El principal asesor de Blair dimite mientras se hunde la popularidad del primer ministro

El primer ministro brit¨¢nico perder¨¢ en las "pr¨®ximas semanas" a su fiel colaborador Alastair Campbell en una fase cr¨ªtica de la crisis m¨¢s grave que afecta directamente a Tony Blair en sus seis a?os de gobierno. Un d¨ªa despu¨¦s de la hist¨®rica comparecencia judicial del primer ministro laborista, su director de comunicaciones y estrategia anunci¨® que se retiraba del centro neur¨¢lgico de Downing Street. Campbell seguir¨¢ colaborando en la investigaci¨®n de la muerte de David Kelly. Una encuesta publicada ayer por un diario brit¨¢nico se?ala que el 63% de los brit¨¢nicos desaprueba al Gobierno.

Hombre de absoluta confianza de Tony Blair y cara p¨²blica del neolaborismo desde 1993, Alastair Campbell dirigi¨® la batalla del Ejecutivo brit¨¢nico contra la BBC, que pudo precipitar el tr¨¢gico desenlace del cient¨ªfico David Kelly.

Campbell es uno de los protagonistas fundamentales de la investigaci¨®n de la muerte del experto en armas biol¨®gicas y fuente del pol¨¦mico reportaje radiof¨®nico sobre manipulaci¨®n pol¨ªtica del informe sobre Irak. Ha pasado a encabezar la lista de posibles bajas con su retirada, que anunci¨® ayer.

La dimisi¨®n de Campbell no sorprendi¨®. ?l mismo record¨® ayer que quiso abandonar su cargo como director de comunicaci¨®n y estrategia de Blair el verano pasado. Los preparativos de la guerra contra Sadam Husein retrasaron sus planes porque, seg¨²n explic¨®, "el primer ministro me pidi¨® que supervisara las comunicaciones del Gobierno respecto a Irak". El pasado 7 de abril comunic¨® a Blair que desertar¨ªa este verano.

La salida parec¨ªa inevitable, pero la fecha elegida ha provocado asombro. Blair se queda pr¨¢cticamente solo en Downing Street en medio del hurac¨¢n. Desde la invasi¨®n de Irak, en apoyo de EE UU y en contra de la mayor¨ªa del resto de la comunidad internacional, el Gobierno brit¨¢nico acusa una ca¨ªda de popularidad. La denuncia de Andrew Gilligan, periodista de la BBC, y el aparente suicidio de su contacto han fomentado la desconfianza del electorado en Blair y en su gesti¨®n gubernamental.

La puesta en marcha de la investigaci¨®n sobre la muerte de Kelly, que el primer ministro encomend¨® a una de las m¨¢ximas autoridades judiciales del pa¨ªs, el juez Brian Hutton, no est¨¢ aportando frutos inmediatos para el Gobierno. En el banquillo de los testigos, asesores y altos funcionarios gubernamentales, e incluso el ministro de Defensa, Geoff Hoon, para quien trabajaba el cient¨ªfico antes de perder la vida el 17 de julio, centraron parte de sus respectivos testimonios en pasar la responsabilidad a terceras personas.

Blair evit¨® esta dudosa estrategia. En su comparencia ante el juez, anteayer, asumi¨® la responsabilidad de las principales decisiones que pudieron precipitar la muerte de Kelly. Abogado de formaci¨®n, supo defenderse con convicci¨®n y ganarse, si no el voto, al menos el respeto de la audiencia. Pero a¨²n le queda mucho por recorrer para recuperar la confianza del electorado.

Los resultados del ¨²ltimo sondeo, efectuado antes de su intervenci¨®n judicial, retratan al primer ministro como un pol¨ªtico en el que "no se puede confiar" y que est¨¢ m¨¢s "preocupado por s¨ª mismo y el partido" que por "el pa¨ªs en su globalidad". Ser "decisivo" y "competente" son de las pocas cualidades que Blair preserva desde una encuesta similar de 1998.

El 63% de los entrevistados "desaprueba" la labor del Gobierno laborista, y el 60% piensa que el Ejecutivo "no es honesto". La pobre imagen que el electorado tiene del Partido Conservador y especialmente de su l¨ªder, Iain Duncan Smith, ofrece al primer ministro una v¨¢lvula de escape. El 30% prefiere a Blair, frente al 19% que se decanta por Duncan Smith como jefe de Gobierno, seg¨²n el sondeo publicado ayer por The Daily Telegraph.

Experto en manipulaci¨®n

La salida de Campbell da luz verde a Downing Street para reestructurar su gabinete de prensa. Ayer mismo Blair nombr¨® como nuevo jefe de comunicaci¨®n al veterano David Hill, el responsable de prensa del Partido Laborista cuando gan¨® las elecciones legislativas de 1997. Campbell es el rey del spin, el experto de la manipulaci¨®n medi¨¢tica que, en los ¨²ltimos a?os, se convirti¨® en el sujeto de las noticias con m¨¢s frecuencia que en su mero transmisor. "La imagen que de ¨¦l se pinta en los medios siempre ha sido una caricatura. El Alastair Campbell que yo conozco es inmensamente capaz, desconoce el miedo y es un leal servidor de la causa en la que cree", dijo Blair.

Pero, ¨²ltimamente, no eran s¨®lo los enemigos quienes criticaban a Campbell por hundir al Gobierno laborista en la cultura del spin. Su t¨¢cticas ayudaron a Blair y al partido en la larga fase de oposici¨®n, pero resultaron contraproducentes una vez que el neolaborismo se asent¨® en Downing Street. Es una cr¨ªtica constante en los seis a?os de administraci¨®n laborista y un problema que su l¨ªder debe resolver. Porque, como se?al¨® Duncan Smith, "el electorado ha descubierto por fin que debe buscar una alternativa al presente Gobierno".