Una madre intenta dar muerte en Francia a su hijo tetrapl¨¦jico porque ¨¦l se lo pidi¨®
El joven, que hab¨ªa pedido p¨²blicamente la eutanasia, queda en coma profundo
"No la juzgu¨¦is; lo que habr¨¢ hecho por m¨ª es ciertamente la m¨¢s hermosa prueba de amor del mundo". Son las palabras de Vincent Humbert, el joven tetrapl¨¦jico franc¨¦s de 22 a?os que ped¨ªa la muerte y a quien su madre trat¨® de ayudar el mi¨¦rcoles, inyect¨¢ndole una dosis masiva de barbit¨²rico. La intervenci¨®n de los m¨¦dicos impidi¨® que se consumara la eutanasia y el muchacho se encontraba anoche en coma profundo, conectado a un sistema de respiraci¨®n artificial. La madre fue detenida por "intento de asesinato", pero la fiscal¨ªa suspendi¨® ayer esta situaci¨®n, tras comprometerse aquella a aceptar una hospitalizaci¨®n.
"Si Vincent no muere, ser¨¢ dram¨¢tico para ¨¦l y tambi¨¦n para ella", reconoci¨® el abogado de la familia. La tragedia hab¨ªa sido anunciada por la madre. No revel¨® el momento en que pensaba ayudar a su hijo a morir, pero ten¨ªa decidido hacerlo coincidiendo con la aparici¨®n del libro atribuido a Vincent, en el que ¨¦ste confirma su voluntad: "Soy yo el que he querido este libro-testamento, digo bien testamento porque voy a morir. Voy a marcharme en una fecha que s¨®lo mi madre y yo conocemos y hemos escogido".
A media tarde del mi¨¦rcoles, Marie Humbert inyect¨® al hijo lo que supon¨ªa iba a ser una dosis mortal. Un par de horas m¨¢s tarde, el muchacho fue trasladado apresuradamente a la sala de reanimaci¨®n.
Aviso a los m¨¦dicos
Seg¨²n el doctor Fr¨¦d¨¦ric Chaussoy, la propia madre de Vincent avis¨® a un m¨¦dico de la agravamiento del estado del muchacho, una versi¨®n de imposible confirmaci¨®n por otros conductos. Los m¨¦dicos conoc¨ªan el proyecto familiar de ayudar a Vincent a morir y se mostraban hasta cierto punto comprensivos; pero la eutanasia sigue siendo un delito en Francia.
Marie Humbert, de 48 a?os, es una mujer de hablar quedo y apariencia fr¨¢gil, que cambi¨® su trabajo de empleada de banca y una buena casa por una buhardilla frente al hospital del hijo y algunos trabajos de asistenta dom¨¦stica. Tres a?os vividos a la cabecera de la cama de un cuerpo casi muerto, cuyo cerebro sigue consciente, da prueba de su firmeza de car¨¢cter y del amor que siente por su hijo.
El escenario del drama fue un hospital especializado en tratamientos neurol¨®gicos de Berck-sur-Mer, frente al Canal de la Mancha de comportamiento frecuentemente salvaje. La residencia forzada del bombero voluntario Vincent Humbert durante los tres ¨²ltimos a?os, postrado en una cama, tras perder la facultad de hablar, la vista, el sentido del gusto y el olfato. Tres a?os justos han pasado desde que el joven sufri¨® un accidente de carretera que le dej¨® en ese estado, cuando ten¨ªa 19 de edad. La madre quer¨ªa ahora poner fin a los d¨ªas de su hijo como "el ¨²ltimo regalo que puedo hacerle".
Tras pasar la noche en una comisar¨ªa de polic¨ªa, el fiscal autoriz¨® ayer a Marie Humbert una breve visita a su hijo y despu¨¦s cambi¨® la situaci¨®n legal de detenida por una libertad condicionada a someterse al control hospitalario. El padre de Vincent, que est¨¢ separado de su esposa, aprueba "por completo" la acci¨®n de su ex mujer y se muestra indignado con los m¨¦dicos que "contin¨²an encarniz¨¢ndose para mantener a Vincent con vida" y con las persecuciones penales que aguardan a "una mujer admirable que ha intentado ayudar a su hijo", seg¨²n ha dicho a los periodistas.
Al margen del drama personal y familiar que entra?a toda esta situaci¨®n, para los analistas no hay duda de que el paso dado por la madre del tetrapl¨¦jico servir¨¢ para acelerar el debate sobre la eutanasia en Francia.
Dos diputados, uno del partido del Gobierno y otro de la oposici¨®n socialista, invocaron "razones de justicia y de humanidad" para pedir conjuntamente la evoluci¨®n legislativa de la eutanasia. Esta figura espec¨ªfica no existe en el C¨®digo Penal, pero se le equipara al homicidio en los casos ya juzgados. Las penas pronunciadas hasta ahora han sido poco severas excepto en el caso de una enfermera, Christine Mal¨¨vre, condenada a diez a?os de reclusi¨®n por haber acelerado la muerte de siete de sus pacientes.
