"Somos m¨¢s trabajadoras y valiosas que los hombres"
Marta Dom¨ªnguez (Palencia, 1975) ha sucedido a Arantxa S¨¢nchez Vicario al frente de las mujeres del deporte espa?ol. Como la tenista, su car¨¢cter competitivo no tiene l¨ªmites. Lo demostr¨® el s¨¢bado en la final de los 5.000 metros. Se sobrepuso a una situaci¨®n desesperada y conquist¨® el segundo puesto.
Pregunta. ?Es consciente de lo que representa para las deportistas espa?olas?
Respuesta. No soy consciente de ello. Mi familia se encarga de recordarme que soy una chica normal. Ellos no dan demasiado valor a lo que hago. Eso est¨¢ bien. Mi madre suele decir: 'No es para tanto', aunque luego se alegre extraordinariamente de los ¨¦xitos. Me debe de ocurrir como a Arantxa. Me gustaba su manera de luchar.
"Soy rencorosa, ni perdono ni olvido; tengo un desaf¨ªo claro con los Juegos Ol¨ªmpicos"
"Cuando compito, tengo tanto miedo que me pregunto: '?qui¨¦n me mandar¨ªa estar aqu¨ª?"
"?Por qu¨¦ no conf¨ªan en m¨ª cuando llego con malos tiempos y s¨ª lo hac¨ªan en Cacho?"
P. ?Ha sido su modelo?
R. Me veo en ella, en su estilo. Muchas veces est¨¢s quemada en la ¨²ltima vuelta, no puedes m¨¢s y sigues adelante s¨®lo por voluntad, con un sacrificio enorme. Ese coraje lo tiene poca gente en la vida cotidiana. Casi no existe en la sociedad y tampoco en el deporte.
P. ?De d¨®nde procede su capacidad competitiva?
R. De peque?a, ten¨ªa que ganar a todo, no importaba lo que fuera. Si hab¨ªa que encestar desde el medio campo con una mano, no paraba hasta conseguirlo. Si hab¨ªa que jugar al f¨²tbol, igual. Quer¨ªa ganar, necesitaba ganar. Recuerdo que jugaba con los chicos al f¨²tbol y que siempre me eleg¨ªan la primera a pares y nones. Sab¨ªan que era muy resistente. Siempre remont¨¢bamos. Perd¨ªamos y les re?¨ªa constantemente hasta que venc¨ªamos.
P. ?Le viene de familia?
R. Mi familia no es as¨ª. Mis t¨ªos son muy aficionados al deporte, pero lo viven de otra manera. Cuando juego al f¨²tbol, no se acaba el partido hasta que marco el ¨²ltimo gol, o en el front¨®n. Quiz¨¢ ese instinto proceda de mi padre. Nunca ha practicado el deporte, pero es muy perfeccionista. Es carpintero met¨¢lico y su trabajo consiste en ajustar las piezas por mil¨ªmetros, sin equivocaciones. Puede estar un mes con un encargo, pero lo conseguir¨¢. Lo mismo me ocurre a m¨ª.
P. ?Tienen la repercusi¨®n justa los ¨¦xitos constantes de las deportistas espa?olas?
R. No nos tratan bien. La mujer siempre tiene que demostrar algo. Eso me fastidia. Por ejemplo, en el atletismo, al hombre le vale con demostrar algo una sola vez. Recuerdo que Garc¨ªa Chico fue tercero en salto con p¨¦rtiga en los Juegos de Barcelona y le ha valido para toda la vida. Pues bien, Mar¨ªa Vasco fue tercera en la prueba de marcha en Sidney, la primera medalla de una atleta espa?ola en la historia de los Juegos, y no se ha vuelto a hablar de ella. No tiene que ver con Garc¨ªa Chico. Tiene que ver con el distinto trato que reciben los hombres y las mujeres. Por ejemplo, todo el mundo habla de Reyes Est¨¦vez, que no ha tenido grandes resultados esta temporada, y no hay una rese?a de las marcas que ha logrado Natalia Rodr¨ªguez. Si fuera un hombre, lo que ha hecho Ruth Beitia en salto de altura ser¨ªa una noticia colosal. Pero nadie le ha dado ninguna importancia. ?Por qu¨¦ la gente no conf¨ªa en m¨ª cuando vengo a los Mundiales con malos tiempos? ?Por qu¨¦ se confiaba en Ferm¨ªn Cacho cuando no corr¨ªa, cuando sus marcas eran malas antes de las grandes competiciones? Espa?a es un pa¨ªs muy machista.
