La distancia reencontrada
Como queriendo zanjar la temporada de exposiciones y a la vez abrir un nuevo curso art¨ªstico, la sala Rekalde de Bilbao clausura el 25 de septiembre la exposici¨®n de Mark Lewis, artista canadiense afincado en Londres, con un seminario sobre sus trabajos y el pase de su ¨²ltima pel¨ªcula. La muestra est¨¢ compuesta por siete proyecciones cinematogr¨¢ficas de 35mm transferidas a DVD, que duran entre tres y once minutos, y cinco series de fotograf¨ªas.
Con ello el autor pretende reflexionar sobre la propia naturaleza de la imagen y trasladar al espectador nociones de conceptos tales como velocidad, tiempo, espacio o estilo narrativo, aunque, en ocasiones, los criterios que maneja ofrecen m¨¢s dudas que aclaraciones sobre los mismos. Da la impresi¨®n de que quiere llegar desde la creaci¨®n art¨ªstica a nuevos postulados filos¨®ficos dejando atr¨¢s otros muchos todav¨ªa sin matizar ni digerir. Un atrevimiento que si no se consigue hilvanar convenientemente puede derivar en la simpleza y el vac¨ªo de contenidos.
Un aeropuerto, un parque e¨®lico, un paisaje rom¨¢ntico, el interior de una cafeter¨ªa, el suburbio de una ciudad, la actitud de los viandantes vistos desde el interior de un establecimiento indefinido son algunos de los escenarios que elige Mark Lewis para desarrollar sus temas con im¨¢genes en movimiento o est¨¢ticas. Presenta todo ello con t¨¦cnica impecable dentro de un depurado arco crom¨¢tico.
En sus filmaciones la c¨¢mara se puede mantener est¨¢tica, sencillamente captando, durante el tiempo elegido, los movimientos que se suceden ante ella. En otros casos, la c¨¢mara subjetiva hace que el espectador pueda sentirse protagonista de un recorrido por un pasillo peatonal por el que se descubre el paisaje de un suburbio urbano. Cuando el paisaje es un parque natural de Canad¨¢ el objetivo ofrece una imagen blanca indefinida que lentamente deja paso a un retazo verde oscuro de un bosque, un lago helado con estribaciones arb¨®reas.
Quiz¨¢s la proyecci¨®n m¨¢s curiosa, para los que gustan disfrutar del comportamiento humano, resulte ser el montaje donde se combinan dos grabaciones realizadas en distintos momentos y lugares. Una mujer blanca gesticula y supuestamente se dirige a alguien que, por arte de la edici¨®n y montaje, resulta ser un hombre negro que parece responderle, aunque est¨¦ en otro tiempo y lugar. No se trata de narrar sucedidos, solo de observar los criterios formales que se ofrecen. Las fotograf¨ªas son localizaciones est¨¢ticas de los escenarios utilizados y racionalizan la descripci¨®n de los mundos que se nos muestran.
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