La fragua del viajero
Para un escritor incansable como el mexicano Sergio Pitol, la publicaci¨®n de sus obras completas no debiera de ser una invitaci¨®n al silencio, sino un est¨ªmulo para seguir perge?ando mundos posibles. Coincidiendo con su septuag¨¦simo aniversario, aparece en Debate Los cuentos de una
vida, una "antolog¨ªa del cuento universal" en la que Pitol selecciona y comenta piezas de Gogol, Joyce, Rulfo, Arreola, Kafka o Carver. Por su parte, el Fondo de Cultura Econ¨®mica publica la entrega correspondiente al escritor de Puebla de los Cuadernos de la C¨¢tedra Alfonso Reyes y, sobre todo, nos regala un primer volumen de obras reunidas que recupera dos de sus primeras incursiones en la novela, disponibles por separado en Anagrama. El ta?ido de una flauta (1971), inspirado homenaje a Broch, Mann, Kafka y los escritores de lengua alemana ofuscados y condenados por su propia condici¨®n de escritores, podr¨ªa muy bien leerse como una mascarada en la que bailan al un¨ªsono distintas personalidades, todas ellas entrelazadas por una trama con doble fondo, como suelen serlo las del elegante escritor poblano. En el marco del Festival de Venecia, una pel¨ªcula japonesa da pie a sugerentes equ¨ªvocos respecto a la identidad del protagonista, Carlos Ibarra, un escritor de papel, amigo del productor mexicano, que asiste al evento y trasunto del escritor real, Pitol, que mueve los hilos de su relato como un maestro de ceremonias, entre sofisticados adjetivos, interrogaciones ret¨®ricas y una configuraci¨®n del relato que favorece a la vez el suspense y el onirismo, revelando la impronta de sus juveniles y fruct¨ªferas lecturas de Borges. El ta?ido de una flauta persigue la esencia de la condici¨®n del escritor, denuncia sus frustraciones, sus trabajos de H¨¦rcules y las paradojas del artista moderno, llegando a convertirse en una f¨¢bula de la creaci¨®n art¨ªstica, de sus t¨¦cnicas y estrategias, deudora de la idea de Val¨¦ry de que la perfecci¨®n es trabajo, y de que el arte es pluridisciplinar por definici¨®n, y la novela un artefacto para re¨ªrse del mundo y jugar a ser Dios: "La forma siempre vence. Cuando no es as¨ª el texto est¨¢ podrido".
OBRAS REUNIDAS I El ta?ido de una flauta Juegos Florales
Sergio Pitol
Fondo de Cultura Econ¨®mica
Madrid, 2003
316 p¨¢ginas. 34 euros
Juegos florales (1982) insiste en la figura del escritor, y en la dolorosa gestaci¨®n de todo libro, ahondando en el proceso de escritura de una novela y en la antigua concepci¨®n del libro entendido como alegor¨ªa de la vida. Se cuentan aqu¨ª las vidas enigm¨¢ticas del escritor Ra¨²l Salm¨®n y de su p¨¢lida esposa Billie, noveladas ad libitum hasta hacer del relato un exquisito gran teatro del mundo, en el que nada es lo que parece y en el que la vida, una vez m¨¢s, se diluye en el matraz de la novela. No deja de resultar ir¨®nico que a Pitol le costara dios y ayuda -quince a?os confiesa el autor en su jugoso pr¨®logo a este primer volumen de sus obras completas- concluir la redacci¨®n de una novela que en definitiva versa sobre el denodado esfuerzo que a su vez le cuesta al escritor frustrado de su ficci¨®n alcanzar cierto logro art¨ªstico. Novelas-de-escritores-escribiendo-una-novela, reflexiones nabokovianas en torno al arte y a la vida, con estimulantes inyecciones de fino humor, una escenograf¨ªa elegante tomada del universo de su admirado Henry James, y p¨¢ginas de diletantismo y cosmopolitismo, de Caravaggio a Gance, de Dylan Thomas a Pevsner. No en vano la historia del maestro Pitol es la historia de un escritor trotamundos, hijo m¨¢s que nunca de sus lecturas, diplom¨¢tico, editor, traductor inigualable de Conrad o Gombrowicz, escritor autodidacta, lib¨¦rrimo y personal¨ªsimo, cuyas novelas m¨¢s tempranas, las reunidas en este feliz volumen de aniversario, demuestran sin asomo de duda que el talento no es cuesti¨®n de edad.
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