La polic¨ªa sueca busca pruebas definitivas en el caso de Anna Lindh
El detenido por el crimen sufre trastornos de doble personalidad
La polic¨ªa sueca centra ahora sus esfuerzos en la b¨²squeda de pruebas que permitan vincular al hombre detenido el martes pasado con el asesinato de la ministra de Asuntos Exteriores, Anna Lindh, y poder acusarle formalmente del crimen. La detenci¨®n, llevada a cabo en un restaurante del centro de Estocolmo, ha abierto una serie de interrogantes que pueden quedar despejados m¨¢s temprano que tarde.
En la primera conferencia de prensa celebrada por la polic¨ªa despu¨¦s de la detenci¨®n del sospechoso, el jefe de la investigaci¨®n, Leif Jenekvist, extrem¨® la prudencia, midiendo sus palabras para no dejar traslucir cualquier matiz capaz de inducir a la conclusi¨®n de que hab¨ªan capturado al "autor del crimen". El asesinato de la ministra Anna Lindh la semana pasada en un centro comercial conmocion¨® al pa¨ªs.
La mayor¨ªa de las preguntas de la prensa recibieron la respuesta de "sin comentarios". Se insisti¨®, en cambio, en la continuaci¨®n de las pesquisas y la existencia de al menos "cinco personas m¨¢s" a las que la polic¨ªa necesitaba interrogar. Adem¨¢s, el jefe policial record¨® que "razonables motivos" es la expresi¨®n que indica el nivel m¨¢s bajo de sospecha sobre un presunto delincuente.
Las pruebas de ADN en el quepis ensangrentado que se presume pertenece al sospechoso se esperaban para el d¨ªa de ayer, mientras otras enviadas al famoso laboratorio de Reino Unido podr¨ªan demorar unos d¨ªas.
Todo parece indicar que la polic¨ªa tiene pruebas de m¨¢s peso de las que admite, pero el recuerdo del comisario Hans Holmer, que en sus encuentros diarios con la prensa internacional hablaba l¨ªricamente de la inminente "lucecita al final del t¨²nel", que hasta el d¨ªa de hoy no ha despejado la oscuridad, Leif Jennekvist, un experimentado investigador, opta por la prudencia.
Mientras tanto, diversos testimonios de familiares, una novia y conocidos del detenido van contribuyendo a dibujar su compleja personalidad. El sospechoso fue identificado como el hombre que aparece en las im¨¢genes que captaron las c¨¢maras de vigilancia de los grandes almacenes NK, donde se produjo el crimen. Entre la polic¨ªa ya es conocido como el hombre del NK. Hasta que no haya sido probada la comisi¨®n del delito, no se puede proporcionar su nombre.
Complejo de superioridad
Los investigadores trabajan sobre el perfil de un hombre con doble personalidad, que puede ser sociable, con mucha capacidad de comunicaci¨®n con los dem¨¢s, y al mismo tiempo con un complejo de superioridad sin fundamento. El detenido revel¨® desde su primera infancia trastornos de conducta: se negaba a ir a la guarder¨ªa, sufri¨® problemas de adaptaci¨®n durante su etapa escolar y fracas¨® en el preuniversitario, donde se matricul¨® en una l¨ªnea t¨¦cnica que abandon¨® al a?o de empezar.
El clima del hogar, en el que los padres, posteriormente separados, ten¨ªan una concepci¨®n diferente de las exigencias que deb¨ªan tener respecto al hijo, no favoreci¨® su formaci¨®n. En anteriores ex¨¢menes psiqui¨¢tricos, al comienzo de su carrera delictiva, muy activa aunque nunca de extrema gravedad, ha declarado su oscilaci¨®n afectiva respecto a su padres, con los que vivi¨® alternativamente por periodos. Los estudios psiqui¨¢tricos revelaron tambi¨¦n que "no padece ninguna enfermedad ps¨ªquica grave", mientras su padre dice que es "un enfermo que necesita ayuda".
"Desprecia la mentalidad de reba?o", dijo el padre, "y se considera superior a los dem¨¢s". "Siempre tuvo grandes planes que nunca cumpli¨®". Por lo dem¨¢s, el padre defendi¨® la inocencia de su hijo en el asesinato de Anna Lindh. "No tiene coraje para ello", agreg¨®. En cuanto a la madre, las relaciones fueron tensas y cargadas de agresividad por parte del hijo. "Tengo mucho miedo por ¨¦l", admiti¨®, y "preferir¨ªa no saber m¨¢s nada de ¨¦l".
En cambio, una novia con la que comparti¨® su vida durante un tiempo lo describe como un compa?ero "amable, nunca agresivo, aunque sumamente negligente en casi todos los actos de su vida". Los pr¨®ximos d¨ªas quedar¨¢ decidido si en los m¨²ltiples rasgos de su compleja personalidad hubo tambi¨¦n lugar para un asesino.
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