Al servicio del PP

El acuerdo bilateral adoptado por los gobiernos valenciano y balear de crear la fundaci¨®n cultural "Consolat del Mar" con sede en ambas autonom¨ªas, excluyendo a Catalu?a y al Rosell¨®n franc¨¦s de este proyecto, s¨®lo se puede llevar a cabo desde la ignorancia de la historia, desde la utilizaci¨®n partidista de las instituciones o, lo que ser¨ªa a¨²n peor, de la suma de ambos errores al servicio del PP.

Los or¨ªgenes del Consolat del Mar, mal que les pese a quienes tienen una visi¨®n tradicionalista y excluyente de la historia, no se encuentran en Valencia sino en el Codi de les Consuetuds de Tortosa. Y la recopilaci¨®n y elaboraci¨®n del derecho consuetudinario mar¨ªtimo fue llevada a cabo por uno o varios jurisconsultos particulares en Barcelona. Cierto es que el primer Tribunal del Consolat del Mar tuvo su sede en Valencia, pero su antecedente es la Carta Consulatus Barchinone, como tambi¨¦n es verdad que sirvi¨® de modelo para los posteriores consulados de Mallorca, Barcelona y Perpi?¨¢n, estos dos ¨²ltimos olvidados en la fundaci¨®n. Camps -como Zaplana en su d¨ªa- y Matas no han tenido el menor problema en cortarse un traje hist¨®rico a su medida y en subordinar las instituciones que representan a los intereses electorales del PP. Y ahora toca, que dir¨ªa Aznar, utilizar el proyecto de eurorregi¨®n que defiende Pasqual Maragall (del que, por cierto, Josep Piqu¨¦ dijo recientemente que era una obviedad, aunque critic¨® las referencias hist¨®ricas a la Corona de Arag¨®n) para dividir a los socialistas, agitar en esta tierra el espantajo del imperialismo catal¨¢n y confundir al personal con falacias sobre la Constituci¨®n, el Estatuto y cuantas ocurrencias tengan quienes desde Madrid redactan los argumentarios del PP.

Se podr¨ªa decir que nada ha cambiado, pero no es verdad. En mayo de 1993, las Cortes Valencianas aprobaron una resoluci¨®n por la que instaban al Consell a normalizar sus relaciones con Catalu?a, Arag¨®n y Baleares sobre la base del art¨ªculo 42 del Estatuto de Autonom¨ªa que prev¨¦ la posibilidad de que la Generalitat establezca convenios con otras comunidades aut¨®nomas. La propuesta fue realizada por Joaqu¨ªn Calomarde, diputado del PP y se aprob¨® por unanimidad. S¨ª que han cambiado las cosas en los ¨²ltimos 10 a?os.

La reuni¨®n entre ambos presidentes concluy¨® con un anuncio por parte de Camps que roza el surrealismo pol¨ªtico: la creaci¨®n de la distinci¨®n de "Embajador del Reino de Valencia" -cabe suponer que honor¨ªfico- que se otorgar¨¢ a aquellas personas que hayan defendido los intereses valencianos fuera de los l¨ªmites territoriales de la autonom¨ªa. Por si quedaba alguna duda del car¨¢cter partidista de la jornada, el primer distinguido fue Jaume Matas por su defensa del PHN. Tal que un Vinatea del siglo XXI. Se hacen apuestas sobre el tiempo que tardar¨¢ el presidente de la Generalitat en establecer el galard¨®n de Archip¨¢mpano del Pa¨ªs Valenciano que ser¨¢ concedido al ciudadano que recite de corrido y sin errores la lista de los reyes de Valencia desde Jaime I hasta Carlos II de Austria.

Ocupado en temas tan trascendentales al presidente no se le escuch¨® un reproche a la persona que en un acto oficial contest¨® en ingl¨¦s a quien le hablaba en valenciano.