Mentiras, tramas y fraudes a la Seguridad Social
Recientemente hemos conocido que Ricardo Romero de Tejada, adem¨¢s de su cargo como secretario general del PP de Madrid, al que se dedica por completo, seg¨²n sus propias manifestaciones (EL PA?S 9-V-2001) y del que afirma no percibir retribuci¨®n alguna, pertenece a diversos consejos de administraci¨®n, bien retribuidos, entre ellos los de Caja Madrid y la Compa?¨ªa Transmediterr¨¢nea. A esas actividades a?ade diversos cargos retribuidos en diferentes sociedades mercantiles. Seguramente nos iremos enterando de algunas m¨¢s, cuando Romero de Tejada tenga a bien refrescar su memoria, tal como le ocurri¨® en la Comisi¨®n de Investigaci¨®n de la Asamblea de Madrid, en la que, a preguntas del portavoz socialista, reconoci¨® haber olvidado, en respuesta anterior, que est¨¢ dado de alta en la Seguridad Social, como trabajador por cuenta ajena a tiempo completo en una empresa dedicada a hacer fotocopias.
Demasiadas actividades para afirmar que alguna de ellas sea a jornada completa. Se nos ha dicho, tambi¨¦n, que la ¨²nica actividad por la que ha percibido un salario es, precisamente, esta ¨²ltima, la que necesit¨® refrescar en segunda convocatoria memor¨ªstica. Ning¨²n mortal com¨²n tendr¨ªa un lapsus mental de su trabajo principal remunerado, producido, precisamente, cuando comparece ante una comisi¨®n en la que sabe que le van a preguntar por estas cuestiones. Pero ante la m¨¢s que sospechosa actitud de ocultamiento, inmediatamente sali¨® toda una tropa de opiniones tratando de justificar su laguna mental con el peregrino argumento de que tal trabajo s¨®lo le ha llevado unas horillas semanales (?a tiempo completo?) y que, en realidad, lo ha hecho para obtener una pensi¨®n de jubilaci¨®n el d¨ªa de ma?ana. As¨ª nos lo ha explicado ¨¦l, los empresarios para los que dice haber trabajado, el representante del PP en la Comisi¨®n de Investigaci¨®n, y los diferentes responsables de su partido.
Ha sido una respuesta desafortunada e insensata. Porque, para vestir el santo de la ocultaci¨®n inicial del trabajo -ellos sabr¨¢n por qu¨¦- nos han confesado que la realidad es que se est¨¢ comprando una pensi¨®n de jubilaci¨®n, que tiene todo el derecho a ello y que cualquiera, les falta decir "que pueda", har¨ªa lo mismo. En definitiva, est¨¢n justificando su fraude a la Seguridad Social, y para cubrirse de la falta, incitan al fraude al resto de los espa?oles. Su ¨²ltima renuncia al parip¨¦ laboral ha dejado el apa?o a¨²n m¨¢s al descubierto y el campo abierto a las pertinentes investigaciones.
Quienes pensamos que la pol¨ªtica es una de las actividades m¨¢s dignas y honorables que se puede desempe?ar en la vida, quienes creemos que es un privilegio moral que los resultados de nuestra actividad p¨²blica reviertan en el bien general y no en el particular, quienes defendemos que el Estado social es una conquista ciudadana que verifica el valor de la solidaridad social, exigimos una inmediata rectificaci¨®n de este penoso -y punible- comportamiento y pedimos que los poderes p¨²blicos -administrativos y judiciales- adopten las medidas adecuadas y reparadoras de estas conductas que corrompen los fundamentos de nuestras instituciones sociales.
