tan guapa y tan ¨¢gil como siempre hab¨ªa imaginado".
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