El estr¨¦s
Un reciente informe sobre bienestar y h¨¢bitos de consumo nos avisa de que un 47% de los trabajadores europeos sufren de estr¨¦s, que un 28% de ellos ha faltado a su trabajo por ello y que entre los motivos m¨¢s estresantes se incluyen el hacer la compra y limpiar la casa.
Estar¨¢n de acuerdo conmigo en la carita que se le pondr¨ªa a m¨¢s de una de nuestras abuelas, que han llevado para adelante la casa, a su marido, a sus hijos y nietos y adem¨¢s, si ha hecho falta, han buscado faena fuera del hogar.
Esa cara ser¨ªa, c¨®mo poco, de asombro al enterarse de que su cansancio, su frustraci¨®n ante lo injusto de la situaci¨®n y su papel asumido hoy se conoce por estr¨¦s.
Tambi¨¦n los que conocieron las jornadas de sol a sol, la falta absoluta de seguridad e higiene laboral, los sueldos m¨ªseros y la falta de protecci¨®n social ahora se sorprender¨¢n y, cuando se levanten del asiento en tres o cuatro tiempos, pensar¨¢n que lo que su m¨¦dico llama artrosis es estr¨¦s cronificado. Del mismo modo, los que pueden encontrar m¨¢s de un trabajo y est¨¢n en el tajo m¨¢s de doce horas diarias, por aquello del veraneo, de cambiar de coche, de los aires acondicionados, de las calefacciones y los home cinema, deber¨ªan irse pensando si merece la pena tanto estr¨¦s. Ya de paso, cuando miramos a nuestros adolescentes, a los que err¨®neamente hemos intentado liberar de todas las cargas posibles y para los que pasar de la cama al sof¨¢ para ir de nuevo a la cama es todo un mundo y nos reprochan la falta de trabajo, las injusticias del d¨ªa a d¨ªa, el escaso sueldo semanal, etc¨¦tera... para comentar luego en la movida lo que le estresan sus viejos, tambi¨¦n deber¨ªamos pensar si lo estamos haciendo bien. Y es que cada ¨¦poca tiene sus patolog¨ªas. Cuando la esperanza de vida estaba en los 50 a?os y las infecciones mataban a millones, qui¨¦n se iba a preocupar de la fatiga ps¨ªquica. Pero llegaron los antibi¨®ticos y mejoraron las terap¨¦uticas, la esperanza de vida casi se duplic¨® y qued¨® tiempo para irse preocupando de los riesgos cardiovasculares, del 'estar quemado' en el trabajo, del 'acoso laboral' y de las demencias del anciano. Todo esto es bueno, por supuesto, pero millones de seres humanos siguen siendo explotados por su sexo, la esclavitud y el trabajo infantil nos sigue avergonzando, las peque?as guerras que ya no son noticia siguen causando millares de v¨ªctimas, enfermedades como la lepra invalidan a millones de personas, y as¨ª hasta llenar cien p¨¢ginas. Esto es estr¨¦s, lo dem¨¢s son gaitas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.