El Papa concluye su viaje a Eslovaquia con la beatificaci¨®n de dos religiosos
Juan Pablo II da muestras de recuperaci¨®n f¨ªsica al t¨¦rmino de la visita
El Papa regres¨® ayer a su residencia del Vaticano tras beatificar en Bratislava a dos religiosos eslovacos, el obispo Vasil Hopko y la monja Zdenka Schelligova, asesinados en 1955 y 1976 por el anterior r¨¦gimen comunista. La proyectada beatificaci¨®n de un tercer religioso, el obispo Jan Vojtasak, no se llev¨® a cabo ante las evidencias de que en 1942 colabor¨® con los nazis en el exterminio de decenas de miles de jud¨ªos. Juan Pablo II mostr¨® durante el ¨²ltimo d¨ªa de su viaje a Eslovaquia un aspecto menos abatido que en jornadas posteriores y pronunci¨® con voz fuerte y clara la bendici¨®n final a los cientos de miles de fieles que asistieron a la ceremonia celebrada en una explanada de Bratislava.
El Papa, que vivi¨® desde la vecina Polonia la represi¨®n anticat¨®lica ejercida por el comunismo en Eslovaquia, ten¨ªa un gran inter¨¦s personal en beatificar a los obispos Hopko y Vojtasak y a la hermana Schelligova. Hopko fue encarcelado y lentamente envenenado con ars¨¦nico hasta su fallecimiento, en 1976. Schelligova pas¨® tres a?os en prisi¨®n y muri¨®, despu¨¦s de ser amnistiada, a consecuencia de los malos tratos sufridos durante su internamiento.
Juan Pablo II orden¨® en junio pasado que se exhumara el cad¨¢ver del obispo Vojtasak, muerto en prisi¨®n en 1965, para comprobar si hab¨ªa sido tambi¨¦n envenenado. La iniciativa, encaminada a reforzar el proceso de beatificaci¨®n, suscit¨® la protesta de numerosos historiadores, quienes recordaron que el obispo hab¨ªa participado en 1942 en una reuni¨®n del gobierno colaboracionista de Bratislava, en la que se aprob¨® la deportaci¨®n de 58.000 jud¨ªos.
La represi¨®n que el r¨¦gimen comunista checoslovaco ejerci¨® sobre la jerarqu¨ªa cat¨®lica despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial fue una respuesta al papel ejercido por ¨¦sta durante el conflicto. Un sacerdote, Josef Tizo, ejerci¨® la jefatura del Gobierno eslovaco en 1938 como l¨ªder del Partido Popular. Le sucedi¨® otro religioso, Andrej Hlinka. Ambos eran filonazis y ferozmente antisemitas, y participaron activamente en el Holocausto. Sobre aquel oscuro momento del catolicismo, Juan Pablo II extendi¨® ayer el manto de la beatificaci¨®n de dos religiosos que, en cualquier caso, no se implicaron de forma personal en la atrocidad del exterminio de los jud¨ªos.
La salud del Papa suscit¨® nuevas declaraciones p¨²blicas. El cardenal primado de Chequia, Miroslav Vlk, declar¨® a una televisi¨®n eslovaca que Juan Pablo II no estaba tan mal como parec¨ªa. "El cuerpo y las piernas flaquean, pero la cabeza est¨¢ en su lugar y el coraz¨®n es fuerte", dijo el cardenal, quien asegur¨® que el Pont¨ªfice conservaba la memoria y la agudeza mental.
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