"El palo m¨¢s gordo de mi vida"
El espa?ol no entiende lo que le pas¨® para tener que conformarse con el tercer puesto
Pobre Yago Lamela, pobre chico. Estaba todo el mundo encandilado con el saltador espa?ol desde sus fabulosos 8,53 metros de hace apenas diez d¨ªas en Castell¨®n, en el ¨²ltimo control antes de la gran cita parisiense. Estaba todo el mundo haciendo cuentas. La estirpe de los m¨¢s grandes, la saga de los ¨²ltimos Carl Lewis, Mike Powell, Iv¨¢n Pedroso..., tendr¨ªa que apretujarse un poco m¨¢s para dejarle pasar. Se hablaba antes de la final hasta de Lutz Dombrowski, el alem¨¢n de la antigua RDA que gan¨® con 8,54 metros los boicoteados Juegos Ol¨ªmpicos de Mosc¨² 80, el ¨²ltimo saltador blanco que se impuso en una competici¨®n ol¨ªmpica o mundial. Estaba el propio Lamela creyendo en ¨¦l. Creyendo en sus posibilidades m¨¢s que nunca. Estaba para romper sus l¨ªmites, para superar sus barreras.
"Saltaba al ciento por ciento, a tope. Esperaba una gran marca y... nada"
Termin¨® su Mundial. Termin¨® con un salto de 8,22 metros. Termin¨® con una medalla de bronce. Y Lamela no entend¨ªa nada. "Saltaba al ciento por ciento. Saltaba a tope. Esperaba una gran marca y... nada: 8,15, 8,20 metros... Me quedaba estupefacto", dijo. "Y, tal y como calent¨¦, pens¨¦ que saltar¨ªa m¨¢s, bastante m¨¢s. Ha sido el palo m¨¢s gordo de mi carrera, de mi vida; el palo m¨¢s gordo... Estoy desanimado. No me apetece pensar ni en lo que pueda ser Atenas [los Juegos de 2004] ni en m¨¢s competiciones. S¨®lo quiero quitarme de la cabeza lo de hoy. Pero soy fuerte. Lo superar¨¦. Soy una persona luchadora. He superado situaciones peores", a?adi¨® con tono apesadumbrado.
El bronce de Par¨ªs es la cuarta medalla de Lamela en un gran campeonato, tras las platas conseguidas en los Mundiales en pista cubierta de Maebashi 99 y Birminghan 2003 y la del Mundial de Sevilla 99. "S¨ª, la cuarta", dijo el asturiano. "Pero el oro siempre se me ha escapado. Yo ven¨ªa a por el oro. Habl¨¦ de que lo pod¨ªa conseguir, pero, claro, nunca de que fuera f¨¢cil".
En una carrera que nunca ha sido lisa ni f¨¢cil, Lamela ha pasado por graves lesiones, como las que sufri¨® cuando, veintea?ero, se fue a Estados Unidos; fracasos duros de asumir, como la no clasificaci¨®n para la final de los Juegos de Sidney 2000; depresiones, rupturas con entrenadores, cambios de residencia...
Estaba tan desanimado el pobre Lamela que ni siquiera mostr¨® emoci¨®n alguna o ganas de pelear por la validez del ¨²ltimo salto, declarado nulo pese a que, seg¨²n muchos expertos, la punta de la zapatilla no dej¨® huella en la plastilina. Nada m¨¢s saltarlo, nada m¨¢s ver el bander¨ªn rojo, Lamela pidi¨® que se midiera antes de que se borrara la huella. Se midi¨® en 8,28 cent¨ªmetros. Y, aunque el desesperado Lamela expres¨® luego indiferencia por ¨¦l -"no s¨¦ lo que medir¨ªa, pero no era muy largo de todas formas"-, los t¨¦cnicos de la Federaci¨®n Espa?ola presentaron un recurso. Si lo aceptara la internacional, Lamela arrebatar¨ªa la plata al jamaicano James Beckford, que salt¨® la misma distancia, pero cuyo segundo salto result¨® peor.
En su segundo salto hizo nulo. Por poco se comi¨® la tabla. Despu¨¦s, incr¨¦dulo, se acerc¨® adonde su entrenador, el personal Rafael Blanquer. Se tir¨® casi diez minutos pegado a la barra oyendo a su t¨¦cnico. "Le pregunt¨¦ qu¨¦ me hab¨ªa pasado", dijo; "quer¨ªa que me explicara paso por paso, desde el comienzo, todo lo que hab¨ªa hecho mal. Por eso estuve tanto tiempo con ¨¦l". Despu¨¦s de la charla, a saltar.
No salt¨® mucho Lamela. Tampoco saltaron mucho los dem¨¢s. La final la gan¨® el estadounidense Dwight Phillips, el mismo que gan¨® el Mundial en pista cubierta con un cent¨ªmetro m¨¢s que Lamela, con un salto de 8,32 cent¨ªmetros, el salto de oro m¨¢s corto desde los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨²nich 72. "La culpa la tuvo el tiempo, la lluvia, el fr¨ªo...", dijo; "la pista estaba mojada, con lo que se corre peor. Adem¨¢s, tuvimos un cuartucho m¨ªnimo para calentarnos antes de saltar. Son muchos detalles los que influyen".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.