La sucesi¨®n de Chaves
El 26 de enero de 2002, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar anunci¨® ante el XIII Congreso del Partido Popular que no volver¨ªa a ser el candidato en las elecciones generales. Este anuncio caus¨® m¨¢s tristeza que sorpresa, y me explico. No resultaba sorprendente para quienes conocen a Aznar que ¨¦ste cumpliera su promesa electoral (una promesa de esas que Tierno Galv¨¢n, desde el PSOE, dec¨ªa que estaban para no cumplirlas, teor¨ªa a la que dicho partido se sum¨® con un entusiasmo perfectamente constatable); promesa que hiciera en el programa electoral de las elecciones generales de 2000, cuando se comprometi¨® a no estar m¨¢s de ocho a?os como presidente del Gobierno. Pero dicho anuncio s¨ª caus¨® una tristeza comprensible entre las filas populares, pues significaba que quien hab¨ªa conducido al PP desde la desesperanza de los 106 esca?os en 1989 hasta la mayor¨ªa absoluta de 183 esca?os en el 2000 (gracias tambi¨¦n a un partido serio, cohesionado y coherente) renunciaba voluntariamente, sin presiones ni contraprestaciones, a seguir en la pol¨ªtica activa. A algunos ni nos sorprendi¨® ni nos entristeci¨®, ni siquiera nos cost¨® nada entender tan dr¨¢stica decisi¨®n, porque le hab¨ªamos precedido, sin presiones ni contraprestaciones, en el poco usual camino de vuelta a casa.
En Andaluc¨ªa, all¨¢ por los albores de la d¨¦cada de los 90, el entonces Ministro de Trabajo socialista fue nombrado, en contra de su voluntad, candidato a la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa para las elecciones auton¨®micas que se iban a celebrar en tal a?o; pero cometi¨® la torpeza de dejar traslucir su desgana y su malestar por tener que dejar el Gobierno de Espa?a para, en su opini¨®n, "rebajarse" a presidir la Junta de Andaluc¨ªa, y aquello le vali¨® el apelativo de "candidato a palos". De eso hace ya catorce a?os, y ha anunciado que sigue otros cuatro a?os m¨¢s. ?No son demasiados 18 a?os enquistado en un puesto o cargo p¨²blico? ?No ha llegado ya el momento de plantear la sucesi¨®n de Chaves?
Se me antoja que una de las causas de que todav¨ªa no se haya planteado la sucesi¨®n puede ser que el propio Chaves no quiera (nadie le obliga a ello) dejar el cargo; o sea, que no le d¨¦ la gana dejar de ser el candidato del PSOE-A. Y, reconociendo que est¨¢ en su perfecto y leg¨ªtimo derecho de hacer su voluntad, uno no puede dejar de sentir inquietud ante una constataci¨®n m¨¢s de que vuelve a anteponer su deseo personal y su voluntad individual, al bien com¨²n que supone la sucesi¨®n, en la medida en que ¨¦sta es algo recomendado y recomendable para la salud ¨¦tica y pol¨ªtica de nuestro sistema democr¨¢tico.
Otra causa de que no se haya planteado la natural sucesi¨®n de Chaves puede estar en razones estrictamente de partido. Es decir, la raz¨®n puede ser el monolitismo de un partido, el PSOE de Andaluc¨ªa, que carezca de recambio.
Se ha hablado mucho de Francisco Vallejo como un posible sucesor, aunque su balance de gesti¨®n y de gobierno, all¨ª por donde ha pasado (Ayuntamiento de La Carolina, Consejer¨ªas de Obras P¨²blicas y de Sanidad) avalar¨ªan mas bien lo que en derecho laboral se denominar¨ªa un "despido procedente", por su ineptitud; se est¨¢ hablando bastante ¨²ltimamente de Mar Moreno, aunque su falta de experiencia pol¨ªtica le priva de cualquier credibilidad y posibilidad de cara a la sucesi¨®n; se habla tambi¨¦n de una vieja gloria, Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, pero el partido no lo quiere como sucesor; se habla (y la verdad, no entiendo el por qu¨¦) de Torres Vela, cuyo mayor m¨¦rito (quiz¨¢ se le sit¨²e como candidato a la sucesi¨®n precisamente por esto) ha sido convertir el Parlamento andaluz en un corral de vecinos que niega la voz y la palabra a la oposici¨®n y encubre al Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa, impidiendo su control democr¨¢tico.
Y, en cambio, no se habla nada de quien, para m¨ª, es el verdadero candidato a la sucesi¨®n de Chaves, que controla los medios de comunicaci¨®n, la Junta de Andaluc¨ªa y el partido, que es Gaspar Zarr¨ªas. Zarr¨ªas es, con mucho, el pol¨ªtico m¨¢s largo que tiene el PSOE de Andaluc¨ªa, aunque le pierda con excesiva frecuencia el papel de Guerra que ejerce en Andaluc¨ªa. (Imagino que a ¨¦l no le har¨¢ mucha gracia verse incluido, y menos avalado por m¨ª, en la lista por la sucesi¨®n, pero uno no escribe para halagar a nadie, sino para expresar sus reflexiones y sus inquietudes sobre Andaluc¨ªa, su pasado, su presente y su futuro; y a m¨ª verdaderamente me inquieta el problema del enquistamiento de los pol¨ªticos en los cargos y el de la sucesi¨®n o relevo de los mismos).
Soy de los que piensa que el tr¨¢nsito por la pol¨ªtica debe tener un horizonte temporal, y no precisamente ilimitado. No s¨¦ si ocho a?os es el tiempo adecuado, si es mucho tiempo o si, por el contrario, es poco para desarrollar un proyecto pol¨ªtico de partido teniendo al frente a una misma persona; pero lo que es incuestionable es que 18 a?os son un exceso insano para la democracia, s¨®lo explicable por unas irrefrenables ansias de poder apoyadas en un partido sin banquillo ni recambio y anquilosado en un liderazgo no prescindible.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.