Lazkano
La exposici¨®n de Jes¨²s Mari Lazkano (Bergara, 1960) comprende obras elaboradas entre 1989 y 2003. Puede verse en el solvente, c¨¢lido y nuevo espacio de la BBK (Elcano, 20). El artista hiperrealista guipuzcoano, afincado desde hace a?os en Vizcaya, se muestra sin tapujos. Va directamente a grandes trancos. Le llega una idea y se lanza con todas sus fuerzas hasta verla culminada. El trasiego realizador est¨¢ ejecutado con compulsivos trazos. Vive el tiempo de manera r¨¢pida y atl¨¦tica...
Por lo mostrado vemos una progresi¨®n y mejora en su arte, cuyo valor primordial se basa en la fantas¨ªa, aplicable ¨¦sta en dos direcciones. Llamo fantas¨ªa a cuando transfigura o transforma la realidad y se mete de lleno en la realidad de la imaginaci¨®n. Eso acontece con obras como Gianiloco versus Pincio o Marte ultore II, por citar s¨®lo dos. Ah¨ª la fantas¨ªa tejida por una luz idealizadora y los "colorines" semejantes al mundo de las Mil y Una Noches seducen, te enga?an a sabiendas. Quiz¨¢ Laz-kano se ha dado cuenta que en una narraci¨®n importa menos que sea semejante a la realidad, ya que resulta m¨¢s seductor el relato cuanto m¨¢s dosis de fantas¨ªa posea. Ahora bien, para que esa fantas¨ªa sea higi¨¦nicamente creativa debe huir del sentimentalismo, dado que el sentimentalismo es la carcoma del sentimiento.
El segundo camino de mejora y progreso en su pintura viene a trav¨¦s de la arquitectura. Lazkano se sirve de uno de los m¨¢s preclaros arquitectos del siglo XX, tal Mies van der Rohe, para darnos una peculiar visi¨®n de grandes ciudades. El acierto est¨¢ en la creaci¨®n de primeros planos imaginados -alterada su ordenaci¨®n l¨®gica- en forma de ventanales, repisas, cristaleras, voladizos nada convencionales espacialmente. Cuanto mejor pintados esos primeros planos, tanto m¨¢s cre¨ªbles ser¨¢n los edificios del fondo. Dicho de otro modo: entre la ciudad del fondo y la mirada introduce el fragmento de un edificio -sea voladizo, ventanal o repisa-, hasta convertirlo en mediador, y eso hace que gane el cuadro, porque gana la riqueza de la mirada. En esos primeros planos imaginados participa una cierta, aunque escasa, porci¨®n de fantas¨ªa.
A lo mejor Lazkano ha comprendido que adentr¨¢ndose en el mundo de la fantas¨ªa el realismo no es otra cosa que la corrupci¨®n de la realidad. Hofmannsthal hablaba de la realidad como la f¨¢bula convenida de los filisteos. Sobre esa f¨¢bula convenida est¨¢n pintados no poco cuadros de ¨¦pocas anteriores. La facilidad para pintar le ha impedido concentrarse en una asignatura pendiente, como es el tiempo. Ese cap¨ªtulo es sumamente capital para ¨¦l. Si ya ha abordado, con enfelizado regusto, la experiencia de mirar determinadas obras a trav¨¦s de la fantas¨ªa, ahora le queda batirse con el tiempo. Pero no de manera r¨¢pida y atl¨¦tica, no.
El tiempo debe estar presente en el interior de cada cuadro. Le har¨¢ falta hacerse adicto a la paciencia y la meditaci¨®n, que puede conducirle a un mundo no visible, lejos del lujo verbal de los aduladores.
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