Natalia Rodr¨ªguez, fiel a sus ra¨ªces
La atleta de los 1.500 prosigue una evoluci¨®n ejemplar sin dejar su Tarragona natal
Nadie conoce la fuerza m¨¢xima de Natalia Rodr¨ªguez, pero es mucha. "Es como la de Ferm¨ªn Cacho, una fuerza natural, una fuerza de la naturaleza", cuenta el entrenador de la atleta de Tarragona. Cuenta Miguel Escalona que hace unos a?os intentaron medirla, pero no pudieron. "Hab¨ªa levantado 160 kilos en una sesi¨®n piramidal y, como s¨®lo est¨¢bamos dos personas con ella, no pudo intentar levantar m¨¢s: no pod¨ªamos entre dos colocarle m¨¢s peso. En esa sesi¨®n levant¨® m¨¢s de una tonelada". Como para pensar que es una loca del gimnasio, del body building, de la exhibici¨®n de m¨²sculos hipertrofiados. Pero no, claro. Natalia Rodr¨ªguez mide poco m¨¢s de 1,60 metros y pesa 49 kilos. Lleva unas trenzas min¨²sculas pegadas al cuero cabelludo y corre los 1.500 metros. No se conocen sus l¨ªmites. "Y su verdadera fortaleza es la mental", dice Escalona.
No se conocen sus l¨ªmites. "Y su verdadera fortaleza es la mental", dice su entrenador
El 1.500 es la carrera reina porque combina fuerza, resistencia y sabidur¨ªa t¨¢ctica. "Es la prueba de madurez de los atletas", dice Escalona; "en la que el atleta tiene que tomar decisiones, no simplemente echarse a correr".
As¨ª, despu¨¦s de una desastrosa primera serie, en la que corri¨® mal, se dej¨® encerrar, se nubl¨®, se qued¨® sin fuerzas, qued¨® la octava y s¨®lo pas¨® a las semifinales porque la criba era m¨ªnima, muy pocos, quiz¨¢s nadie, salvo ella y su entrenador, piensan que pueda tener posibilidades en aqu¨¦llas y menos a¨²n en la final. Muy pocos conocen a Natalia Rodr¨ªguez.
La trayectoria de la atleta de Tarragona, que corre como quien flota, pura eficiencia de zancada, pura clase, es, como la de tantos atletas de la periferia, de ciudades o pueblos peque?os, como Eliseo Mart¨ªn en Monz¨®n, como Ferm¨ªn Cacho en Soria, como Marta Dom¨ªnguez en Palencia, como Manolo Mart¨ªnez en Le¨®n, la de un talento puro y desconcertante que no se perdi¨® por el trabajo voluntarista de un profesor de educaci¨®n f¨ªsica del barrio que era tambi¨¦n entrenador de atletismo. Con ¨¦l, con Escalona, Natalia empez¨® a crecer como atleta y, en simbiosis natural, ¨¦l, Escalona, empez¨® a crecer como entrenador. Poco a poco. "Me obliga a superarme todos los a?os", dice Escalona.
Ellos plantean una evoluci¨®n tranquila y silenciosa, iniciada hace dos a?os en Edmonton, donde Natalia fue sexta. Pero la calidad de la atleta les rompe los esquemas y tienen que redefinir objetivos todos los a?os. ?ste, despu¨¦s de los triunfos de la atleta, de 25 a?os, en la Copa de Europa, en Florencia, y en la reuni¨®n de Par¨ªs de la Golden League, donde roz¨® los cuatro minutos, y visto lo que muestran sus ¨²ltimos entrenamientos, ven que no le quedar¨¢ m¨¢s remedio que romper la barrera de los cuatro minutos, una perspectiva que marea a Natalia.
Pero no deja de poner los pies en la tierra. Sabe de d¨®nde viene y por qu¨¦ est¨¢ donde est¨¢: en un barrio de Tarragona. Que all¨ª ha ido creciendo y que no ve sentido en cambiar de ambiente pese a las peticiones de la Federaci¨®n Espa?ola. Escalona no viaja con los dem¨¢s t¨¦cnicos de ese organismo, no tiene el ch¨¢ndal rojo con el que los dem¨¢s se hicieron la foto del equipo. "Natalia es de Tarragona y all¨ª tiene todas sus referencias. All¨ª tiene su pista, sus circuitos para rodar, un m¨¦dico para cuando est¨¢ enferma y una fisioterapeuta para los masajes", dice Escalona; "no necesita m¨¢s. ?se es su centro de alto rendimiento. Lo que no obsta para que vea el futuro y piense que llegar¨¢ un momento en el que quiz¨¢s yo ya no pueda estar a su altura. Entonces ser¨¢ un gran problema porque, si cambia de entrenador, tendr¨¢ que adaptarse a las nuevas normas, nuevas t¨¦cnicas. Tendr¨¢ que cambiar su cabeza. Tendr¨¢, quiz¨¢s, que olvidarse de todo aquello que la ha llevado a estar donde est¨¢. O a perder sus ra¨ªces".
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