Un viaje doloroso

El Gobierno vasco no deja de sorprenderme cada d¨ªa m¨¢s. Tras las recientes medidas de ayudas a los familiares de los presos etarras -porque hay que dejar bien claro que la mayor¨ªa de esas medidas van destinadas a los familiares de los etarras-, el se?or Azkarraga justifica dichas medidas porque el Gobierno central no cumple la legalidad vigente en materia de acercamiento.

Se?or Azkarraga, me parece que usted escucha muy poco o nada a las v¨ªctimas del terrorismo.

Le pongo un s¨®lo ejemplo: mi situaci¨®n personal, aunque podr¨ªa contarle muchos m¨¢s.

Hace ocho a?os ETA asesin¨® a mi marido, Alfonso Morcillo. Su cuerpo est¨¢ enterrado a 800 kil¨®metros de San Sebasti¨¢n. Me traslado tres veces al a?o a llevar flores a su tumba; recorro esos kil¨®metros tras 14 horas de autob¨²s, San Sebasti¨¢n-Badajoz; pago un billete de ida y vuelta de 84 euros, pero lo m¨¢s doloroso y triste es que all¨ª s¨®lo me encuentro con un fr¨ªo m¨¢rmol, no puedo conversar, no puedo re¨ªr, s¨®lo afloran l¨¢grimas ante la cruel realidad a la que nos condenaron los etarras.

Me imagino que a usted esta situaci¨®n ni le conmover¨¢ ni le quitar¨¢ un ¨¢pice de sue?o. El sufrimiento de la p¨¦rdida de forma tan injustifica de quienes m¨¢s queremos; usted no pas¨® por ello.

D¨ªgame, ?qu¨¦ legalidad vigente cumpli¨® el etarra para asesinar a mi marido?

Nunca me humillar¨ªa a solicitar una ayuda para ver una tumba, pero es inmoral conceder ayudas a las familias de los asesinos, afortunadamente vivos, y que m¨¢s tarde o temprano estar¨¢n con sus familias.

La distancia hasta ver a mi marido es infinita y nunca podr¨ªa el Gobierno vasco subvencionar dicho viaje para desgracia de todas las v¨ªctimas del terrorismo.