La trampa iraqu¨ª
Cada d¨ªa que pasa parece m¨¢s claro que Irak se ha convertido en una trampa para todos. Es evidente que la responsabilidad fundamental hay que situarla en el tr¨ªo de las Azores, empe?ado en desencadenar una guerra contraria a la legalidad internacional y basada en grandes mentiras, pero, sobre todo, err¨¢tica como estrategia para combatir las amenazas reales que pesan sobre el mundo.
Pero esto importa menos hoy que las consecuencias que nos afectan por igual a tirios y troyanos. Tampoco tiene trascendencia, a estos efectos, que el Gobierno de Espa?a siga haciendo una especie de karaoke de todas las iniciativas y pronunciamientos del Gobierno republicano, sin asumir siquiera las responsabilidades que democr¨¢ticamente afronta el Sr. Blair y el propio presidente Bush.
Hace un a?o, cuando era clara la determinaci¨®n de iniciar esta guerra, expres¨¦ por primera vez la diferencia entre la amistad y la sumisi¨®n, preocupado por la actitud de los gobernantes de nuestro pa¨ªs. Hoy la reitero con mayor preocupaci¨®n ante el curso de los acontecimientos. No es extra?o que se re¨²nan para debatir posturas y acercar posiciones los l¨ªderes de Francia, Alemania y Gran Breta?a. A Europa le hace falta superar las fracturas producidas por ese alineamiento incondicional de algunos con una estrategia equivocada como la emprendida por la Administraci¨®n de Bush. Menos extra?o a¨²n es la ausencia del Gobierno de Espa?a, cuya posici¨®n es la de EE UU aunque ¨¦sta gire hacia cualquier horizonte. ?Para qu¨¦ perder el tiempo? Es m¨¢s f¨¢cil acercar posiciones con el Gobierno de USA en la seguridad de que el Sr. Aznar y otros dir¨¢n s¨ª a lo que resulte.
Nuestro sitio en Europa deviene un ap¨¦ndice no relevante de la posici¨®n del socio americano. La ministra de Exteriores lo expresaba en t¨¦rminos simb¨®licos cuando se hac¨ªa votos para que la bandera europea se coloreara con los mismos tonos que la americana.
Pero no queda mucho tiempo para reconducir lo que puede llegar a ser un desastre, alimentando y siendo alimentado por la caldera del conflicto israelo-palestino, que contin¨²a actuando como factor clave de toda la inestabilidad del Pr¨®ximo y el Medio Oriente.
A partir de noviembre, las urgencias electorales en Estados Unidos pueden enrarecer el proceso de toma de decisiones, en cualquiera de las direcciones que apuntaba en el pasado julio: retirada unilateral en forma de abandono de cualquier responsabilidad; aumento de la dosis de esta estrategia hacia el disparate, afectando a otros pa¨ªses; o b¨²squeda de una salida multilateral, bajo el amparo de Naciones Unidas para enderezar en lo posible el proceso de transici¨®n iraqu¨ª.
Soy consciente de que me repito, pero los errores que estamos viendo se repiten mucho m¨¢s. Necesitamos contar con la Liga ?rabe y con la Conferencia Isl¨¢mica, entre otras cosas para resituar la crisis en su propio contexto regional y civilizatorio, sin dar la est¨²pida imagen de que la superpotencia occidental y cristiana, con la ayuda de socios ocasionales del mismo ¨¢mbito, se hace cargo de ordenar el mundo a su medida.
Necesitamos recuperar la confianza en la Uni¨®n Europea y elaborar una pol¨ªtica com¨²n respecto del conflicto desencadenado, sin deslizarse hacia la f¨¢cil tentaci¨®n de sustituir a las tropas ocupantes por las de la OTAN. Toda la ayuda que puede y debe prestarse para salir de esta trampa debe ser encauzada a trav¨¦s del Consejo de Seguridad, en un ¨¢mbito multilateral, sin mezclar organizaciones de defensa que van a percibirse -tambi¨¦n- como arrogancia occidental frente al islam, no s¨®lo como injerencia.
Necesitamos la presencia en la soluci¨®n de Rusia y de China, adem¨¢s de los grandes pa¨ªses orientales.