Comunicar con el pulgar
El presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac, recibi¨® una carta de Vincent Humbert pidi¨¦ndole autorizaci¨®n para morir, en noviembre de 2002. El muchacho s¨®lo ha podido comunicarse con otras personas a base de presionar con su pulgar derecho. Sus interlocutores le deletreaban las letras del alfabeto y ¨¦l pulsaba en la elegida, hasta formar palabras y frases. As¨ª se redact¨® la carta a Chirac y el libro-testamento aparecido ayer, seg¨²n explica Fr¨¦d¨¦ric Veille, el periodista que recogi¨® el testimonio y elabor¨® el texto publicado en forma de libro atribuido a Vincent.
El ¨²nico aspecto de este caso que se presta a la duda es el comercial: la campa?a de promoci¨®n de la madre, anunciando el libro a diversos medios de comunicaci¨®n, y la muerte programada del hijo dan idea de lo calculado que estaba la difusi¨®n de una obra de impacto seguro, colocada en los anaqueles de las librer¨ªas al precio de 17 euros por ejemplar.
"Mam¨¢, puesto que me quieres, m¨¢tame"
El libro de Vincent Humbert (editorial Michel Lafon) ofrece un desgarrador recorrido por el sufrimiento. Estos son algunos extractos :
"Soy el joven tetrapl¨¦jico que escribi¨® al presidente Chirac para pedirle el derecho de morir y suplicarle que me ayudara. Porque esta existencia m¨ªa desde hace tres a?os no es vida para un joven como yo. Un hombre cuya foto fue difundida por todos los peri¨®dicos. Pero es una foto de antes... tomada en la boda de mi hermano, un mes antes del accidente. Entonces yo era guapo, risue?o, lleno de esperanza. Y el presidente, como todos, s¨®lo ha visto ese clich¨¦".
"Haber alertado a la opini¨®n, haber gritado mi dolor a la gente, mis deseos de no vivir ya m¨¢s lo que vivo y lo que hago vivir a mis seres queridos, me ha tranquilizado. Pero no he logrado nada m¨¢s. Peor a¨²n: todo ese episodio medi¨¢tico [la carta a Chirac], necesario para que por fin arriba se comprenda que hacer durar a gente como yo es un crimen, s¨®lo sirve para aplazar el vencimiento (...) S¨ª, insisto: quiero morir porque no puedo m¨¢s con esta vida de mierda que me obligan a vivir desde mi accidente, no la quiero m¨¢s".
"Estoy muerto desde el 24 de septiembre de 2000, poco despu¨¦s de las 20 horas en una carretera del Eure. Desde ese d¨ªa, no vivo: me obligan a vivir, me mantienen con vida. ?Por qu¨¦, por qu¨¦? No s¨¦. Todo lo que s¨¦ es que soy un muerto en vida, que yo no he deseado esta falsa muerte y a¨²n menos todo lo que soporto desde hace casi tres a?os". "Aqu¨ª en Berck, en este hospital, hay cantidad de chicos solos, de j¨®venes como yo con la vida rota, y de menos j¨®venes sin la felicidad de tener a su madre junto a ellos. Mi madre est¨¢ ah¨ª todos los d¨ªas (...) Me revuelve ver a todos esos pobres muchachos abandonados. Es verdad que somos vegetales, que nuestra vida no volver¨¢ a ser nunca como antes pero, mierda, ?si la gente supiera, si comprendiera que pese a nuestro aspecto dormido, extraviado, nuestro cerebro lo registra todo, lo capta todo!".
(Un enfermo de sida terminal se ofreci¨® a ayudar a morir a Vincent, cuando su caso fue conocido tras la carta a Chirac. Pero la madre le fren¨®. "He hecho una promesa al presidente. Dejaremos pasar seis meses y volveremos a hablar de esto", dice Vincent de su madre).
"Seis meses es largo, cuando se sufre. Pero decid¨ª esperar. El presidente me telefone¨® de nuevo para decirme que iba a ocuparse de mi madre, y que era absolutamente necesario que recuperase el gusto por vivir. Yo no pod¨ªa esperar m¨¢s pero, al final, esos seis meses de pr¨®rroga iban a permitirme preparar mi marcha (...) Mam¨¢, de acuerdo, espero seis meses. Pero en seis meses, pasamos al plan C (..) Yo lo hab¨ªa establecido aquella tarde: quiero morir, que se ponga fin a mis d¨ªas, y la que va a hacerlo es mam¨¢. Mam¨¢, puesto que me quieres, eres t¨² la que va a matarme. Es preciso que lo hagas por mi".
"Mi llamamiento al presidente fue escuchado, pero no bast¨®. Entonces quise este libro-testamento. Quiero que sirva para que las cosas avancen".
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