P. La jugadora italiana de voleibol Maurizia Cacciatori dec¨ªa ayer en este peri¨®dico que no hay diferencia de intensidad entre el deporte masculino y el femenino.
R. Me entreno todos los d¨ªas con chicos y nos sacamos los ojos. Al que quiera saber c¨®mo son esos entrenamientos le invito a rodar con nosotros. Los hombres y las mujeres somos distintos, tenemos capacidades diferentes. Ellos tienen m¨¢s fuerza, por ejemplo. Est¨¢ en la naturaleza. Pero no me comparo con ellos. Quiero ser mujer.
P. ?Considera que las mujeres espa?olas han superado a los hombres en el deporte?
R. Hace poco me fascin¨® Gemma Mengual en los Mundiales de nataci¨®n sincronizada. Fue una demostraci¨®n excepcional de voluntad y talento. Y, en gimnasia, Elena G¨®mez acaba de colocarse entre las mejores del mundo. Cada vez ocurre con m¨¢s frecuencia. Me alegro por las mujeres cuando se obtienen estos ¨¦xitos. El hombre espa?ol lo tiene m¨¢s f¨¢cil. Si lo hace bien, es una m¨¢quina. Si lo hace mal, no pasa nada; siempre habr¨¢ una disculpa o no se tomar¨¢ en cuenta.
P. ?C¨®mo cultiva su veta competitiva?
R. Tienes que nacer con unas condiciones adecuadas para competir y luego fomentarlas. Soy una buena competidora porque en los entrenamientos me dejo la vida, sufro much¨ªsimo m¨¢s que en las carreras. Al fin y al cabo, finales como las del s¨¢bado duran 15 minutos. Es un sufrimiento soportable. Los entrenamientos son de un sufrimiento brutal, pero es la manera de endurecerte mentalmente, de estar preparada.
P. ?Qu¨¦ le provocan los entrenamientos?
R. Me gusta entrenarme, pero tengo claro que es mi trabajo. Lo acepto as¨ª. Si tuviera dinero, si fuera millonaria, correr¨ªa, porque me gusta correr, pero lo har¨ªa de otra manera, por divertirme. Desde luego, no me dejar¨ªa la vida como ahora. Esto es muy duro.
P. ?Cu¨¢l es su primer sentimiento antes de una gran competici¨®n?
R. Tengo miedo. Siempre pienso: '?Qui¨¦n me mandar¨ªa estar aqu¨ª?, con lo bien que estar¨ªa viendo la carrera por televisi¨®n o tumbada en el sof¨¢ de mi casa'. Tengo tanto miedo que me pongo a rezar: 'Se?or, no te volver¨¦ a pedir nada m¨¢s, pero ay¨²dame aqu¨ª'. As¨ª estoy cada a?o. Soy una creyente ego¨ªsta, interesada.
P. Figur¨® en las listas del PP en las elecciones municipales. ?Por qu¨¦ lo hizo?
R. Me met¨ª en pol¨ªtica porque quiero que progrese el deporte en mi ciudad. No lo hice por ideolog¨ªa. Expuse mis ideas a los dirigentes del PP en Palencia y las aceptaron en el programa. Entr¨¦ en sus listas como independiente. El caso es que ahora estamos en la oposici¨®n. Quiz¨¢ me ha ido mejor as¨ª porque, de lo contrario, estar¨ªa envuelta en demasiadas ocupaciones.
P. ?Fue un capricho pasajero o se lo toma igual de serio que en el deporte?
R. Mi objetivo es hacerlo bien, como en la pista. Quiero trabajar por el desarrollo del deporte y por el reconocimiento de las mujeres. Yo creo que, en muchos aspectos, somos m¨¢s valiosas que los hombres, m¨¢s trabajadoras, m¨¢s constantes, porque tenemos que demostrar constantemente nuestra val¨ªa.
