Miradas contrapuestas
Dos exposiciones en Madrid, una titulada 'M¨¦xico, identidad y ruptura', con artistas mexicanos contempor¨¢neos, y otra, 'Pensar Am¨¦rica II', con dos creadores espa?oles que hacen un trabajo de reflexi¨®n sobre la realidad latinoamericana, ofrecen dos visiones contrapuestas que nos acercan a un universo complejo de lazos culturales.
Coinciden en Madrid dos exposiciones que inducen a formular una serie de preguntas y reflexiones sobre el arte en los pa¨ªses latinoamericanos. Una de ellas re¨²ne una selecci¨®n de obras de j¨®venes artistas de Ciudad de M¨¦xico, la otra muestra trabajos relacionados con Am¨¦rica de dos conocidos artistas espa?oles. Los primeros se miran a s¨ª mismos para ofrecernos la imagen que ellos tienen del M¨¦xico actual; los espa?oles, por su parte, miran a Am¨¦rica como tema de su trabajo art¨ªstico. Por supuesto, se trata de miradas subjetivas, de im¨¢genes y obras personales que de forma aleg¨®rica y metaf¨®rica muestran fragmentos de ideas y proyecciones de deseos.
La primera de las exposiciones es capaz de reunir una serie de obras antag¨®nicas de artistas que poseen un inter¨¦s intr¨ªnseco y que ofrecen la posibilidad de mostrar una silueta de conjunto. Por supuesto, lo ¨²nico en com¨²n entre ellos es la ciudad que les acoge y el estar en una edad en torno a los cuarenta a?os, porque sus obras se dispersan por todos los g¨¦neros y estilos imaginables. Es posible, sin embargo, siluetear algunas figuras en este rompecabezas de teselas individualistas que nos permite aproximarnos al hecho art¨ªstico mexicano. La primera es el fen¨®meno de la ruptura o, si se quiere, de la afirmaci¨®n de una situaci¨®n que pretende distanciarse de la ruta convencional asignada a un pa¨ªs que se encuentra al sur de Estados Unidos, evitando cualquier rasgo de criollismo populista o cualquier gesto colorista para asumir los lenguajes de la posmodernidad y la tecnolog¨ªa globalizadora.
M?XICO, IDENTIDAD Y RUPTURA
Fundaci¨®n Telef¨®nica
Fuencarral, 3. Madrid
Hasta el 28 de octubre
PENSAR AM?RICA II
Casa de Am¨¦rica
Paseo de Recoletos, 2. Madrid
Hasta el 10 de octubre
La segunda estar¨ªa relacionada con la primera pero formar¨ªa con ella un par de fuerzas de sentido contrario que imprime un giro a la intenci¨®n de muchos de los artistas de esta generaci¨®n, ya que si se renuncia a los gui?os vern¨¢culos que caracterizan su cultura ?c¨®mo impedir caer en las garras de la uniformidad globalizadora? Para conseguir zafarse de las secuelas de la globalizaci¨®n lo que est¨¢n haciendo algunos de estos artistas es reinterpretar en clave cr¨ªtica, conceptual o tecnol¨®gica, seg¨²n los casos, los temas, formas y elementos que pueden reflejar su identidad cultural como creadores que pertenecen a una realidad geogr¨¢fica, social, econ¨®mica, pol¨ªtica y emocional. As¨ª, la tecnolog¨ªa se ti?e de visceralidad mientras que lo manual y lo material se vuelve sofisticado, de manera que reinterpretan los mitos populares de la muerte o asumen lo barroco sin caer en ning¨²n caso en el pastiche o la caricatura.
Desde la b¨²squeda de la iden-
tidad, llama la atenci¨®n la obra de Laura Anderson, quien realiza mazorcas con molares humanos; de Yolanda Guti¨¦rrez, que trabaja con bejucos, y de Paula Santiago, quien teje con cabello humano y ti?e las obras con su sangre. En el polo opuesto, los gui?os tecnol¨®gicos de Gerardo Suter y Yishai Jusidman junto con las parodias productivistas de Thomas Glassford tienden el puente hacia la ret¨®rica de la posmodernidad. En el centro, la serena obra de Boris Viskin y los fragmentos de paisajes de V¨ªctor Pimstein fijan el fiel de un balance muy prometedor.
