La larga marcha de Philips
Cierra 50 f¨¢bricas y se centra en la atenci¨®n al cliente y la innovaci¨®n
Philips piensa cerrar en los pr¨®ximos a?os 50 de las 150 f¨¢bricas que posee ahora en el mundo para ahorrar costes. El anuncio, efectuado por el propio presidente de la multinacional holandesa, Gerard Kleisterlee, supone un nuevo intento de devolverle a la firma el lustre perdido durante los ¨²ltimos 15 a?os. Un periodo marcado por continuas reorganizaciones y bajas cifras de beneficios, que han entorpecido las ventas y desanimado a la clientela.
Desde que Gerard Kleisterlee asumi¨® la presidencia, Philips ha recortado 50.000 empleos y ahora s¨®lo quedan 170.000 trabajadores
El grupo holand¨¦s ha seguido invirtiendo en investigaci¨®n y desarrollo y ahora se prepara para viajar a China, en el sentido m¨¢s literal
En la nueva era que se avecina, innovaci¨®n y clientela ser¨¢n precisamente los dos puntos de referencia de Philips. La atenci¨®n se centrar¨¢ en los productos competitivos que sirvan para recortar distancias y acercarse a Sony y Panasonic, los dos grandes rivales de la compa?¨ªa de Eindhoven. La divisi¨®n de electr¨®nica para el consumo, que supone un tercio del volumen de negocios, sumaba en 1998 tres decenas de f¨¢bricas. Hoy s¨®lo queda una decena, y no est¨¢ claro si alguna m¨¢s caer¨¢ en la reorganizaci¨®n planteada por Kleisterlee.
El hecho de que, desde su ascenso hace dos a?os, hayan sido recortados 50.000 empleos -quedan 170.000 trabajadores- ha puesto en guardia a los sindicatos holandeses. Sus representantes quieren saber cu¨¢ntas f¨¢bricas podr¨ªan cerrar o bien ser vendidas a terceros, porque hace s¨®lo cinco a?os Philips a¨²n ten¨ªa 270 centros de producci¨®n en el mundo.
Sin respuesta todav¨ªa, estas preguntas permanecen en un segundo plano. Lo m¨¢s importante para Philips en estos momentos es conseguir que los distintos departamentos de la casa mantengan una relaci¨®n fluida. Que no trabajen aislados, como suced¨ªa en los a?os ochenta, y del intercambio de opiniones y experiencia surjan los nuevos productos que la multinacional espera sacar al mercado.
En una palabra, que sus gerentes piensen en "una sola Philips", como ha se?alado Kleisterlee al rotativo NRC Handelsblad, para estimular el trabajo en equipo y evitar las etiquetas de primera y segunda categor¨ªa a la hora de la facturaci¨®n. Luego habr¨¢ tiempo para pensar en China, que suma ya un 10% del volumen de ventas de la multinacional y de donde viene un tercio de su producci¨®n.
Rumbo a China
Porque, como ya ocurriera en los peores momentos de hace casi dos d¨¦cadas, Philips est¨¢ lejos de tener las arcas vac¨ªas. A pesar de la recesi¨®n econ¨®mica, ha seguido invirtiendo en investigaci¨®n y desarrollo de productos y se prepara para viajar a China, en el sentido m¨¢s literal, y "tomarle el pulso" -ese acto tan valioso en pol¨ªtica- a la potencia que emerge. "Nos llegan buenas noticias de Asia, pero queremos constatarlo sobre el terreno", ha dicho Kleisterlee, que tiene tambi¨¦n una visi¨®n clara del tipo de clientela que podr¨ªa seducir al otro lado del espectro, Estados Unidos.
Si las teor¨ªas de su nuevo departamento de marketing se cumplen, un 20% de los consumidores podr¨ªa gastar lo suficiente como para sumar el 80% de los ingresos. En el caso estadounidense ser¨ªan unos clientes espec¨ªficos y muy bien elegidos, entre 35 y 55 a?os, con estudios superiores e inquietudes tanto l¨²dicas como sobre su salud a corto y largo plazo. As¨ª comprar¨ªan desde un televisor de pantalla plana a un cepillo de dientes el¨¦ctrico o una afeitadora Philipshave, esta ¨²ltima uno de los productos estrella de la casa desde siempre.
Lucidez y firmeza
Si bien el futuro de Philips en China se anuncia alentador, la estrategia para Estados Unidos tendr¨¢ que ser dirigida con lucidez y firmeza. Adem¨¢s de Sony y Panasonic, dicho mercado, sobre todo en el sector de la electr¨®nica para el consumo, est¨¢ bien sujeto por la casa coreana Samsung.
"Son agresivos y temibles" desde el punto de vista empresarial, en palabras del mismo Gerard Kleisterlee, presidente de la multinacional holandesa. Pero espera que no imbatibles. Otra cosa ser¨¢ la puesta en pr¨¢ctica de estos planes, con las inevitables p¨¦rdidas laborales, en un clima de recesi¨®n econ¨®mica a la que el Gobierno holand¨¦s ya le ha puesto una cifra concreta. La coalici¨®n cristianodem¨®crata-liberal que encabeza Jan Peter Balkenende piensa ahorrar 17.000 millones de euros en los pr¨®ximos cuatro a?os.
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