Recuerdo y justicia

Dos misas y unas 200 personas recordaron ayer la muerte, a¨²n sin esclarecer, de la joven de Zeberio Laura Orue, de 22 a?os, cuyo cad¨¢ver fue hallado el 5 de septiembre de 1999 en una zanja en Miraballes. A las 11 de la ma?ana, la iglesia de San Bartolom¨¦ de esta ¨²ltima localidad registraba un lleno. En la plaza que forman la Iglesia y el Ayuntamiento se hab¨ªa preparado un peque?o escenario con una foto de Orue junto a la leyenda "Zure itzala gure argia" ("Tu sombra es nuestra luz") con dos ramos de flores y velas encendidas. All¨ª esperaban algunos vecinos en silencio el comienzo del homenaje.

Testigo del acto un term¨®metro que marcaba 22 grados y un cielo gris reflejo de la tristeza y las l¨¢grimas de quienes all¨ª se iban a concentrar.

Los padres de la joven oyeron ayer dos misas: a las once en Miraballes y una hora despu¨¦s en Zeberio, por lo que no pudieron asistir al acto de homenaje. Sin los progenitores y entre amigos y familiares son¨® en la plaza la txalaparta y luego unas breves y entrecortadas palabras de Susana Azkueta, una amiga de Orue.

Tres mensajes se sucedieron: "Justicia, porque seguimos casi como el primer d¨ªa"; "no acusamos ni se?alamos a nadie", en referencia a la puesta en libertad por falta de pruebas de dos detenidos por el caso, y "solidaridad con la familia de Emilio Eguiluz", desaparecido en marzo en Arrigorriaga. "De ¨¦se tampoco se sabe nada; en alg¨²n sitio sucio se caer¨ªa". Las palabras de un hombre mayor mostraban la tristeza que se vive en Miraballes.

Azkueta lleg¨® con el apoyo de una amiga al final de sus palabras y al agradecimiento a los asistentes. Su deseo fue que no sea preciso volver a reunirse dentro de un a?o para seguir pidiendo el esclarecimiento del caso.

Al homenaje se sum¨® con el cantante Mikel Urdangarin, quien pidi¨® a los reporteros que no le hiciesen protagonista del acto y no le fotografiaran. Asist¨ªa a petici¨®n de la familia. Tras un minuto de silencio y un aurresku, los 200 asistentes, de todas las edades, se colocaron tras una pancarta con la foto de Laura Orue que ped¨ªa justicia. Media hora larga de marcha por la calles del pueblo llevaron primero la concentraci¨®n hasta las puertas del cementerio, donde se rez¨®. Desde all¨ª y por una pista forestal los participantes llegaron al pinar en que fue encontrado el cad¨¢ver.

Un monolito y unas plantas la recuerdan en el monte, donde atruena el ruido de la cercana autopista A-68. No hubo m¨¢s palabras. Al son del txistu dos chicas bailaron otro aurresku. Mientras recog¨ªan la pancarta algunos vecinos subieron unos metros m¨¢s hasta el punto exacto donde fue hallado su cuerpo. Ya desperdigados, los familiares y amigos descendieron hacia el pueblo.

Laura, vecina de un barrio rural de Zeberio pr¨®ximo a Miraballes, fue vista con vida por ¨²ltima vez cuando sali¨® de madrugada de la sidrer¨ªa en que trabajaba para dirigirse a las fiestas de Llodio. Quer¨ªa bajar en coche la empinada cuesta que separa su caser¨ªo en el barrio de Zaldiaran del centro de Miraballes, donde iba a coger un tren a la localidad alavesa. Nunca lleg¨® a reunirse con sus amigas. Su veh¨ªculo fue hallado en la estaci¨®n.