El eco de Burgos
Lastras y Mancebo rechazan ofertas esperando que Ech¨¢varri logre patrocinador
El 25 de agosto, d¨ªa de San Luis, lunes, Pablo Lastras le dijo a Paco Mancebo: "Oye, Paco, que me quedo con vosotros, que tengo ofertas buenas de otros equipos pero me quedo, espero con vosotros a ver si Jos¨¦ Miguel encuentra algo". Despu¨¦s telefone¨® a Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri. "Jos¨¦ Miguel"", le dijo al director navarro el ciclista m¨¢s cotizado del iBanesto.com, el equipo que se queda sin patrocinador, el equipo que a¨²n no tiene futuro. "Jos¨¦ Miguel, que cuentes conmigo, que contigo hasta el final, que tenemos que ir todos juntos".
Es el esp¨ªritu de Burgos. La ley de la oferta y la demanda mata a los ciclistas estos d¨ªas. Desaparecen equipos y los pocos que quedan abusan de su posici¨®n dominante. Ofrecen contratos apetitosos pero la oferta tiene la caducidad de los productos perecederos del mercado. "Esto es lo que ah¨ª", le dicen a los ciclistas. "Est¨¢ muy bien pero me tienes que responder ma?ana mismo". Y a su lado, ¨¢vidos agentes, intermediarios, acucian y empujan, sue?an con su comisi¨®n. "Venga, acepta, que mejor no vas a encontrar". Algunos del Ibanesto.com han cedido, como Mercado, que se ha ido al Quick Step, o Flecha, que siguiendo el sue?o que le hizo grande cuando gan¨® la etapa del Tour en Toulouse tiene la cabeza llena de cl¨¢sicas, de mitos, de fr¨ªo belga, de muros y pav¨¦s, y se va al Fassa Bortolo del mito Ferretti. Pero luego aparecen Pablo Lastras o Paco Mancebo y les rompen los esquemas a los managers.
"Pero eso es porque no tienen nada", dice alg¨²n agente descre¨ªdo. "Porque han mirado hasta debajo de las piedras y no han encontrado nada, y por eso hacen de la necesidad virtud". Pero Pablo Lastras, que tambi¨¦n gan¨® una etapa en el Tour, da otro valor al lenguaje, al ciclismo. Quiz¨¢s todo empez¨® a fraguarse en el Tour, en la cena del hotel de Par¨ªs en que se vieron los del equipo de repente felices y vac¨ªos, pensando en el futuro por primera vez. O si no, en San Sebasti¨¢n, el fin de semana de la Cl¨¢sica, cuando cenaron con Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri y se dieron cuenta de que el ciclismo es muchas cosas y que no ten¨ªa sentido renunciar a ellas. Se fragu¨® all¨ª y se decidi¨® en Burgos.
El 11 de agosto, Lastras se infiltr¨® en la fuga buena de la primera etapa de la Vuelta a Burgos. Era el favorito pero no pudo ganar la etapa. Llegaron 11 con m¨¢s de 20 minutos de ventaja. Subi¨® al autob¨²s enfadado y miserable, pero Eusebio Unzue, el director, le dijo: "Hoy has perdido la etapa, pero no importa, porque vas a ganar la Vuelta". Era una promesa arriesgada. Aparte de una contrarreloj, el plato fuerte de la ronda burgalesa es la subida a las Lagunas de Neila. Y Lastras, larguirucho y fino, no es un buen escalador. Pero, pleno de confianza, inteligente, se supo transformar. No en un escalador, sino en un l¨ªder. Para ¨¦l trabaj¨® todo el equipo y ¨¦l supo hacerles trabajar, dirigirlos, aprovechar su esfuerzo. Gan¨® la Vuelta a Burgos. Y mientras la iba ganando empezaba a darse cuenta de que entre todos los componentes del equipo -Arrieta, Mancebo, Eladio Jim¨¦nez, Txente Garc¨ªa Acosta, Mercado, Piepoli...- se iban fortaleciendo v¨ªnculos de solidaridad y compromiso. De responsabilidad. "Fue algo muy bonito", dice Lastras. "Algo que nos transform¨® a todos".
En el hotel de los equipos los agentes siguen matando las horas muertas en la cafeter¨ªa. Se cruzan con due?os, con directores. Se sientan con sus corredores. Siguen apremiando. Se desesperan. Eusebio Unzue lo observa todo. Se maravilla del gesto de sus chicos. "Lo que hacen tiene un valor ¨²nico", dice. "Gracias a ellos puede que al final sigamos teniendo equipo, porque sin ellos lo que es ahora dif¨ªcil ser¨ªa imposible. Y gracias a ellos, que ten¨ªan un puesto asegurado donde quisieran, menos ciclistas se ir¨¢n al paro. No s¨®lo los que les acompa?an en nuestro equipo, sino tambi¨¦n aquellos de otros equipos que tendr¨ªan que haberse ido para hacerles un hueco".
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