A trav¨¦s del trabajo de estos artistas podemos reconocer un M¨¦xico moderno, variado, ¨¢gil y vivo, capaz de realizar obras de arte formal y conceptualmente contundentes y atractivas. Son piezas que revelan un gran impulso creador que se puede interpretar como reflejo de un fen¨®meno que est¨¢ surcando toda Hispanoam¨¦rica, sin embargo, todo el potencial de creatividad que se est¨¢ liberando all¨ª, mientras vemos languidecer el sobrevalorado arte de Estados Unidos, tiene un tal¨®n de Aquiles ya que la comercializaci¨®n de estas obras depende, en buena medida, del mercado de Los ?ngeles, Miami o Nueva York, donde se sigue dictando el valor monetario del arte contempor¨¢neo.
Mientras que estos artistas
ofrecen una imagen din¨¢mica, acompasada al acontecer de los tiempos, sin dejarse arrastrar por complejos locales, ?c¨®mo ven desde aqu¨ª los artistas espa?oles el fen¨®meno americano? ?ste es el tema de una serie de exposiciones que realiza la Casa de Am¨¦rica que, en su segunda edici¨®n, muestra obras de la fot¨®grafa Cristina Garc¨ªa Rodero y del artista conceptual Juan Luis Moraza.
Situ¨¢ndose en los ant¨ªpodas de los j¨®venes artistas mexicanos, Cristina Garc¨ªa Rodero cae en el t¨®pico anecd¨®tico de fotografiar el lado pintoresco del paisanaje americano, mostrando instant¨¢neas que se apoderan del momento, tipo reportaje a?os cincuenta, captando una "realidad" callejera con sabor antropol¨®gico. Centr¨¢ndose en temas como los rituales religiosos, las costumbres populares, las expresiones p¨²blicas de dolor y sufrimiento, que son tratados desde la coartada emocional, ofrece una imagen paternalista y negativa de Am¨¦rica, no tanto por lo que ense?a como por aquello que deja de mirar.
El tema de la obra de Juan Luis Moraza toma como leitmotiv la desembocadura del r¨ªo de la Plata, entre Buenos Aires y Montevideo. Ese espacio le sirve para realizar un encadenado y fundido de met¨¢foras en las que el topon¨ªmico "Plata" se confunde con la "plata", t¨¦rmino con el que se designa en Argentina el dinero, y los flujos de dinero entre las dos capitales con los flujos de las mareas y los vientos de la bah¨ªa. As¨ª, a trav¨¦s de videoim¨¢genes, fotocopias de poemas, fotomontajes de un cuadro de Patinir (que a su vez relaciona metaf¨®ricamente el paso de la laguna Estigia con la bah¨ªa del r¨ªo de la Plata), impresiones de ficticios billetes de banco y objetos, tales como una m¨¢quina de juego en la que caen las monedas en cascada, Moraza traza una imagen fatalista de la penuria econ¨®mica del sur de Am¨¦rica, insinuando que es el azar quien gobierna unos flujos econ¨®micos que se comportan como el viento y las mareas, sin posibilidad de control humano.
Por tanto, nos encontramos ante dos miradas contrapuestas. Una cargada de esperanza, intentando superar los tab¨²es y aceptando la modernidad en la que toda Am¨¦rica debe entrar con la fuerza de una locomotora creativa, la otra se?alando los atavismos y el fatalismo. Sin duda, las Am¨¦ricas son eso y mucho m¨¢s, y el arte, con sus visiones prof¨¦ticas y sus intuiciones pl¨¢sticas, nos ayudar¨¢ a comprender las realidades, los anhelos y los fracasos desde la sensibilidad est¨¦tica.
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