J. J. Armas Marcelo explora la "enfermedad mental de Argentina"
El escritor novela los traumas del pa¨ªs americano en 'La Orden del Tigre'
Seguramente J. J. Armas Marcelo (Gran Canaria, 1946) chupa sus puros bien, a modo y sin descanso, porque as¨ª se siente m¨¢s pr¨®ximo al olor americano. "?Americano, qu¨¦ carajo, ni del sur, ni del norte!", protesta. Es un continente con el que r¨ªe y llora y cuyos pa¨ªses ha decidido conocer a fondo, como Argentina, una tierra que examina con dureza en su novela, La Orden del Tigre (Alfaguara): "?Argentina es una enfermedad mental!", afirma con rabia.
Queda en un hotel con libros, donde dan whisky y se pueden fumar habanos tranquilamente por las ma?anas. Lo hace as¨ª porque dice que es la mejor manera de hablar sobre un pa¨ªs culto como Argentina. "Pero culto no por Borges, culto porque todo el mundo tiene hambre de saber, de leer. ?Es el ¨²nico pa¨ªs que conozco donde hay una calle en que las librer¨ªas abren toda la noche!".
Habla exclamando, abriendo mucho los ojos y tirando constantemente del puro, muy bravuc¨®n y provocador. Sobre todo cuando toca recuperar la memoria de un pa¨ªs que ha ido derechito al barranco: "?Son desmemoriados y desleales con ellos mismos y eso les ha llevado al suicidio colectivo!", sostiene. Les da le?a, pero con devoci¨®n. "?Este libro es una declaraci¨®n de amor!", confiesa.
Y cuenta la historia de un periodista espa?ol, ?lvaro Montes, que regresa a Buenos Aires para recuperar los pasos perdidos de su amor, Morelba la Tigra, y se encuentra con un territorio transformado en 25 a?os. "Este libro no pensaba ni escribirlo, pero me encontr¨¦ con ¨¦l en un viaje que hice all¨ª comentando con un amigo lo bonito que ser¨ªa fundar algo como La Orden del Tigre". As¨ª que se dedic¨® a imaginarla bien, a dise?arla con mimo y destreza, como una bala con que atravesar despu¨¦s las glorias y las miserias de un lugar y un pueblo.
Tiene claro cu¨¢les han sido los pecados de Argentina: "?El peronismo!", sentencia. Y no tan claro sus soluciones: "Kirchner no me interesa. Es m¨¢s de lo mismo". Por eso se enfada cuando muchos le equiparan al brasile?o Lula como opci¨®n de futuro en Am¨¦rica: "A Lula hay que dejarle que haga. ?Es un fen¨®meno!", sentencia.
Tambi¨¦n quiere que los argentinos no escabullan el bulto, que afronten sus responsabilidades: "Es un pa¨ªs que debe alejarse de lo que Borges denominaba el vicio del tama?o y de esa autosuficiencia que a muchos les hace decir que por ellos mismos se bastan. Adem¨¢s, alguien habr¨¢ hecho algo. ?La culpa no es s¨®lo del FMI! All¨ª hay gente que ha delinquido. ?Y los militares? ?Qu¨¦ verg¨¹enza, co?o! Los del proceso. Si hasta la izquierda no llamaba aquello dictadura, lo llamaban el proceso. ?Hay que joderse!". Por eso es tan importante para ¨¦l lo que est¨¢ haciendo el juez Baltasar Garz¨®n. "El primer libro que he mandado ha sido para ¨¦l", asegura Armas Marcelo, que es ya autor curtido desde que en 1974 ganara el Premio Gald¨®s con El camale¨®n sobre la alfombra. Luego llegaron otros ¨¦xitos: Los dioses de s¨ª mismos, Madrid, distrito federal, As¨ª en La Habana como en el
cielo, su son literario por Cuba...
El caso es que este escritor atl¨¢ntico sigue descubriendo sin descanso Am¨¦rica: "Ese continente vital que nos llama continuamente para que no dejemos de contar sus historias", describe. Su ¨²ltimo descubrimiento ha sido Panam¨¢: "Me ir¨ªa all¨ª una vez por semana", confiesa fascinado. A ver qui¨¦n le frena.
Babelia
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