A Woody Allen le averg¨¹enza la ineptitud del Gobierno de su pa¨ªs
El director presenta en Barcelona su ¨²ltimo filme y act¨²a en el Auditori
Woody Allen es la amabilidad en persona. Y un sabio. Eso ya se sabe. Pero aun as¨ª no deja de extra?ar que uno de los genios de nuestra ¨¦poca no se revele arrogante ni por un momento. Ayer, en Barcelona, el neoyorquino universal volvi¨® a demostrar que es todo un caballero. En una concurrida rueda de prensa en la que present¨® su ¨²ltimo filme, Todo lodem¨¢s, respondi¨® con extrema educaci¨®n a cuanto se le pregunt¨®, tuviera fundamento o no. Habl¨® de cine, de s¨ª mismo, de m¨²sica, de Espa?a, de pol¨ªtica... En este apartado aludi¨®, claro est¨¢, al Gobierno de Bush, del que dijo que su ineptitud e incompetencia le averg¨¹enzan.
En una sala del hotel Ritz, donde suele alojarse siempre que viaja a la capital catalana -cinco veces ya en los ¨²ltimos siete a?os-, el cineasta compareci¨® ante los periodistas 10 minutos antes de lo previsto. Vestido con un pantal¨®n beis y una camisa azul claro de manga larga, Allen lleg¨® a la tarima con paso t¨ªmido, que acentuaba a¨²n m¨¢s su peque?ez y aparente fragilidad -y, quiz¨¢ tambi¨¦n, denotaba el cansancio de dos noches seguidas de conciertos con la New Orleans Jazz Band en Salamanca y San Sebasti¨¢n-, se sent¨® y empez¨® a escuchar atentamente las preguntas a trav¨¦s de un int¨¦rprete.
Una a una fue contestando a las cuestiones que se le plantearon con un tono de voz calmado y la mirada fija en el micr¨®fono frente a ¨¦l. S¨®lo de vez en cuando se permiti¨® apoyar su argumentaci¨®n en ese gesto de las manos suyo tan caracter¨ªstico -?recuerdan?, algo as¨ª como si empujara una imaginaria manivela- y levantar algo la vista para comprobar la reacci¨®n de los asistentes ante algunas de sus bromas, si el asunto merec¨ªa unos toques de su particular humor.
Donde desde luego no cupieron fue en su valoraci¨®n sobre la actuaci¨®n de Estados Unidos con relaci¨®n a Irak. En esto, el director de Manhattan fue rotundo: "Me siento muy avergonzado de lo mal que el Gobierno de mi pa¨ªs est¨¢ haciendo las cosas, y no s¨®lo me refiero a la guerra, que todos sab¨ªamos que iba a ser corta, sino que me abochorna comprobar su incompetencia ante la terrible situaci¨®n que vive hoy Irak. Son unos arrogantes y unos ineptos. Y, d¨¦jenme decirles una cosa, hay muchos americanos que esperan con ansia que lleguen las elecciones para votar algo totalmente distinto".
Allen volvi¨® a referirse a la pol¨ªtica de Bush cuando se le interrog¨® sobre el enfrentamiento ¨¢rabe-israel¨ª. Aqu¨ª, dado como es a obsesionarse con las relaciones de pareja -y, si no, ah¨ª est¨¢ su obra-, el cineasta hizo un s¨ªmil. Compar¨® a Israel y a Palestina con un matrimonio en el que los dos miembros son bell¨ªsimas personas, pero que juntos se hacen mucho da?o; la convivencia, dijo, les "causa un profundo dolor". "Necesitan un consejero matrimonial, alguien debe mediar para solucionar el conflicto", se?al¨®, para a?adir: "Podr¨ªa ser Estados Unidos, pero de ninguna manera la Administraci¨®n actual. No tiene ni la competencia, ni la sensibilidad ni la sabidur¨ªa necesarias para llevar a cabo esta delicada tarea". "Tendremos que esperar a la pr¨®xima", zanj¨®.
Puesto que el encuentro con la prensa dur¨® casi una hora -que supo a poco-, hubo tiempo para hablar de muchos temas. Alguien sac¨® a colaci¨®n los atentados del 11-S y se interes¨® por si Nueva York se ha recuperado de la tragedia. Allen asegur¨® que "gradualmente las cosas han vuelto a la normalidad", y se declar¨® convencido de que "el efecto est¨¢ superado" -excepto, naturalmente, precis¨®, para los familiares de las v¨ªctimas-, aunque admiti¨® que "la palabra terrorismo sigue en la mente de los neoyorquinos". Y, para ilustrarlo, record¨® que en el caso del reciente apag¨®n, muchos ciudadanos pensaron al principio que se trataba de un acto terrorista, "pero luego", continu¨®, "nos acordamos de que eso es algo que sucede frecuentemente en verano".
En cuanto a Todo lo dem¨¢s -que abri¨® la Mostra de Venecia y llega a Espa?a a principios de diciembre-, protagonizada por los j¨®venes Jason Biggs (el actor de American Pie) y Christina Ricci, el cineasta la defini¨® como "una historia muy ¨ªntima". En ella, el propio Allen encarna a un profesor desquiciado con las fijaciones de las que ¨¦l mismo hace gala: el sexo, la pareja, el juda¨ªsmo, la inseguridad, las relaciones personales... El director reconoci¨®, no obstante, que de haber sido joven, el papel que en realidad le hubiera gustado interpretar es el de Biggs, Jerry Falk en la ficci¨®n, un influenciable escritor de gags c¨®micos y guionista, adicto al psicoan¨¢lisis.
Por la noche, Allen ofreci¨® en el Auditori su ¨²ltimo concierto de la gira espa?ola y hoy recibir¨¢ de manos del alcalde, Joan Clos, el t¨ªtulo de Amigo de Barcelona.
La Reina y la estatua
Woody Allen, premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes 2002, record¨® ayer como "uno de los momentos m¨¢s emocionantes" de su vida la entrega del premio en Oviedo. S¨®lo lament¨®, dijo, no haberse inclinado en aquella ocasi¨®n ante la Reina. "En esta visita de ahora me hubiera gustado coincidir con la familia real; hubiera intentado reparar aquel error", asegur¨®. Luego, alguien le mencion¨® si hab¨ªa visto la estatua que la ciudad de Oviedo le ha dedicado. "No", respondi¨® con cara de despiste el cineasta, a quien le encanta Espa?a. "?Me lo dice en serio? ?Es un busto o estoy de cuerpo entero? Y, por cierto, ?qu¨¦ estoy haciendo?", quiso saber. Cuando le dijeron que lo han esculpido paseando, se mostr¨® satisfecho: "Me gust¨® pasear por Oviedo; fue uno de los grandes placeres que viv¨ª all¨ª".
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