Helena Pimenta, pregonera sin montaje

Sin el amparo de sus habituales escenograf¨ªas y montajes que gozan de renombre, la directora de teatro Helena Pimenta pregon¨® las fiestas patronales de su ciudad natal, Salamanca, de la que proclam¨® que "me ense?¨® a so?ar", con la ventaja de que, una vez metida en el mundo de la far¨¢ndula, "el teatro y su magia me permitieron reinventar ese lugar so?ado". Presentada por el etn¨®grafo Juan Francisco Blanco como "un lujo para los salmantinos", la mujer que se atrevi¨® meses atr¨¢s con el arriesgado montaje valleinclanesco de Luces de bohemia desde el balc¨®n del ayuntamiento, con la plaza Mayor barroca bien poblada de ciudadanos, convoc¨® a celebrar la fiesta y a "dejar a un lado la p¨¢lida compa?¨ªa de la tristeza". Pero la comprometida directora de la compa?¨ªa Ur Teatro-Antzerkia, antes de lanzar el chupinazo inaugural de la fiestas de la Virgen de la Vega, tambi¨¦n dijo a sus paisanos que "os propongo que pens¨¦is vuestra ciudad, no s¨®lo como impulso de sus gentes, sino tambi¨¦n como ese lugar abierto que, dejando a un lado el miedo al otro, a lo desconocido, contin¨²e siendo un lugar de encuentros donde tenga cabida la solidaridad universal", con la presencia del pensamiento cr¨ªtico y la b¨²squeda del saber.