Un f¨¢rmaco logra mejorar el estado de un enfermo norirland¨¦s de 'vacas locas'
El joven de 18 a?os recupera ciertas funciones cerebrales y alarga su supervivencia
La lucha desesperada contra la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (la versi¨®n humana del mal de las vacas locas) recibi¨® ayer un atisbo de esperanza en un hotel de Belfast (Irlanda del Norte). El padre y los m¨¦dicos de Jonathan Simms, un joven de 18 a?os que lleva m¨¢s de a?o y medio en estado terminal, relataron que el tratamiento (una inyecci¨®n en el cerebro de polisulfato de pentos¨¢n administrada hace ocho meses) hab¨ªa conseguido que el muchacho no s¨®lo alargase su supervivencia, sino que recuperase ciertas funciones cerebrales.
Los m¨¦dicos insisten en que el medicamento no cura la enfermedad, sino que retrasa su evoluci¨®n. Jonathan Simms contin¨²a en estado muy grave, y necesita de asistencia las 24 horas del d¨ªa. En todo el mundo se han registrado 125 fallecimientos por la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en humanos (123 en el Reino Unido y 2 en Francia). Se sospecha que otros ocho enfermos -entre ellos uno en Espa?a- la padecen. Las cifras y estudios indican que se trata de un fen¨®meno en declive, con cada vez menos casos declarados.
Despu¨¦s de ocho meses de tratamiento el paciente no sufre reacciones adversas, lo que permite deducir que por lo menos el medicamento no es da?ino. En esto el f¨¢rmaco ha demostrado que es mejor que otros intentos para combatir la enfermedad, como el uso de la quinacrina que auspici¨® el premio Nobel Stanley Prusiner, y que se tuvo que abandonar por los da?os que produc¨ªa en el h¨ªgado.
Pero lo m¨¢s importante, seg¨²n ha declarado Don, el padre de Jonathan, es que su hijo sigue vivo despu¨¦s de casi dos a?os de padecer la enfermedad, cuando la esperanza de vida media de los enfermos de la variante humana de la vacas locas no supera los 14 meses. La esperanza de Don es mantener a su hijo con vida hasta que se encuentre una cura para su dolencia.
El pentos¨¢n es un f¨¢rmaco que se usa para combatir la cistitis y como anticoagulante, pero administrado de forma oral o de inyecci¨®n intravenosa. Tambi¨¦n se utiliza para tratar la artritis en perros. El m¨¦todo empleado con Jonathan es mucho m¨¢s agresivo, y consiste en inyectar la sustancia en el cerebro. Este sistema se basa en unos pocos experimentos en animales de laboratorio, en los que el pentos¨¢n retras¨® la aparici¨®n de la enfermedad despu¨¦s de que se les inocularan priones, un tipo de prote¨ªnas defectuosas que son las causantes de la enfermedad.
El padre de Jonathan tuvo que recurrir a los tribunales para que se autorizara el tratamiento, ya que la Agencia del Medicamento brit¨¢nica no lo permit¨ªa. Una juez dio en diciembre del a?o pasado el permiso al considerar que la relaci¨®n entre el posible riesgo para el paciente y su estado lo justificaba. La inyecci¨®n se suministr¨® en enero.
Los cient¨ªficos no saben cu¨¢l es el mecanismo de actuaci¨®n del pentos¨¢n. Un teor¨ªa es que arrastre las placas que los priones forman en el cerebro. Otra, que simplemente ayude a combatir efectos secundarios de la infecci¨®n, como las inflamaciones.
"Hay que intentarlo todo"
La ligera mejor¨ªa de Jonathan Simms, enfermo de la variante humana del mal de Creutzfeldt-Jakob, es "una esperanza" para Rosa Sanz, madre de Javier Monge, el enfermo espa?ol sospechoso de padecer la misma enfermedad. Ella entiende perfectamente que el padre de Jonathan haya pedido que experimentaran el efecto del polisulfato de pentos¨¢n en su hijo. "Cuando tu hijo est¨¢ tan mal, hay que intentarlo todo", sentencia.
Para Rosa el problema es el contrario. "Nadie nos lo ha ofrecido. Se lo he pedido a los m¨¦dicos del hospital 12 de Octubre, pero no quieren", afirma.
Javier, que tiene 31 a?os, lleva tres inconsciente en cama. Enferm¨® despu¨¦s de volver de Inglaterra, donde su familia sospecha que consumi¨® carne de vaca loca.
Rosa cree que Javier ser¨ªa un buen candidato para probar el nuevo medicamento. Su hijo est¨¢ en mejor estado que Jonathan cuando empez¨® el tratamiento. "Javier traga, tose y bosteza, pesa 78 kilos y cuando le quitamos la sonda que usamos para darle de comer parece que descansa. Ahora est¨¢ en el hospital, pero es porque cogi¨® un catarro", afirma.
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