Vacaciones salvajes
El Zoo de Jerez muestra su trastienda a los m¨¢s peque?os en la escuela de verano
A sus 11 a?os, Virginia lo tiene claro: quiere ser veterinaria. Su amor por los animales y, m¨¢s concretamente, sus buenas notas durante el pasado curso le han permitido, por cortes¨ªa de sus padres, formar parte de la escuela de verano que por primera vez ha puesto en marcha el Zoobot¨¢nico de Jerez. Gracias a esta experiencia, todas las semanas, un grupo de 10 ni?os de entre ocho y diez a?os tiene permiso para acceder a la trastienda del zoo y ver m¨¢s all¨¢ de lo que se puede observar en las cl¨¢sicas visitas a estas instalaciones.
Virginia y sus compa?eros est¨¢n impacientes, es dif¨ªcil que se queden quietos. La monitora, Almudena, consigue a duras penas agruparlos y hacerse escuchar. Est¨¢n a punto de llevar a cabo una de las actividades que m¨¢s inter¨¦s despierta entre los peque?os, dar de comer a los animales. "Estad siempre pendientes de lo que os digan los cuidadores y tened mucho cuidado para no asustar a los animales", les dice Almudena. Ya no le da tiempo a seguir hablando. Aparece uno de los veh¨ªculos de transporte de alimentos y los ni?os se arremolinan alrededor de ¨¦l como si dentro viniera Beckham o David Bisbal. Sin embargo, lo que aparece cuando se abren las puertas de la furgoneta son varias bandejas con pan, verduras, frutas y semillas, la dieta favorita de los guacamayos, gamos y tapires que van recibir su raci¨®n diaria de manos de estos intr¨¦pidos visitantes. Todos quieren repartir las bandejas. Hasta Carolina, una peque?a de tres a?os que pasa por all¨ª con su familia y que protesta porque tambi¨¦n quiere tocar a los animales. El miedo no existe para ella.
Cuando Virginia dice que quiere ser veterinaria otros cuatro peque?os brazos se levantan al grito de "yo tambi¨¦n, yo tambi¨¦n". Mar¨ªa del Mar y Julio presumen, mientras tanto, de las plumas que han ido recogiendo por el zoo durante el d¨ªa y de las p¨²as que se le han ca¨ªdo al puercoesp¨ªn y que guardan como un preciado tesoro.
Al final de la jornada, despu¨¦s de comer, plasmar¨¢n todas sus experiencias en el cuaderno de campo que est¨¢n completando y que les servir¨¢ de recuerdo de una semana que le sirve para conocer cada rinc¨®n de las instalaciones del zoo adem¨¢s de los secretos de su funcionamiento. El programa, de hecho, incluye visitas a la cl¨ªnica, a la enfermer¨ªa y al Centro de Recuperaci¨®n de Animales Silvestres. Tambi¨¦n hay tiempo para la limpieza de los diferentes recintos y cubiles, la preparaci¨®n y el reparto de la comida y los cuidados bot¨¢nicos de la flora. El grupo de Virginia ha tenido la suerte, adem¨¢s, de participar en la suelta de varios ejemplares de plumillas, cern¨ªcalos y camaleones que se efectu¨® d¨ªas atr¨¢s en el parque de Santa Teresa, ubicado a las afueras de la ciudad.
La escuela de verano acaba de nacer, aunque a tenor de los resultados que est¨¢ dando se le augura una larga vida, seg¨²n comenta el director del Zoobot¨¢nico de Jerez, ??igo S¨¢nchez. ?ste es uno de los proyectos que se quiere consolidar con la inminente ampliaci¨®n del zoo, cuya primera fase de las obras ya est¨¢ en marcha. "Atenderemos de forma especial a los ni?os, no s¨®lo en verano, sino durante todo el a?o, con la creaci¨®n de una zona infantil dentro del zoo que tenga como primer referente el aspecto educativo", comenta S¨¢nchez.
La ampliaci¨®n permitir¨¢ ver nuevas especies como el rinoceronte negro y el guepardo, que, como todos los nuevos inquilinos, llegar¨¢n gracias a programas de cr¨ªa en cautividad de especies amenazadas. El zoo jerezano contar¨¢ tambi¨¦n con un ¨¢rea de reproducci¨®n de estas especies, aunque no podr¨¢ ser visitada por el p¨²blico. No obstante, el primer objetivo al dotar de m¨¢s espacio al Zoobot¨¢nico es, como indica S¨¢nchez, "mejorar las condiciones de habitabilidad de los animales que ya viven aqu¨ª".
Lul¨², Guillermo y Lola ya tuvieron esa suerte hace unos meses. Son la familia de chimpanc¨¦s del zoo de Jerez y, despu¨¦s de algunos a?os de vida enjaulada, disfrutan ahora de un amplio recinto acristalado y con abundante vegetaci¨®n que les permite saltar y moverse a sus anchas. Estos primates son los protagonistas de una de las m¨¢s curiosas historias del zoo. Al no haber tenido jam¨¢s vida salvaje, puesto que llegaron tras ser requisados a humanos, los cuidadores decidieron ponerles unos v¨ªdeos para que viesen el comportamiento en libertad de sus iguales, pero los documentales no les hicieron demasiada gracia. O al menos no tanta como los dibujos animados. I?igo S¨¢nchez cuenta, entre risas, que "les encanta especialmente el P¨¢jaro Loco" y asegura que se quedan mirando "fijamente" a los monitores y moviendo mucho los ojos.
Zoobot¨¢nico de Jerez. De 10.00 a 21.00. Precio: 4 euros (adultos) y 2,60 (ni?os). 956 182 397. Parque Selwo. Estepona (M¨¢laga). 952 792 150. Reserva Castillo de las Guardas. Sevilla 955 952 568. Sea Life. Puerto deportivo de Benalm¨¢dena (M¨¢laga). 952 56 01 50.
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