Cuatro testigos acusan al ex militar Cavallo de torturas y desapariciones en Argentina
La Fiscal¨ªa no asiste a la declaraci¨®n de los torturados en la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada
Cuatro antiguos prisioneros de la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada (ESMA), escenario de los peores episodios de torturas y asesinatos de la dictadura militar argentina, relataron ayer al juez Baltasar Garz¨®n las torturas a las que somet¨ªa a los detenidos el ex oficial Ricardo Miguel Cavallo, extraditado a Espa?a por M¨¦xico el pasado mes de junio. La Fiscal¨ªa de la Audiencia Nacional, que rechaza la competencia de los tribunales espa?oles para juzgar a Cavallo, no envi¨® a su representante, el fiscal Pedro Rubira. Tampoco los abogados del antiguo represor asistieron a las declaraciones.
El profesor de primaria Osvaldo Barros y su esposa, Susana Leirache, estuvieron detenidos seis meses en la ESMA, entre agosto de 1979 y febrero de 1980. A Cavallo, alias S¨¦rpico, lo conocieron en el Sector 4, en el que permanecieron sus primeros cuatro meses de detenci¨®n, sometidos al "r¨¦gimen de la capucha", tirados en una colchoneta, con grilletes en las manos los y pies y permanentemente encapuchados.
Cavallo era "un tipo muy duro, fr¨ªo, adusto y de pocas palabras", explic¨® al juez Baltasar Garz¨®n el antiguo maestro Osvaldo Barros. "Tenemos referencias de sus actividades en la ESMA desde 1976. Despu¨¦s de un periodo fuera vuelve a la ESMA en 1978 como responsable de Inteligencia y de La Pecera".
Seg¨²n Osvaldo Barros, todos los oficiales destinados a la ESMA, incluido Cavallo, "participaban en los secuestros, las torturas y los interrogatorios". Adem¨¢s, dos detenidas, una luego liberada y otra a¨²n desaparecida, le dijeron a Barros que hab¨ªan sido torturadas por Cavallo.
"Los secuestrados en la ESMA fuimos torturados f¨ªsica y ps¨ªquicamente. Con golpes y electricidad, pero tambi¨¦n estando inm¨®viles, incomunicados, sin comer, pensando las 24 horas del d¨ªa, sin noci¨®n del d¨ªa o la noche y escuchando el roce de los grilletes de los que estaban al lado", declar¨® Susana Leirache.
Tras un tiempo en una isla en el r¨ªo Paran¨¢ para ocultarlos a la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos enviados al pa¨ªs por la OEA para investigar las denuncias de torturas, fueron conducidos de nuevo a la ESMA y pasaron a trabajar en La Pecera. Esta dependencia fue definida por Susana Leirache como "un lugar todo transparente, donde todo el mundo te ve¨ªa. Parec¨ªas un trofeo, como algo curioso que los militares mostraban a los oficiales de polic¨ªa".
La Pecera, ubicada en el ¨²ltimo piso de la ESMA, fue uno de los principales centros de represi¨®n del r¨¦gimen y por el que pasaron m¨¢s de 4.000 personas, de muchas de las cuales no se ha vuelto a tener noticias.
Opini¨®n determinante
"Todas las personas que estaban en La Pecera eran responsabilidad de Cavallo, al que nosotros conoc¨ªamos como Marcelo y, si bien la decisiones se tomaban entre todos los oficiales, la opini¨®n de ¨¦l era determinante para la vida de los detenidos", a?adi¨® Osvaldo Barros despu¨¦s de declarar ante Garz¨®n. Cavallo era el encargado de ese sector, en donde los detenidos cumpl¨ªan tareas administrativas y de seguimiento de publicaciones period¨ªsticas.
"La misma noche de febrero que nos liberaron a m¨ª y a mi esposa, los otros detenidos de La Pecera, entre los que estaban la espa?ola Elsa Mart¨ªnez y su esposo Raimundo Villaflor, fueron devueltos al r¨¦gimen de capucha. Desde esa noche permanecen desaparecidos", asegur¨® Barros.
Garz¨®n tambi¨¦n tom¨® declaraci¨®n a Nora Cozzi, que fue secuestrada junto a esposo en su casa de la localidad bonaerense de Mor¨®n y que estuvo en la ESMA entre agosto de 1979 y febrero de 1980 y a Carlos Lordkipanidse, quien fue secuestrado por un grupo armado durante la dictadura y permaneci¨® cautivo dos a?os y medio en la ESMA.
El juez tomar¨¢ declaraci¨®n hoy a otros tres testigos: Ana Testa, que fue torturada personalmente por Cavallo para tratar de averiguar d¨®nde se escond¨ªa su marido; a su hermana, Silvia Testa, y a Consuelo Orellana, quien afirma que Cavallo fue uno de los responsables del secuestro de su marido, N¨¦stor Ardetti.
Cavallo est¨¢ imputado por Garz¨®n en delitos de genocidio y terrorismo. En principio tambi¨¦n estaba acusado de torturas, pero el juez mexicano que accedi¨® a la extradici¨®n consider¨® ya prescrito ese delito.
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