Necesitamos que el Gobierno iraqu¨ª, sin posible legitimidad de origen en la transici¨®n, se legitime por los actos de gobierno con responsabilidad real sobre el territorio. De nuevo, la percepci¨®n de que estamos ante un ¨®rgano de mera consulta para el ocupante crea reacciones cada vez m¨¢s incontrolables de rechazo a los unos y a los otros. Y necesitamos que la transici¨®n se acorte lo m¨¢s posible para que el destino de Irak est¨¦ en manos de los iraqu¨ªes.
En nuestro pa¨ªs necesitamos recuperar sentido de la responsabilidad, llevando a un Gobierno irresponsable a posiciones sensatas, de respeto a los dem¨¢s, empezando por los ciudadanos, en lugar de descalificar las voces que se alzan contra esta deriva peligrosa. Nosotros, como europeos, nos jugamos m¨¢s que los propios Estados Unidos con la desestabilizaci¨®n de esta regi¨®n vecina y estrat¨¦gicamente decisiva. Nosotros somos m¨¢s vulnerables a las amenazas que deben combatirse con m¨¢s seriedad.
Cuando o¨ªmos la cantinela de que Irak es el territorio en que se dirime la lucha contra el terrorismo internacional, hay que advertir que hoy, tras la guerra, es m¨¢s verdad que ayer y a?adir que la centrifugaci¨®n del terrorismo internacional va a continuar. Si somos serios reconoceremos que la amenaza del terrorismo es real y que la estrategia puesta en marcha para combatirlo no ha disminuido esta amenaza. Estados Unidos no es m¨¢s seguro ahora que antes del conflicto. Lo mismo cabe aplicar a cualquier pa¨ªs de Europa o de la orilla sur del Mediterr¨¢neo, por hablar s¨®lo de los vecinos.
?A qu¨¦ esperamos para rectificar y reconducir la estrategia de lucha contra el terrorismo internacional? Empecemos por salir de la trampa iraqu¨ª, sin abandonar al pa¨ªs a su propia desgracia. El empe?o por mantener un discurso banal de pel¨ªcula del oeste, cargado de apelaciones a la testosterona, cuando no de apelaciones a Dios, s¨®lo puede agravar el desastre. Un poco m¨¢s de inteligencia (en el sentido de los servicios y del liderazgo) nos vendr¨ªa bien a todos. Porque con las tropas que ganan una guerra no se tiene garant¨ªa alguna de ganar la paz. Por eso vemos a los soldados ocupantes m¨¢s preocupados por su seguridad que por la seguridad de la poblaci¨®n, no digamos por la reconstrucci¨®n de ese pa¨ªs devastado.
En este clima, la llamada Hoja de Ruta para recuperar la senda de la paz entre israel¨ªes y palestinos es algo menos que papel mojado. La buena fe europea contrasta con su p¨¦rdida de relevancia para influir en los actores directos de esta cat¨¢strofe. En Estados Unidos se siente la par¨¢lisis, la toma de distancia ante el avispero dram¨¢tico en que se ha convertido el territorio, pero en la medidaen que se acerque el proceso electoral estos rasgos se acentuar¨¢n. As¨ª, esta estrategia que complementaba la invasi¨®n iraqu¨ª y que se supon¨ªa habr¨ªa de contribuir a mejorar su resultado y la valoraci¨®n del mundo ¨¢rabe, se ha torcido o se ha vuelto en contra. Este conflicto, el m¨¢s permanente de la regi¨®n, ha vuelto as¨ª a constituirse en epicentro de todos los dem¨¢s.
En contra de lo que afirman los gobernantes espa?oles, ning¨²n dirigente pol¨ªtico, ni nacional ni europeo, se alegra de este fracaso. No se puede seguir ofendiendo gratuitamente a quienes han demostrado anticipadamente tener raz¨®n en su visi¨®n del problema y quieren ahora ayudar a reconducir los errores de otros con responsabilidad, sin servilismos que no han servido para nada, ni servir¨¢n.
La situaci¨®n es tan seria y tan urgente que conviene olvidar la arrogancia con que se ampara la ignorancia y tratar de trabajar conjuntamente.
Alguien dijo: bombardearon e invadieron Afganist¨¢n para cazar a Bin Laden y ah¨ª sigue; despu¨¦s hicieron lo propio con Irak para cazar a Sadam Husein y ah¨ª sigue. Es como la reducci¨®n al absurdo de la guerra.
Felipe Gonz¨¢lez es ex presidente del Gobierno espa?ol.
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