El Celta estropea un estreno feliz

Le falt¨® experiencia. Quiso vivir de las rentas. Se vino abajo en el ¨²ltimo tramo. Explicaciones diversas para el porqu¨¦ de que el Celta regalase un empate cuando ten¨ªa la victoria en el bolsillo. Su superioridad qued¨® amortiguada por el entusiasmo del Brujas, que s¨®lo dio se?ales de vida en los ¨²ltimos minutos. Suficientes para amargar el estreno en la m¨¢xima competici¨®n europea al cuadro gallego, que deber¨ªa tirarse de los pelos por la oportunidad desperdiciada. Porque hay que aventurarse a decir que su rival, muy vulgar, est¨¢ condenado a ser el ¨²ltimo del grupo.

Tal vez por esa vena teatral escondida en el subconsciente del futbolista latino, Jos¨¦ Ignacio se hizo el malito un par de minutos. Se ech¨® al suelo, fue retirado en camilla y el Brujas se qued¨® con un hombre menos justo antes de acabar la primera parte. Cierto que Mendoza le lanz¨® un balonazo a la cara con la mano, pero no pareci¨® para tanto. La expulsi¨®n era reglamentaria, aunque el p¨²blico se lo tom¨® muy mal por la picaresca espa?ola. El panorama, en todo caso, qued¨® despejado. Pasados los temores iniciales, el Celta acab¨® muy convencido la primera parte. Recre¨¢ndose en la suerte del regate, pero sin nadie con el acierto para romper la porter¨ªa belga. Desde luego, ni Milosevic ni Vagner, torpes ambos en los ¨²ltimos metros. El yugoslavo, demasiado pesado, parece lejos de sus mejores d¨ªas. Y al brasile?o de nada le sirvi¨® correr como un b¨²falo hacia Butina e ir dejando atr¨¢s rivales. Llegado el momento, se le difumin¨® la porter¨ªa.

Con tres centrales, Lotina plante¨® un partido contemplativo. A ver qu¨¦ ten¨ªa este equipo para haber eliminado al Borussia de Dortmund en la fase previa. Pasada la media hora, se vio que el Brujas no tiene nada. Nadie con la calidad, por ejemplo, de Jesuli o Gustavo L¨®pez. Ni siquiera el rumano Stoica, el m¨¢s latino de los locales, que se march¨® lesionado. El control fallido de Martens en el minuto 37 dej¨® claro cu¨¢l es el nivel t¨¦cnico del conjunto belga: ¨ªnfimo. El espigado Martens trataba de parar un bal¨®n f¨¢cil, que ven¨ªa de unos ocho metros de altura, pero le golpe¨® en la espinilla.

El Celta volc¨® casi toda su percusi¨®n por la izquierda. Se juntaron Gustavo L¨®pez y Jesuli y lanzaron a Juanfran, su hombre con m¨¢s zancada. El lateral izquierdo se lo pas¨® en grande. Puesto que Berizzo le cubr¨ªa la espalda, Juanfran dio rienda suelta a su esp¨ªritu libre y se march¨® al ataque sin previo aviso. Lo que result¨® fundamental. La en¨¦sima de sus incursiones la culmin¨® ¨¦l mismo con un disparo al primer palo que puso en evidencia al portero belga, otro desastre.

Poco acostumbrado a sutilezas, el estadio Jan Breydel abri¨® la boca asombrado ante el regate de Jesuli al capit¨¢n Simons: le dio salida a la pelota por la derecha mientras se escabull¨ªa por la izquierda. Y Simons, que fue al bulto, pas¨® de largo.

El Celta quiso gestionar la segunda parte con la posesi¨®n del bal¨®n. Lotina recurri¨® a Jandro para ello. Y a eso se aplic¨® el centrocampista. El campo se convirti¨® en un rondo gallego hasta que, de pronto, no se sabe muy bien por qu¨¦, el Brujas encontr¨® un agujero inesperado. El Celta advirti¨® entonces que hab¨ªa perdido una ocasi¨®n de oro y quiso reaccionar. Pero apenas le quedaban ya fuerzas. Ni ideas. Y, adem¨¢s, el Brujas acab¨® euf¨®rico el encuentro y con su gente empujando por todas partes.