El otro B¨¦cquer
Hace cuatro a?os publicamos una edici¨®n cr¨ªtica de una leyenda muy poco conocida de B¨¦cquer, Unida a la muerte (Algaida, Sevilla, 1999), redescubierta por F¨¦lix Morales en una librer¨ªa de viejo. Durante este tiempo, la mayor¨ªa de los becqueristas han guardado silencio sobre el particular, alguno ha apoyado, pero otros han rechazado la autor¨ªa del poeta sevillano. ?stos, en general, con argumentos bastante d¨¦biles, que hemos rebatido en distintas ocasiones. (Principalmente en nuestro estudio, que precede a la nueva edici¨®n, pero tambi¨¦n en este peri¨®dico, m¨¢s de una vez en esta secci¨®n, como en 11.06.99 y 23.08.00).
Mientras tanto, el profesor Miguel ?ngel Pineda P¨¦rez, del Departamento de Lengua de la Universidad de Sevilla, ha estado sometiendo el texto a m¨¦todos muy avanzados de ling¨¹¨ªstica computacional y el pasado d¨ªa 1, en la conferencia inaugural de los Cursos de Oto?o de dicha Universidad, present¨® los resultados de su trabajo, con pruebas de mucho peso, algunas verdaderamente asombrosas, referidas a palabras, expresiones y entornos sem¨¢nticos que s¨®lo B¨¦cquer pudo utilizar. Su conclusi¨®n es terminante: "No se puede decir que Unida a la muerte no es una leyenda de B¨¦cquer". (EL PA?S Andaluc¨ªa, 2.09.03). (Ese estudio se publicar¨¢ pronto en Filol¨®gica Hispalense).
Conviene recordar que el relato en cuesti¨®n se edit¨® por primera vez en 1930 y lleva en portada el nombre de su autor, por lo que no es l¨ªcito exigir pruebas de autenticidad de esa firma (lo que resultar¨ªa tanto como tener que demostrar la inocencia), sino de probar la falsedad, por quienes as¨ª lo crean. Pero tal cosa, en estos cuatro a?os, no ha ocurrido. Es m¨¢s, con motivo de la conferencia del profesor Pineda, vemos con desolaci¨®n c¨®mo algunos de nuestros oponentes reproducen en la edici¨®n andaluza de este peri¨®dico, del pasado d¨ªa 5, manidos argumentos que ya cre¨ªamos superados; en especial, Rafael Montesinos, que sigue atribuyendo la presunta falsedad al socorrido Iglesias Figueroa. Por activa y por pasiva, hemos demostrado que tal atribuci¨®n es imposible.
El ¨²nico art¨ªculo digno de consideraci¨®n, contrario a nuestras tesis, lo public¨® el profesor Joan Estruch, de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, en el n? 8 de la revista El Gnomo, que dirige Jes¨²s Rubio. Pero su argumento principal est¨¢ equivocado. Apoy¨¢ndose en Corominas, dice Estruch que tres palabras que aparecen en Unida a la muerte, (firm¨¢n, otomana, div¨¢n), no entraron en el idioma hasta despu¨¦s de muerto B¨¦cquer. Nosotros, con ayuda del profesor Pineda, y con base en datos de la RAE, hemos demostrado que tales vocablos eran de uso corriente entre escritores de la ¨¦poca de B¨¦cquer, y anteriores. Pero enviamos nuestro art¨ªculo de r¨¦plica a la misma revista hace dos a?os y todav¨ªa no se ha publicado. Nos aseguran que aparecer¨¢ en el pr¨®ximo n¨²mero.
Pero el objetivo principal de esta carta, es felicitar p¨²blicamente a Miguel ?ngel Pineda por su excelente trabajo, que estamos seguros va a abrir perspectivas muy aprovechables, no s¨®lo sobre el otro B¨¦cquer, progresista y universalista, que hay detr¨¢s de Unida a la muerte, sino sobre otros muchos litigios de autor¨ªa y asignaturas pendientes que hay en el complicado mundo de la filolog¨ªa espa?ola.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.