El tercero fue un buen toro

El buen toro fue Aguilillo, de Carmen Lorenzo, que hizo el avi¨®n en la muleta. Recul¨® alguna vez, pero deb¨ªa ser para coger carrerilla, porque sus embestidas tuvieron br¨ªo a la par que nobleza. Con ¨¦l estuvo muy valiente Barrera, a veces atropellado, pero lo cierto es que todo contribuy¨® a que en el trasteo hubiera atenci¨®n. En el sexto, estuvo voluntarioso, pero el toro era un panoli.

Ponce, distante, templado y f¨¢cil, as¨ª como El Juli, veloz banderillero y muletero reiterativo, remataron el ¨²nico cartel hasta ahora que ha llenado la plaza. Era tarde de esas que llaman del clavel y muchos fueron a parar a la arena porque los vend¨ªan a la entrada y alg¨²n fin hab¨ªan de tener.

El valenciano, que tiene una gran facilidad para que le avisen, alarg¨® en exceso sus dos faenas, sin buscar el ajuste necesario. Antes bien, parece que cada vez le crece m¨¢s el brazo y llega a perder de vista al toro.

Y el de Madrid, como un cohete saliendo de los pares, se mostr¨® machac¨®n con la muleta sin lograr que, a base de cantidad, llegara a brillar lo m¨¢gico. ?Ni que esto fuera F¨¢tima!

Aunque la faena de Barrera a Aguilillo no fue redonda, result¨® emotiva, tensa, como dicen ahora, con "transmisi¨®n". El toro pon¨ªa la suya, pero el hecho de que el torero se las viera y se las deseara para salirse de all¨ª al tercer pase hizo el resto.