EE UU tiene detenidos a 4.000 iraqu¨ªes por actos de resistencia y "razones de seguridad"
Cientos de extranjeros se cuentan entre los 10.000 presos en manos de las tropas de ocupaci¨®n
La prisi¨®n de Abu Gharib sigue siendo un reducto fortificado con m¨¢s aspecto de vertedero que de recinto penitenciario. Tres meses despu¨¦s de que el Ej¨¦rcito de EE UU decidiera rehabilitar sus celdas para instalar a la creciente poblaci¨®n reclusa de Irak, el cambio de r¨¦gimen se nota tambi¨¦n dentro de sus muros: 250 de los 10.000 presos que las fuerzas de la coalici¨®n custodian en Irak ocupan ya las celdas renovadas, seg¨²n inform¨® ayer la general Janis Karpinski. De esos 10.000, 4.000 han actuado contra EE UU o son una "potencial amenaza a la seguridad".
"La mayor¨ªa son presos comunes", explic¨® Karpinski abriendo la caja de Pandora de las distintas categor¨ªas de presos. Un 40% de los 10.000 encarcelados a d¨ªa de ayer (el doble de lo anunciado hasta ahora) est¨¢n catalogados como "detenidos por razones de seguridad", grupo en el que la general incluy¨® tanto a quienes han cometido un delito contra las fuerzas de la coalici¨®n como los m¨¢s pol¨¦micos "detenidos administrativos", a quienes los ocupantes acusan de ser una amenaza potencial. S¨®lo una docena de ¨¦stos est¨¢n recluidos en Abu Gharib y, como en el resto de los centros de detenci¨®n, permanecen separados de los comunes.
Tambi¨¦n separados se mantiene a los prisioneros de guerra. Seg¨²n Karpinski, dos centenares de iraqu¨ªes han recibido esa clasificaci¨®n tras los interrogatorios a que son sometidos tras su detenci¨®n. Se trata, seg¨²n la legislaci¨®n internacional, de personas vinculadas a las Fuerzas Armadas o grupos paramilitares uniformados arrestados en el marco de un conflicto b¨¦lico. En el caso de Irak, todos los altos dignatarios civiles del r¨¦gimen ten¨ªan un rango militar y, seg¨²n fuentes del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR), "pueden recibir una u otra clasificaci¨®n a discreci¨®n de las fuerzas ocupantes".
La principal diferencia entre ser catalogado como detenido por razones de seguridad o como prisionero de guerra estriba en que estos ¨²ltimos deber¨¢n quedar en libertad en el momento en que se declare el fin de las hostilidades. Tampoco pueden ser juzgados a menos que est¨¦n acusados de cr¨ªmenes de guerra o contra la humanidad, como podr¨ªa ser el caso de Al¨ª Hasan al Masyid, m¨¢s conocido como Al¨ª el Qu¨ªmico. En su detrimento, nada garantiza que no puedan ser transferidos fuera de su pa¨ªs. Sin embargo, tal extremo queda completamente descartado en el caso de los detenidos civiles.
Karpinski neg¨® que ning¨²n iraqu¨ª hubiera sido sacado del pa¨ªs. "No hay un Guant¨¢namo para los iraqu¨ªes", asegur¨® antes de contar que hab¨ªa pasado algunos d¨ªas en esa base estadounidense en Cuba en octubre del a?o pasado. Lo que s¨ª hay es extranjeros detenidos de seguridad en Irak. "Dir¨ªa que son varios cientos", estim¨® la general. "Resulta dif¨ªcil de establecer porque, no llegan provistos de pasaporte o carn¨¦ de conducir; en principio suelen declararse iraqu¨ªes y s¨®lo durante los interrogatorios se revela que son jordanos, sirios o de otra nacionalidad", explic¨®.
?Alg¨²n occidental? "Hay seis que se reclaman estadounidenses y dos que dicen ser brit¨¢nicos, pero a¨²n no hemos podido establecer ese extremo", declar¨® la responsable militar. A preguntas de esta enviada, Karpinski dijo que era posible que alguno se hubiera declarado espa?ol. Uno de sus oficiales asegur¨® que no en Abu Gharib. "Tal vez en otro centro, pregunte al CIRC", recomend¨®. La portavoz de esa organizaci¨®n, la libanesa Nada Dumani, no dispon¨ªa de ese dato ayer.
La general Karpinski asegur¨® que los tribunales iraqu¨ªes ya han empezado a funcionar y que poco a poco, todos los detenidos, en especial por delitos comunes, podr¨¢n empezar a recibir asistencia letrada y ser¨¢n llevados ante el juez. Sin embargo, la Organizaci¨®n Iraqu¨ª de Derechos Humanos insiste en considerar "presos pol¨ªticos" a todos los detenidos de seguridad. "Pedimos que respeten la Convenci¨®n de Ginebra, que hagan p¨²blicos los cargos contra los detenidos y que juzguen a los acusados de colaborar con el r¨¦gimen anterior", insisti¨® un portavoz.
Ejercicio de propaganda
La invitaci¨®n a Abu Gharib a la prensa fue sin duda un ejercicio de propaganda. En medio de las denuncias de varias organizaciones de derechos humanos por la falta de transparencia sobre el destino de los detenidos en Irak, los militares estadounidenses se esfuerzan por aclarar el confuso panorama legal por el que han navegado hasta ahora.
"Tenemos acceso a todos los lugares de detenci¨®n, aunque s¨®lo visitamos los principales", explic¨® Dumani a este diario. El CICR visita una docena de prisiones y estima que existe el doble, sin contar las de la regi¨®n aut¨®noma kurda, donde dependen no de las fuerzas de la coalici¨®n, sino de los dos grandes partidos locales y son c¨¢rceles m¨¢s peque?as. Los principales penales son, adem¨¢s de Abu Gharib, el centro de detenci¨®n del aeropuerto (el m¨¢s inaccesible de todos y donde se cree que se hallan los detenidos de la baraja), la c¨¢rcel de Al Tasfirat y el centro de detenci¨®n de Um Q¨¢ser.
Abu Gharib fue un s¨ªmbolo de la brutal represi¨®n durante la dictadura de Sadam. Por ello, se convirti¨® tambi¨¦n en uno de los s¨ªmbolos de su ca¨ªda. Hordas de iraqu¨ªes asaltaron sus instalaciones en las horas siguientes al desmoronamiento del r¨¦gimen y liberaron a los escasos presos pol¨ªticos que quedaban en sus celdas.
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