Prima al infractor
No creo que nadie debidamente informado pueda tener la m¨¢s m¨ªnima duda de que la inmigraci¨®n es el problema m¨¢s importante con el que tiene que enfrentarse la sociedad espa?ola. Tambi¨¦n es el recurso indispensable para hacer frente a buena parte de los problemas con los que vamos a tener que enfrentarnos en un futuro que est¨¢ a la vuelta de la esquina. La inmigraci¨®n es por tanto problema y soluci¨®n al mismo tiempo. El aumento significativo del n¨²mero de inmigrantes es claro que va a generar tensiones en la convivencia ciudadana, no de manera generalizada, pero s¨ª en los lugares donde la inmigraci¨®n se concentra. Pero sin esa llegada de inmigrantes es obvio que la sociedad espa?ola tendr¨ªa dificultades insuperables para hacer frente a los problemas generados por el envejecimiento de la poblaci¨®n y el descenso de la natalidad.
El PSOE no deber¨ªa haber llegado a un acuerdo en solitario con el PP sobre la Ley de Extranjer¨ªa
La sociedad espa?ola, en lo que la inmigraci¨®n se refiere, no tiene opci¨®n. No podemos cerrar las puertas a la inmigraci¨®n, adem¨¢s de porque los inmigrantes van a venir, queramos o no, porque no podemos prescindir de ellos.
Parece l¨®gico, en consecuencia, que la inmigraci¨®n fuera unos de esos temas en los que los partidos pol¨ªticos deber¨ªan ponerse de acuerdo para dar una respuesta com¨²n al mismo. Y en este sentido, tambi¨¦n parece l¨®gico que habr¨ªa que valorar como algo positivo el acuerdo alcanzado esta semana entre el PP y el PSOE en la tramitaci¨®n de determinadas enmiendas a la Ley de Extranjer¨ªa.
Y, sin embargo, no estoy nada seguro de que dicho acuerdo deba ser valorado positivamente. M¨¢s bien me inclino a pensar que el acuerdo no va a ser positivo y que acabar¨¢ siendo interpretado por la sociedad espa?ola como un error del PSOE en su relaci¨®n con el Gobierno del Partido Popular.
Me parece que es un error, sobre todo, porque no se puede primar al infractor. Fue el PP el que rompi¨® el consenso que se fragu¨® a lo largo de la legislatura 1996-2000 entre todos los partidos pol¨ªticos con representaci¨®n parlamentaria en torno a la Ley de Extranjer¨ªa. Debe recordarse que la Ley de Extranjer¨ªa que se aprob¨® en esa legislatura fue resultado de una proposici¨®n de ley, esto es, de una iniciativa legislativa parlamentaria y no gubernamental, y que se lleg¨® a un acuerdo pleno entre todos los grupos parlamentarios, siendo aprobada en el Congreso de los Diputados por unanimidad. Fue el Gobierno el que rompi¨® el consenso, con la argumentaci¨®n de que la ley generar¨ªa un "efecto llamada" que har¨ªa que el problema de la inmigraci¨®n fuera inmanejable. Una vez alcanzada la mayor¨ªa absoluta en las elecciones de 2000, el Gobierno del PP remitir¨ªa a las Cortes su Ley de Extranjer¨ªa sin admitir la m¨¢s m¨ªnima enmienda. Con dicha ley, seg¨²n el Gobierno, se pondr¨ªa fin al "efecto llamada" y se estar¨ªa en condiciones de resolver el problema. A las pruebas me remito. Vamos por la tercera reforma de la ley.
No se puede primar al infractor. El Gobierno se equivoc¨® gravemente al romper el consenso alcanzado en torno a la Ley de Extranjer¨ªa. Es probable que la ley un¨¢nimemente aprobada hubiera tenido que ser modificada en un plazo breve, porque los datos de la inmigraci¨®n cambian con tanta velocidad que la respuesta normativa tiene que ser necesariamente provisional. Pero el principio de que es un problema general al que se tiene que dar respuesta de manera consensuada se hubiera podido mantener en las reformas que hubieran tenido que introducirse. Esto es lo que el Gobierno tir¨® por la borda tras alcanzar la mayor¨ªa absoluta. Y esa conducta del Gobierno es la que no puede ser avalada de ninguna de las maneras.
Esto es en cierta medida lo que ha hecho el PSOE y es lo que, en mi opini¨®n, no deber¨ªa haber hecho en ning¨²n caso. El PSOE no deber¨ªa haber llegado a un acuerdo con el Gobierno sin que a dicho acuerdo pudieran incorporarse los dem¨¢s grupos parlamentarios. El PSOE no puede avalar la ruptura del consenso por parte del Gobierno del PP y desairar a los dem¨¢s partidos. Si hay que consensuar una respuesta al problema de la inmigraci¨®n, hay que consensuarla entre todos y no s¨®lo entre los dos grandes partidos nacionales. Si hay que recuperar el consenso, hay que recuperarlo de verdad, el que se fragu¨® en torno a la proposici¨®n de Ley de Extranjer¨ªa.
El PSOE, adem¨¢s, no deber¨ªa haber llegado a un acuerdo en solitario con el PP por una elemental raz¨®n de prudencia. El PP no va a respetar un pacto firmado en exclusiva con el PSOE. Es lo que ha ocurrido a lo largo de esta legislatura en todos los pactos que han suscrito ambos partidos. ?O es que la direcci¨®n del PSOE considera que el Gobierno del PP ha respetado el pacto por las libertades y contra el terrorismo o el pacto sobre la justicia?
Los pactos que el Gobierno del PP suscribe con el PSOE los acepta a beneficio de inventario, esto es, cuando entiende que le benefician electoralmente y ¨²nicamente en la medida en que le benefician electoralmente. Y en cuanto la direcci¨®n socialista no hace una interpretaci¨®n del pacto coincidente con la que beneficia electoralmente al PP, es acusada de incumplir el pacto que ha suscrito. Todav¨ªa no se hab¨ªa secado la tinta de la firma en el pacto sobre las enmiendas de la Ley de Extranjer¨ªa cuando el portavoz del Gobierno ha empezado a acusar de irresponsabilidad al PSOE por no retirar el recurso de inconstitucionalidad que tiene interpuesto contra la ley en vigor.
El PSOE se separa de los dem¨¢s partidos y prima al infractor de un consenso parlamentario, que casi con toda seguridad lo va a dejar en la estacada a las primeras de cambio. La verdad es que no alcanzo a entender c¨®mo se ha podido incurrir en esta ingenuidad.
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