Hamburgo, una historia medieval
En busca del pasado hanse¨¢tico y sefard¨ª de la ciudad alemana
Hamburgo es la segunda ciudad de Alemania, una urbe din¨¢mica, pr¨®spera y con una activa vida cultural. Situada estrat¨¦gicamente entre dos r¨ªos (el Elba y su afluente el Alster) y surcada de canales que desde la Edad Media sirvieron de v¨ªa para el tr¨¢fico comercial, fue miembro de la Liga Hanse¨¢tica, un grupo de ciudades independientes del norte de Alemania y de los Pa¨ªses Bajos, que desde el siglo XII hasta el XVI formaron un consorcio para comerciar con Rusia y los pa¨ªses escandinavos, lo que las convirti¨® en centros neur¨¢lgicos del tr¨¢fico comercial del norte y centro de Europa.
Hoy conserva la herencia de ese pasado hanse¨¢tico: todav¨ªa es una ciudad-estado, que constituye por s¨ª misma un land de la Alemania Federal. No tiene catedral (s¨ª cinco iglesias cuyas hermosas torres constituyen el skyline hamburgu¨¦s), pero en el coraz¨®n del centro hist¨®rico y comercial se eleva, orgulloso, el impresionante edificio decimon¨®nico del Rathaus o Ayuntamiento, centro administrativo y pol¨ªtico de la ciudad. Aunque posee una potente y variada industria, una de sus mayores fuentes de riqueza sigue siendo su puerto fluvial, en el estuario por el cual el Elba se asoma al mar del Norte.
No es demasiado f¨¢cil imaginarse c¨®mo era esta magn¨ªfica ciudad en la Edad Media o en el siglo XVI, porque la mayor parte de su urbanismo es moderno: en 1842, casi todo el casco urbano fue destruido por un incendio, as¨ª que la mayor¨ªa de los edificios que uno puede ver hoy datan de la segunda mitad del siglo XIX o del XX. Sus calles c¨¦ntricas o sus arbolados barrios residenciales -que forman una taracea de edificios entre inmensas zonas verdes a orillas de lagos y canales- son un muestrario de la mejor arquitectura burguesa de los dos ¨²ltimos siglos. S¨®lo en alg¨²n rinconcito de los canales c¨¦ntricos que van a dar al r¨ªo (como la Deichstrasse) se conserva alg¨²n peque?o grupo de casas de ladrillo, de estrechas fachadas y tejados apuntados, que nos permite imaginar el ambiente del Hamburgo de los siglos XV a XVII.
Un pasado poco conocido
Sin embargo, pocos saben que Hamburgo fue tambi¨¦n un importante asentamiento de jud¨ªos sefard¨ªes. En 1492, los Reyes Cat¨®licos firmaron el decreto por el cual se expulsaba a los jud¨ªos de las Coronas de Castilla y de Arag¨®n. Algunos de los expulsados se refugiaron en Portugal, donde se les toler¨® a cambio del pago de fuertes impuestos; pero s¨®lo unos pocos a?os despu¨¦s, en 1497, el rey don Manuel de Portugal oblig¨® a convertirse a los jud¨ªos portugueses. Muchos de los convertidos a la fuerza siguieron practicando a escondidas su antigua religi¨®n, formando aut¨¦nticas comunidades de criptojud¨ªos (literalmente, jud¨ªos escondidos) que llevaban externamente una vida cristiana, pero conservaban sus creencias jud¨ªas. Al implantarse la Inquisici¨®n portuguesa en 1536, las cosas se pusieron dif¨ªciles para ellos, y muchos optaron por buscar otros lugares donde vivir. Eligieron por lo general ciudades centroeuropeas muy comerciales, en las que los sefard¨ªes se dedicaban al negocio de la importaci¨®n y exportaci¨®n. Y se instalaron denomin¨¢ndose oficialmente "naci¨®n portuguesa", es decir, como colonia de mercaderes portugueses asentados all¨ª para desarrollar tratos comerciales. ?ste es el origen de las comunidades sefard¨ªes de los Pa¨ªses Bajos (por ejemplo, la de Amsterdam, que fue important¨ªsima) y tambi¨¦n de la de Hamburgo y la vecina Altona, que hoy es pr¨¢cticamente un barrio de Hamburgo, pero que hasta la segunda mitad del siglo XIX fue una ciudad dependiente de la Corona de Dinamarca.
