Escenas de cama
Me escribe un se?or desde el mismo Albacete para felicitarme por mi coraje. Dice este se?or que se ve que no me importa ridiculizar a los m¨ªos con tal de hacer una discutible gracieta. Hay cartas que te suben la moral, de verdad te lo digo. Porque veo que ustedes est¨¢n pillando al vuelo mi compleja personalidad. Pero quisiera puntualizarle una cosita a este albacete?o ejemplar: no s¨®lo estoy al servicio de la gracieta. Creo, y lo digo desde la falsa modestia, que pongo sobre el tapete vivencias, que si bien podr¨ªan parecer en una primera lectura una soberana gilipollez, si uno lee una y otra vez estas peque?as piezas tal vez se d¨¦ cuenta de que tras el humor hay una mujer que vibra. Yo me he desnudado toda. No me averg¨¹enzo. Lo he hecho por ustedes. Pero en Espa?a esa sinceridad no se entiende. ?Por qu¨¦ nos identificamos las mujeres con Hillary? Porque ha confesado lo que siente una mujer cuando su marido comparte flujos con una becaria en el Despacho Oral. Yo pregunto: ?es que no hemos sentido todas miedo en alg¨²n momento de las becarias? M¨¢xime cuando una tambi¨¦n ha sido becaria. Amigas, s¨¦ muy bien de lo que hablo. Hoy quisiera compartir con ustedes el origen de mi crisis matrimonial. S¨¦ que hay en estos momentos, mujeres en Andaluc¨ªa, en el mismo Albacete, incluso en el Reino de Arag¨®n, que est¨¢n pasando por esto. Amigas: es muy dif¨ªcil dormir cuando alguien ronca, cuando unos ronquidos, que yo calificar¨ªa de estent¨®reos, te abocan al insomnio. He llamado a muchas puertas, al veterinario de Bicoca, a mi cu?ada, que sufre un problema similar con un hermano m¨ªo. Nada. Mi cu?ada me habl¨® de un piercing silenciador que le compr¨® a mi hermano por su onom¨¢stica, pero claro, yo le pongo el piercing a Chiquit¨ªn y se lo arranca con la pata. Yo podr¨ªa vivir con este handicap de Chiquit¨ªn, porque las mujeres tenemos m¨¢s aguante, pero mi santo se ofusca. Ayer, una noche m¨¢s, nos despertaron los ronquidos de Chiquit¨ªn. Mi santo y yo, una vez m¨¢s, nos incorporamos para chasquear los dientes. Y nos cuesta, porque el hombre que tiene que venir a arreglarnos los colchones no ha vuelto a¨²n de Roquetas (vuelve el domingo, si Dios quiere) y como toda Espa?a sabe hemos pasado el verano con los colchones levantados por la parte referente a los pies y a resultas de ello estamos muy bien de las varices y tambi¨¦n estamos hasta los huevos, hablando en plata. As¨ª que incorporarse y chasquear los dientes a las tantas se hace muy cuesta arriba. Lo que yo digo, cuando las cosas dicen de torcerse... Mi santo es un dr¨¢stico y dice que Chiquit¨ªn se vaya a dormir al jodido garaje. Seg¨²n mi asesor fiscal, hay que comprender que mi santo viene de un mundo rural en el que los animales, tipo cerdos, pollos, etc¨¦tera, viv¨ªan en el corral. Pero a m¨ª me da que mi asesor lo justifica porque de cara a que le cuadre la declaraci¨®n no le conviene que nos separemos. Conste que a m¨ª tambi¨¦n me parece una raz¨®n de peso. Yo tengo la esperanza de que cuando venga el se?or de los colchones y nos podamos incorporar mejor para chasquear los dientes todo mejorar¨¢, porque ahora, seamos sinceros, se masca la tensi¨®n. Ayer le solt¨¦ a mi santo: a ver si vas a ser t¨² el que se va al pasillo. Hay que hablarle as¨ª porque se pone muy terco. Oyes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.