N¨¢quera, ejemplo de indefinici¨®n pol¨ªtica
Un alcalde, con todas las excepciones -pocas, en todo caso- que se quiera, apenas puede oponerse a los requiebros de un inversor que le prefigura un Ed¨¦n urban¨ªstico en su ¨¢mbito territorial, con los consiguientes beneficios te¨®ricos para la poblaci¨®n y, en ocasiones -?o deber¨ªa decir a menudo?-, mucho m¨¢s seguros para su peculio particular o partidista. Las corporaciones locales son un agujero financiero insondable y sus titulares son reos de enormes tentaciones para cubrir los presupuestos y grabar su nombre en el palmar¨¦s del crecimiento municipal. Hay que ser moralmente muy s¨®lido y pol¨ªticamente claro para ponerle barreras a la imparable invasi¨®n del cemento y de las plusval¨ªas.
Desde este criterio, sucintamente expuesto, ignoro la trastienda que late en el problema que impide la administraci¨®n apacible del Ayuntamiento de N¨¤quera. Gobernaba el PSPV y ahora por el PP, con la ayuda siempre de los mercenarios de UV y despu¨¦s de una moci¨®n de censura. No se sabe que sea cuesti¨®n de principios de o programas. Lo relevante, y eso nadie lo cuestiona, es el debatido proyecto de colonizar un espacio -la partida de Fontanelles- satur¨¢ndola de viviendas, campo de golf y el consabido hotel. Una operaci¨®n millonaria que, al parecer, choca con dificultades porque se ubica en parte sobre suelo p¨²blico de inter¨¦s medioambiental. Los del PSPV del pueblo, gratamente revestidos de ecologismo, no estaban por la labor y eso les ha costado el desahucio.
Admirable actitud y brillante derrota. Que el nuevo equipo de gobierno, bajo la insignia popular, decida qu¨¦ ha de hacerse con esa reserva territorial. No hay que ser muy imaginativo para anticipar el desenlace: habr¨¢ adosados, hotel y golf para insuflar un poco m¨¢s la burbuja inmobiliaria y, simult¨¢neamente, mermar un poco m¨¢s nuestro patrimonio paisaj¨ªstico. No se ganan unas elecciones o el bast¨®n de mando para presidir la procesi¨®n de la Patrona. Y conste que me gustar¨ªa tener que disculparme por este juicio de intenciones y pedirle perd¨®n al PP si fuera capaz de salvar el mencionado y acechado espacio de Fontanelles.
Pero expuestos los t¨¦rminos publicados de la confrontaci¨®n, lo llamativo es que fuentes autorizadas del PSPV describen el problema en muy otros t¨¦rminos. Lo que pasa, dicen, es que los ediles socialistas de N¨¤quera exigen que los terrenos p¨²blicos se paguen a precio de mercado, raz¨®n por la cual, parece, se propici¨® una reuni¨®n entre los promotores urban¨ªsticos y los concejales renuentes, amparados todos por el secretario de Finanzas del citado partido. Una mediaci¨®n que sugiere, como m¨ªnimo, que tan calificado personaje era proclive al acuerdo, forzando quiz¨¢ la actitud de sus compa?eros naqueranos. ?Hablaba el secretario en nombre propio o abogaba por otros intereses bendecidos por el sanctasant¨®rum del partido? En todo caso, una iniciativa que nos sume en el desconcierto.
Para abundar m¨¢s en el embrollo, se noticia que la comisi¨®n de ¨¦tica del PSOE va a tomar cartas en el asunto. Por fortuna el principal de los comisionados es el ex alcalde de Valencia, Ricard P¨¦rez Casado, arraigado en la referida villa y conocedor como pocos de su geograf¨ªa f¨ªsica y humana. Confiemos en ¨¦l. Pero ?qu¨¦ demonios va a investigar? ?La coherencia de los ediles? ?La ensaimada mental del partido? ?La inopia de su secretario general Joan Ignaci Pla, con sus declaraciones contradictorias? ?Ha de confirmar si estamos ante un problema m¨¢s de especulaci¨®n pura y dura o ante la indefinici¨®n pol¨ªtica del partido en materia medioambiental? O ante ambas cosas.
La verdad es que, hoy por hoy, los socialistas valencianos se asemejan m¨¢s a una c¨¦lula durmiente que a un partido despierto y seguro de unos pocos y n¨ªtidos principios. Lo de N¨¤quera s¨®lo es una met¨¢fora de lo que puede acontecerles si no conciertan sus propuestas y certidumbres en materia medioambiental. De no hacerlo, cualquier d¨ªa se confunden con su adversario, y ¨¦ste es mucho m¨¢s profesional en tales menesteres. No es extra?o que desde el PP se les mire conmiserativamente. Para los populares nunca ser¨¢ un problema recalificar y enajenar un monte p¨²blico. Basta con que no est¨¦ protegido, o eso postulan. Para ellos todo el monte es or¨¦gano. ?Tambi¨¦n para el secretario de Finanzas del PSPV?
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