La Euroc¨¢mara exige que se ponga fin a las irregularidades

El presidente de la Comisi¨®n, Romano Prodi, y los comisarios afectados por el caso Eurostat superaron ayer una importante prueba de fuego que amenazaba con la ca¨ªda en bloque de todo el Ejecutivo comunitario, pero el peligro a¨²n no ha pasado. Ninguno de los l¨ªderes de los grupos parlamentarios hizo ayer sangre en sus dos horas y media de reuni¨®n con Prodi, pero s¨ª le exigieron que ponga fin de una vez por todas a unas pr¨¢cticas irregulares de moneda com¨²n en la historia de la Comisi¨®n y frente a las que el presidente del Ejecutivo prometi¨® "tolerancia cero" al iniciar su mandato.

El alem¨¢n Hans-Gert Poettering, l¨ªder del PPE, el m¨¢s amplio en la Euroc¨¢mara, advirti¨® que, si finalmente se descubren hechos que afecten directamente a la Comisi¨®n, no le temblar¨¢ la mano al pedir la dimisi¨®n "de uno, dos o tres comisarios". Especialmente duro fue con Neil Kinnock. El jefe de los socialistas, el espa?ol Enrique Bar¨®n, se?al¨® que a¨²n existen "cuestiones pendientes" y que la Comisi¨®n debe acabar "de una vez por todas con cualquier signo de tan deplorable cultura administrativa".

El l¨ªder del tercer grupo m¨¢s numeroso, el liberal Graham Watson, amenaz¨® sin llegar a disparar y, tras decir que espera a¨²n m¨¢s informaci¨®n, dijo: "Si yo fuera el comisario Solbes, ya estar¨ªa redactando la carta de dimisi¨®n". Izquierda Unitaria pidi¨® su dimisi¨®n y el verde franc¨¦s Daniel Cohn-Bendit, como casi todos los dem¨¢s dirigentes, tambi¨¦n optaron por esperar a tener a¨²n m¨¢s informaci¨®n. Los eurodiputados brit¨¢nicos pidieron dimisiones en bloque.