La piara
En el Beaubourg parisino se muestra estos d¨ªas una reveladora instalaci¨®n art¨ªstica. Un paisaje construido con piezas de cerdo. Monta?as de jam¨®n, cerros de codillo, campos de costilla. La obra, de Song Dong, se titula La madre tierra. Tambi¨¦n va camino de instalarse con ¨¦xito la gran operaci¨®n porcina de la Comunidad de Madrid, ese pucherazo retardado. Esta derecha no es nada conservacionista, salvo cuando se trata de subvencionar a la Fundaci¨®n Franco. La novedad neocon es la m¨¢xima impaciencia. Dejar¨¢n, no lo duden, espectaculares huellas en el paisaje. Por ah¨ª anda Bush encabezando el movimiento de liberaci¨®n de las chimeneas, oprimidas por el radicalismo ecologista. Y aqu¨ª tenemos, campante en la toma de Madrid, a la vanguardia de liberaci¨®n del suelo. La piara que se dispone a comer la madre tierra. No cuentan con la estrategia de los ¨¢rboles.
A los ¨¢rboles, con la can¨ªcula extrema, se les sube el agua a la cabeza. Es su autodefensa. El estr¨¦s h¨ªdrico. Se le tronzan algunas ramas por el sobre esfuerzo, pero as¨ª suelen resistir. Y hay algo curioso en lo que explican los bot¨¢nicos. Los ¨¢rboles resisten m¨¢s y mejor en las ciudades que en el campo. Desarrollan con m¨¢s coraje esa estrategia del estr¨¦s de agua: la re-existencia. Es lo que tambi¨¦n llaman la memoria de los ¨¢rboles. Detr¨¢s del ¨¢rbol urbano, en sus ra¨ªces ilustradas, en su melena rom¨¢ntica, hay casi siempre una voluntad de regeneraci¨®n. Es muy humanista, el ¨¢rbol urbano. Un poeta con spleen. Ya dec¨ªa Huidobro que el buen poema se construye de la misma forma que la naturaleza hace un ¨¢rbol.
Salta a la vista que los ¨¢rboles hablan y sus historias preferidas tratan de los seres humanos. Por ejemplo, sabemos ahora que cada ?crash! de rama desgarrada era la onomatopeya de un viejo que ca¨ªa en soledad y buscaba, como los p¨¢jaros de Par¨ªs, la sombra fresca del hermoso y arbolado camposanto de P¨¦re Lachaise. El estr¨¦s h¨ªdrico de los ¨¢rboles es una respuesta libertaria a un estr¨¦s ambiental, sistem¨¢tico, que se adue?a de todas las esferas de la vida. Un estr¨¦s global que tiene como expresi¨®n pol¨ªtica la pirofilia, el calentamiento permanente, el churrasco del opositor. Ese estr¨¦s del poder que es la mentira. Ojal¨¢, en octubre, voten todos los ¨¢rboles de Madrid. La naturaleza tiene grandes ideas.
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