Juglares del siglo XXI
Un jiennense recupera instrumentos musicales antiguos y canciones sefard¨ªes y del romancero
Juan Guerrero es profesor de Primaria en Linares (Ja¨¦n), pero aprovecha cualquier hueco libre para hacer una escapada a Santisteban del Puerto, en la comarca de El Condado, donde, entre dehesas y reses bravas, ha instalado su taller de instrumentos musicales en la misma casa en la que naci¨®. Aqu¨ª, y desde ni?o, despert¨® su inter¨¦s por la cultura popular y las canciones que siempre escuch¨® de sus mayores. Pero si un nombre marca la pasi¨®n de Guerrero por la m¨²sica y la cultura popular es el vallisoletano Joaqu¨ªn D¨ªaz, "uno de los grandes folcloristas de este pa¨ªs", puntualiza Guerrero. "Nadie como ¨¦l ha sabido cantar con tanta elegancia, gusto y delicadeza el romancero", a?ade mientras recuerda c¨®mo D¨ªaz fue la banda sonora de su adolescencia y juventud.
Y una cosa le llev¨® a la otra. Recopilar las canciones que cantaban los pastores de la comarca y aquellos de Castilla que cruzaban Despe?aperros huyendo del duro invierno del Norte le condujo a una mayor curiosidad por aquellos instrumentos utilizados por nuestros antepasados para acompa?ar sus cantos. As¨ª, en la casa de este jiennense, de 49 a?os de edad, se encuentran por doquier un gran n¨²mero de instrumentos como el rabel, antecedente del viol¨ªn y que se toc¨® con dos cuerdas durante los siglos XI y XII; dulcimer, similar a una guitarra r¨²stica que se encontraba por toda la Pen¨ªnsula durante la Edad Media; o zanfonas, un instrumento tambi¨¦n de cuerda cuyo origen data de los siglos IX y X y que dio lugar al organistrum, utilizado en las iglesias antes de que este ¨²ltimo derivase en el ¨®rgano eclesi¨¢stico.
Algunos de ellos tienen un valor incalculable y los ha rescatado de ferias o muestras de antig¨¹edades. Otras piezas han sido construidas por ¨¦l con la t¨¦cnica de hoy, pero con los materiales de entonces: la madera fundamentalmente y, por ejemplo, una calabaza como caja de resonancia aprovechando las formas que ofrece la naturaleza. "Trabajar la madera y crear objetos ya es m¨¢gico, pero si adem¨¢s lo que se crea te permite componer una melod¨ªa, lo que se siente, no se puede explicar con palabras", se?ala emocionado.
Los primeros romances fueron fragmentos de largos poemas ¨¦picos que cantaban las haza?as de los grandes h¨¦roes durante la Edad Media y que eran interpretados por los juglares en las plazas de los pueblos y aldeas. Entonces, el p¨²blico, que asist¨ªa boquiabierto, aprend¨ªa de memoria el trozo que m¨¢s le gustaba, que sol¨ªa coincidir con el momento m¨¢s dram¨¢tico y conmovedor del poema. Estos peque?os fragmentos l¨ªricos se fueron transmitiendo por v¨ªa oral acompa?ados de una cantarina que facilitaba su recuerdo y que ha ido pasando de padres a hijos hasta llegar a nuestros d¨ªas, explica Guerrero. Por eso, el romancero "es la memoria de todo un pueblo" y al contrario de lo que se pueda pensar, su tem¨¢tica "es totalmente actual porque los temas son los de siempre: la vida, la muerte, el desamor o la venganza", comenta Guerrero al mismo tiempo que lamenta la poca difusi¨®n que se le da al romancero, para el que reivindica, al menos, la misma atenci¨®n que desde las instituciones y los medios de comunicaci¨®n se le presta al flamenco. "El caso", subraya el folclorista jiennense, "es que despu¨¦s de un concierto al p¨²blico le gusta lo que escucha, pero cuando va a una tienda de discos no encuentra nada".
Guerrero, que es el organizador junto a Mar¨ªa Isabel Carmona del Festival de Folk de Santisteban del Puerto, uno de los pocos que existen en Andaluc¨ªa junto a la Cita con el Folk de J¨®dar, tambi¨¦n en Ja¨¦n, empez¨® hace 30 a?os a llevar por los rincones de Andaluc¨ªa las canciones que fue recuperando. Primero, junto a sus compa?eros de Andaraje, el m¨ªtico grupo andaluz, y actualmente con Arquitrabe, el d¨²o que compone con Mar¨ªa Isabel Carmona que tambi¨¦n ha participado en un "laborioso trabajo de campo" por la provincia y alrededores. ?ste consist¨ªa en "hablar y hablar" con las personas m¨¢s mayores hasta hacerles recordar la canci¨®n que permanec¨ªa latente en su memoria y que en un determinado momento surg¨ªa como por arte de magia. Entonces, era el momento de poner en marcha la grabadora, recuerda Guerrero, mientras indica que conserva documentos verdaderamente emocionantes.
?ntimamente relacionadas con los romances se encuentran las canciones sefard¨ªes. Tanto unos como otras son similares en la tem¨¢tica y en su forma de transmisi¨®n, s¨®lo que las ¨²ltimas son aqu¨¦llas que cantaban los descendientes de los jud¨ªos que fueron expulsados de Espa?a por los Reyes Cat¨®licos y que, sin embargo, han conservado hasta hoy la cultura de sus antepasados. "En nuestros conciertos interpretamos ambas, porque estas canciones son la prueba de que cristianos, jud¨ªos y musulmanes tienen una cultura com¨²n y que pudieron convivir en un momento determinado de nuestra historia", subraya Juan Guerrero.
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