El yen se revaloriza hasta un m¨¢ximo desde hace casi tres a?os
En las ¨²ltimas 72 horas ha habido una serie de eventos decisivos para el futuro econ¨®mico de Jap¨®n. A primera, vista hubo una debacle: la moneda japonesa se apreci¨® a un m¨¢ximo de casi tres a?os frente al d¨®lar y ello pone en peligro las exportaciones. Pero, por otro lado, el fortalecimiento del primer ministro Junichiro Koizumi tras ser elegido l¨ªder de su partido, el Dem¨®crata Liberal (PDL), ha sido considerado por los inversores como positivo para la segunda econom¨ªa del mundo, puesto que Koizumi parece el m¨¢s dispuesto a zanjar el principal problema: los 480.000 millones de d¨®lares en cr¨¦ditos morosos que arrastra la banca.
El repunte del yen de ayer y el desplome burs¨¢til tuvieron un mismo origen. El G-7, del que Jap¨®n forma parte con los otros seis pa¨ªses m¨¢s industrializados del mundo, hizo un llamamiento conjunto tras su reuni¨®n de Dubai (en paralelo a la del FMI), para que los pa¨ªses, y en especial China y Jap¨®n, dejaran de intervenir en sus mercados monetarios. A Pek¨ªn se le pide el libre cambio de su moneda, el yuan, y a Tokio, que deje de intervenir en el mercado para debilitar el yen y beneficiar a los exportadores. Gracias a esta pr¨¢ctica, Jap¨®n ha logrado mantener su comercio exterior boyante y eso ha mantenido a flote la econom¨ªa.
El efecto del comunicado del G-7, dado a conocer el domingo, provoc¨® que el yen se revalorizara a un m¨¢ximo desde enero de 2001 frente al d¨®lar, hasta cambiarse a casi 112 yenes por divisa estadounidense. Ante el fortalecimiento de la moneda japonesa, las acciones de las compa?¨ªas exportadoras se desplomaron y arrastraron a la Bolsa de Tokio a perder el 4,24%.
No obstante, los inversores creen que ha sido un efecto pasajero, ya que el mensaje del G-7 fue m¨¢s dirigido a Pek¨ªn que a Tokio. Los pa¨ªses industrializados volver¨¢n a tolerar que el Banco de Jap¨®n intervenga en el mercado monetario. Lo que realmente quiere el G-7 de Jap¨®n es que sanee sus bancos. Por eso los observadores extranjeros celebraban ayer que Koizumi lograse seguir al frente del PDL y, con ello, mantener en su puesto al ministro de Pol¨ªtica Econ¨®mica y Financiera, Heizo Takenaka, el hombre que ha presentado el plan m¨¢s duro para zanjar el problema de la banca, considerado el verdadero lastre de la econom¨ªa. Los contrincantes de Koizumi por el liderazgo del PDL quer¨ªan que Takenaka fuera depuesto de su cargo porque lo acusaban de llevar a las empresas al borde de la bancarrota y de provocar la destrucci¨®n de empleos con su plan draconiano para reducir deuda. Takenaka forz¨® a las grandes entidades japonesas a cubrir deudas por valor de 68.000 millones durante el a?o pasado.
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