Antig¨¹edades
Para m¨ª que uno de los factores desencadenantes de ese reci¨¦n descubierto Mediterr¨¢neo que llaman "s¨ªndrome post-vacacional" es la obligaci¨®n de sumergirse en un zafarrancho contra el polvo y el caos, si es que queremos un rinc¨®n habitable para los pr¨®ximos meses.
Personalmente, confieso practicar una morosa forma de deshacerme de los peri¨®dicos atrasados: nunca antes de haberlos conservado en saz¨®n como m¨ªnimo un mes, jam¨¢s sin echar un ¨²ltimo vistazo de despedida, al menos a las primeras p¨¢ginas. Ahora voy por julio, entre aquellos anuncios sobre los fant¨¢sticos intereses que pagaba Eurobank, las especulaciones sobre la sucesi¨®n de Aznar o el misterio de si el doctor Kelly se hab¨ªa suicidado y el por qu¨¦.
Los pol¨ªticos odian las hemerotecas. Se entiende, ya que certifican tantos si te he dicho no me acuerdo. Pero es que hay que ver lo deprisa que corre el tiempo para las noticias congeladas en papel prensa y qu¨¦ pronto adquieren la p¨¢tina antig¨¹edad que a otros objetos costar¨ªa un siglo.
Cuatro d¨ªas desde que Gallard¨®n felicitara a Simancas, que lo del Prestige no era nada, que los calores, "normales", estaban a punto de remitir, que asomaban por los Pirineos las armas de destrucci¨®n masiva...y que lejos parece todo.
La mirada sobre las viejas noticias nunca puede ser la del paleont¨®logo sobre un f¨®sil, sino la que el bi¨®logo dedica a entes vivos y todav¨ªa cambiantes. Una visi¨®n, desde luego, entre omnisciente y tramposa, la de quien ya posee nuevas claves a la luz de revelaciones posteriores. Pero siempre un ejercicio interesante, ya que los viejos diarios ahuyentan las polillas tambi¨¦n de los armarios de la memoria. Aunque nos hagan pasar alg¨²n trago tan amargo como el de encontrarnos aquella in¨²til advertencia que publicaba en mayo una Cartelera que acabo de reciclar: "Es bueno para el votante tener memoria".
Qu¨¦ asuntos de hoy nos provocar¨¢n sonrisas o hieles dentro de un mes. Qu¨¦ especulaciones, dudas e imprecisiones se habr¨¢n difuminado, o tomado cuerpo, o dado un giro inesperado. Y cu¨¢n rid¨ªculas aparecer¨¢n ciertas premoniciones en las engoladas columnas de tanto listillo que anda suelto....
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.