P. ?Hay un mayor desgaste f¨ªsico o mental tras una carrera como la del s¨¢bado?
R. S¨¦ que una gran parte de la fatiga en las carreras es mental. Voy atenta a todo lo que sucede, a lo que hago yo, a lo que hacen las dem¨¢s, a ocupar un puesto en la pista y no perderlo, a neg¨¢rselo a las rivales, a mirar las pantallas del estadio para controlar todo lo que pasa. Es algo parecido a conducir un coche en los d¨ªas de mucho tr¨¢fico. Soy una mujer nerviosa, pero en la competici¨®n me tranquilizo. Me vuelvo muy paciente. Tengo las cosas claras: busco un sitio en la cuerda y lo defiendo hasta el final. Me digo: 'La calle para m¨ª'. Si me tocan, saco los codos. Luego, espero, sin precipitarme.
P. En la final, ?qu¨¦ pens¨® a falta de 150 metros?
R. Oro.
P. ?De 100?
R. Derrota, medalla de chocolate.
P. ?De 50?
R. No puedo ser cuarta.
P. ?En la parrilla?
R. La medalla es m¨ªa.
P. ?En la l¨ªnea de llegada?
R. Gracias, Se?or.
P. Ninguno de los medallistas espa?oles se entrena en los centros de alto rendimiento de Madrid o Barcelona. ?A qu¨¦ se debe?
R. En primer lugar, eso demuestra que el nivel de los entrenadores es muy bueno fuera de Madrid y Barcelona. Se acabaron los a?os en los que hab¨ªa que ir all¨ª a la fuerza. Quiz¨¢ la gente se esfuerza m¨¢s en los pueblos porque no hay tantos medios. El que tiene fr¨ªo en Madrid, en la Residencia Blume, se va a un gimnasio, al calorcito. Si tienen alg¨²n dolor, le atienden inmediatamente. Yo, si tengo dolor, me aguanto durante dos d¨ªas hasta ver si remite. Si tengo que estirar en invierno, lo hago sobre una piedra fr¨ªa. Eso endurece.
P. Muchos atletas actuales parecen robotizados por sus entrenadores. ?Cu¨¢l es su relaci¨®n con su t¨¦cnico, Mariano D¨ªez?
R. ?l me ha hecho. Estoy con Mariano desde peque?a. Me f¨ªo de ¨¦l. Pero tambi¨¦n hay cosas que no me gustan y s¨¦ que no va a cambiar, as¨ª que me quedo con sus aspectos positivos. Est¨¢ donde tiene que estar. Viene a algunos entrenamientos, me da consejos, me traza pautas antes de las grandes competiciones y me deja sola. Hay momentos en que quiero estar sola, en que no quiero estar ni con mi entrenador, ni con mi padre, ni con mi madre ni con san Pedro. No necesito que me den la chapa, que me digan lo buena que soy.
P. Algunas veces ha dado, por sus palabras, la impresi¨®n de estar cerca del final de su carrera.
R. He llegado a un punto en el que me pregunto: 'Los pr¨®ximos Mundiales son en 2005. ?Me interesan? ?Para qu¨¦? ?Qu¨¦ me interesa? ?La marca, el puesto?'. Con los Juegos no tengo dudas. Es un objetivo important¨ªsimo. Luego, ya veremos. ?Qu¨¦ voy a hacer en los Mundiales si ya estoy satisfecha con lo que he conseguido en los dos ¨²ltimos?
P. ?Hasta qu¨¦ punto le motiva la deuda con los Juegos?
R. Siempre digo que soy rencorosa. Ni perdono ni olvido. Tengo claro que tengo un desaf¨ªo con los Juegos Ol¨ªmpicos. En Atlanta 96 era muy joven, pero fui a Sidney 2000 convencida de que pod¨ªa lograr algo grande. Por desgracia, sufr¨ª un resfriado tremendo. Sal¨ª amargada.
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