Precisamente en Altona ha quedado uno de los principales restos materiales de la presencia sefard¨ª en Hamburgo: el cementerio jud¨ªo de la K?nigstrasse, que recibe cada a?o miles de visitantes. Es un hermoso jard¨ªn en el que las tumbas askenaz¨ªes (de los jud¨ªos centroeuropeos) se distinguen de las sefard¨ªes en que aqu¨¦llas tienen l¨¢pidas verticales, mientras que las sefard¨ªes son t¨²mulos o l¨¢pidas horizontales. La mayor¨ªa de estas piedras tumbales datan del siglo XVII.
Cultura hisp¨¢nica
Encontramos aqu¨ª inscripciones en hebreo, pero tambi¨¦n muchas en espa?ol o portugu¨¦s. Un recorrido por los nombres es tambi¨¦n un retrato de aquella sociedad sefard¨ª un tanto esquizofr¨¦nica, asentada en un pa¨ªs del Norte, pero de hondas ra¨ªces y cultura hisp¨¢nica. Eran gentes que hab¨ªan sido (ellas mismas o sus padres) convertidas al cristianismo y que volv¨ªan en el exilio al juda¨ªsmo de sus antepasados y ten¨ªan una amplia cultura adquirida en espa?ol y portugu¨¦s, lenguas en las que se comunicaban entre s¨ª y en las que escribieron y editaron libros para su propio uso. Hay en las inscripciones de las tumbas un Abraham Cohen Pimentel, un Benjam¨ªn de Jacob Fidalgo, un David Cohen de Lara o una Sara Miriam Senior Coronel, apellidos castellanos o portugueses precedidos de nombres jud¨ªos.
No menos llamativas son las elegantes y a veces lujosas decoraciones de las piedras tumbales: junto a temas muy jud¨ªos, como las manos extendidas en oraci¨®n que simbolizan el apellido Cohen, vemos temas de la iconograf¨ªa barroca, como la calavera con dos tibias cruzadas; motivos decorativos vegetales propios del arte renacentista o barroco; representaciones de personajes b¨ªblicos seg¨²n la iconograf¨ªa cristiana... y hasta escudos de armas con cimeras, leones rampantes, castillos, estrellas o bandas, al m¨¢s puro estilo de la nobleza hispanoportuguesa de la ¨¦poca.
Las comunidades sefard¨ªes de Hamburgo y Altona alcanzaron su m¨¢ximo esplendor hacia 1650, cuando lleg¨® a haber m¨¢s de 1.200 sefard¨ªes. A partir del siglo XVIII se inici¨® su decadencia, de forma que en v¨ªsperas de la II Guerra Mundial no hab¨ªa ni siquiera un centenar, que, como los dem¨¢s jud¨ªos de Alemania, fueron deportados a los campos de exterminio; tambi¨¦n sufrieron la deportaci¨®n algunos que se hab¨ªan convertido al cristianismo a lo largo del siglo XIX. Entre los pocos sefard¨ªes hamburgueses que se salvaron estaba David Shaltiel, uno de los fundadores del Estado de Israel.
GU?A PR?CTICA
Datos b¨¢sicos
- Prefijo telef¨®nico: 0049. Poblaci¨®n: Hamburgo tiene unos 1,8 millones de habitantes.
C¨®mo llegar
- Air Berlin (901 116 402 y www.airberlin.com) conecta 16 aeropuertos espa?oles con Hamburgo, a partir de 69 euros el trayecto (el precio var¨ªa seg¨²n la disponibilidad). Las mejores ofertas est¨¢n expuestas en la web, por meses y d¨ªas.
- Iberia (902 400 500), ida y vuelta en noviembre y hasta el 18 de diciembre, 303 euros m¨¢s tasas. Comprando el billete con 21 d¨ªas de antelaci¨®n, entre 185 y 229 euros m¨¢s tasas.
- Lufthansa (902 22 01 01), hasta el 13 de diciembre, desde varios aeropuertos espa?oles a Hamburgo, ida y vuelta, a partir de 225 m¨¢s tasas.
Informaci¨®n
- Oficina de turismo de Hamburgo (www.hamburg-tourism.de y 40 30 05 13 00). Ofrecen un servicio telef¨®nico y on line de reservas hoteleras en la ciudad.
- www.hamburg.de.
- Para eventos culturales, exposiciones, conciertos, restaurantes, bares y la noche: www.szene-hamburg-online.de.
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