Porque lo que obliga al empleador a incluir a un trabajador en el Sistema de Seguridad Social (SSS) contributivo es la prestaci¨®n de un trabajo remunerado. La finalidad es que el trabajador est¨¦ protegido, ante determinadas contingencias que afectan a su capacidad laboral y, en consecuencia, a su salario, mediante una prestaci¨®n econ¨®mica. La jubilaci¨®n es uno de estos supuestos. Cuando las personas llegan a determinada edad en la que ya no pueden o no deben seguir trabajando, el SSS les garantiza una prestaci¨®n econ¨®mica sustitutiva de su salario, para que puedan seguir viviendo dignamente en su vejez.
As¨ª, el SSS contributivo no incluye a quien quiere, no es un derecho universal, sino s¨®lo a aquel que, por realizar una actividad profesional, es jur¨ªdicamente obligada su alta. Fingir que se trabaja o que se da trabajo para darse de alta y cotizar al SSS es subvertir los fines de esta instituci¨®n, actuar fraudulentamente y utilizar un instrumento de solidaridad en beneficio particular. Este es el caso. Un hipot¨¦tico contrato laboral que no responde a la l¨®gica relaci¨®n bilateral de intercambiar trabajo por salario sino, bien al contrario, es el intercambio de no se sabe bien qu¨¦ por unas cotizaciones para tener ma?ana el derecho a una pensi¨®n.
Y me pregunto, ?qu¨¦ privilegios tiene este se?or que no tengan los dem¨¢s ciudadanos? ?Qu¨¦ pasa con todas estas mujeres que no tienen derecho a una pensi¨®n de viudedad porque no han formalizado su relaci¨®n de convivencia con el que fuera su compa?ero durante a?os? ?Qu¨¦ pasa con todos aquellos que, por no realizar una actividad incluida dentro del sistema contributivo, se ven sin derecho a una pensi¨®n de incapacidad cuando tienen una enfermedad que les impide desarrollar una actividad remunerada?
Y yendo un poco m¨¢s lejos, ?qu¨¦ hace el PP que no da de alta a personas que dedican una actividad de tal envergadura y responsabilidad a las tareas de su partido? ?Y qu¨¦ hace el PP, si no les paga ni les da de alta en la Seguridad Social, que no se preocupa de conocer o vigilar qu¨¦ contrapartidas o intercambio de intereses realizan las personas que est¨¢n dirigiendo la pol¨ªtica de su partido para poder garantizarse una pensi¨®n de jubilaci¨®n? Muchas preguntas y pocas respuestas, como en esta comisi¨®n, que m¨¢s parece de ocultaci¨®n, en la que los silencios (?culpables?) se imponen a la asunci¨®n de responsabilidades.
Mentir en una comisi¨®n parlamentaria es un grave delito democr¨¢tico que desacredita globalmente a su autor. El papel que el secretario general del PP de Madrid haya podido jugar en el golpe electoral de la Comunidad de Madrid queda, por ahora, en el imaginario ciudadano, y a expensas de ulteriores acciones de la justicia. Pero defraudar la legalidad que sustenta un pilar b¨¢sico de nuestro Estado de bienestar, la Seguridad Social, es lo que ha quedado no s¨®lo probado, sino pretendidamente justificado por ¨¦l y su partido. Este caso recuerda a aquel otro del famoso hamp¨®n, que por falta de pruebas de sus fechor¨ªas s¨®lo pudo ser condenado por defraudar al fisco, pero acab¨® donde ten¨ªa que acabar.
Defraudar a la Seguridad Social es una conducta punible, m¨¢xime cuando el defraudador es un alto responsable pol¨ªtico. Presentar la falsa coartada de que es una conducta normal es una grave irresponsabilidad pol¨ªtica por cuanto supone un intento deformador de la conciencia social de los espa?oles. ?Menudo ejemplo! ?Es con estas conductas con las que el PP quiere consensuar un nuevo Pacto de Toledo y garantizar las pensiones del futuro?
Marta Rodr¨ªguez-Tarduchy D¨ªez pertenece al Cuerpo de T¨¦cnicos Superiores de la Seguridad Social y es concejala del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Madrid.
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