El m¨¦rito de pasar inadvertido
Una ma?ana, Simon Bowers descubri¨® a su empleado Tony Alexander King afeit¨¢ndose en el lavabo del bar donde trabajaban. " Es que en la caravana donde vivo no hay agua". "?Pero vives en una caravana?".
Simon y Tony se hab¨ªan conocido hace dos a?os en el Chicken Shack, un bar en las inmediaciones de la urbanizaci¨®n de Dolores V¨¢zquez. Despu¨¦s, Simon mont¨® un bar, The Simon Arms, en Alhaur¨ªn el Grande y lo contrat¨® de camarero. Cuando le vio afeitarse en aquel diminuto lavabo se apiad¨® de ¨¦l y le invit¨® a alojarse en su propia casa, con su propia mujer y su hijo. Y all¨ª, en el hogar de Simon Bowers, durmi¨® Tony Alexander King, conocido en el Reino Unido como el estrangulador de Holloway, durante 16 meses. M¨¢s tarde, Tony conocer¨ªa a Mariluz Gallego, y meses despu¨¦s ¨¦l se mudar¨ªa a la casa de ella en la conserjer¨ªa de un colegio. "Eso de que Tony es impotente me cuesta mucho creerlo", explica Simon Bowers, "porque durante 16 meses su cama ha estado justo encima de la m¨ªa y yo o¨ªa hacerlo con Mariluz; los o¨ªa a ellos y o¨ªa el colch¨®n". Bowers sostiene que sabe mucho sobre Tony. "Le gustaba tratar a todas las mujeres, viejas o j¨®venes, de forma cari?osa, llam¨¢ndoles cari?o, amor y cosas de esas. Era muy protector de ellas. Las acompa?aba a su casa de madrugada si estaban solas".
Al venir a M¨¢laga, Tony llegaba a una provincia en la que se editan siete semanarios en ingl¨¦s, hay ocho emisoras en ingl¨¦s y abundan los bares para ellos
Simon no sab¨ªa que King no se llamaba as¨ª. Ni que con las manos que cocinaba hamburguesas hab¨ªa estrangulado por las calles de Londres a 8 mujeres
Simon recuerda que por navidades Tony sol¨ªa enviarle su tarjeta de felicitaci¨®n a la madre; que le gustaba reparar coches, y que, aunque practic¨® pesas en Inglaterra, en Espa?a le gustaba mucho m¨¢s dormir que hacer deporte. "A m¨ª me contaba que ten¨ªa un hermano mayor que ¨¦l y que le ten¨ªa miedo porque desde chico le hab¨ªa pegado mucho, pero eso no s¨¦ si ser¨¢ verdad. Lo que s¨ª es cierto es que no se portaba de forma violenta cuando beb¨ªa. Yo nunca lo vi en una pelea", comenta Simon Bowers. "Se est¨¢n diciendo tantas cosas... Que si tomaba coca... eso es mentira. Jam¨¢s tomaba coca. Se lo hubiese notado en los ojos. Con la ex mujer, con Cecilia, ten¨ªa una relaci¨®n amistosa. Tanto ¨¦l como Mariluz han estado aqu¨ª en este bar junto a Cecilia y su actual compa?ero".
Disparar a los conejos
Simon Bowers sabe tambi¨¦n que la Guardia Civil estuvo una vez mucho m¨¢s cerca de Tony de lo que los propios guardias se creen. "Tony cogi¨® una escopeta de aire, que son muy comunes en mi pa¨ªs, y se puso a 500 metros de casa, en el campo, a disparar a los conejos. Y los guardias se presentaron en casa a preguntar por los papeles de la escopeta". Eso fue en el a?o 2001, cuando Simon Bowers conoci¨® a Tony. Para entonces, Roc¨ªo Wanninkhof llevaba dos a?os muerta. "Otra vez a m¨ª me sac¨® a empujones de aqu¨ª", comenta Antonio G¨®mez, cliente del bar, "porque yo estaba borracho y quer¨ªa seguir bebiendo, y entonces fui a denunciarlo a la Guardia Civil, pero con la borrachera yo no sab¨ªa su nombre y al final la denuncia qued¨® en nada". "Cuando nos llam¨® la polic¨ªa para decirnos que lo iban a detener", recuerda un guardia civil de Alhaur¨ªn el Grande, "yo pens¨¦ en otros ingleses metepatas que tenemos por aqu¨ª, que son de los que arman bronca. Pero a ¨¦ste no lo ten¨ªamos catalogado ni como violento ni como nada".
Precisamente son ellos, los brit¨¢nicos de la Costa, los que m¨¢s indignados se sienten con las fechor¨ªas de Tony A. King, por la mala imagen que dan de ellos. Y as¨ª lo reflejan en las emisoras de radio en ingl¨¦s. "Los ingleses que llegaron hace 15 o 20 a?os", comenta la redactora de Onda Cero Internacional, que emite m¨¢s de 20 horas diarias en ingl¨¦s, Jolie Thomasoro, "se quejan de que ya nada es como antes en la Costa. Dicen que cuando ellos vinieron hab¨ªa m¨¢s calidad de vida. Ahora, como la mayor¨ªa de los extranjeros no est¨¢n registrados, no hay dinero para dotar de infraestructuras a estos municipios. Por eso muchos brit¨¢nicos ahora deciden irse a los pueblos como Co¨ªn o Alhaur¨ªn el Grande, al pueblou, como dicen ellos, a vivir m¨¢s tranquilos".
Hay hasta una emisora de radio, como Spectrum, que posee los derechos de emisi¨®n en ingl¨¦s de los partidos del M¨¢laga. "Nos indigna la imagen que se est¨¢ dando de los ingleses como gente muy cerrada, cuando tambi¨¦n hay ingleses que luchamos por integrar a nuestros compatriotas en la sociedad", se?ala Paul Breen-Turner, uno de los locutores de Spectrum.
Tony no tard¨® mucho en integrarse. Lleg¨® a la urbanizaci¨®n Do?a Lola Club, en Mijas, a pedir trabajo como vendedor de viviendas en r¨¦gimen de multipropiedad. Y ah¨ª trabaj¨® durante seis meses, con el traje que la empresa McDonnald Resorts entrega a sus empleados. La polic¨ªa brit¨¢nica, a trav¨¦s de su abogado, le dijo que ser¨ªa mejor que volviese al Reino Unido a someterse a la justicia. Pero ¨¦l se neg¨®. Y entonces la polic¨ªa brit¨¢nica advirti¨® al Ministerio del Interior sobre los antecedentes de Tony Browming. Le dijo que viv¨ªa en M¨¢laga, que su presencia supon¨ªa un riesgo para las mujeres y que se llamaba Tony A. King, gracias a una ley brit¨¢nica que permite cambiar de apellido cuando los delitos por los que se cumpli¨® condena tuvieron en su d¨ªa trascendencia p¨²blica. El subdelegado del Gobierno en M¨¢laga, Carlos Rubio, neg¨® que la Polic¨ªa o la Guardia Civil de la provincia tuviesen constancia de todos esos antecedentes. As¨ª que Tony, en 1998, continu¨® viviendo tranquilamente en la Costa del Sol. Nunca fue investigado por ninguna de las decenas de violaciones que se cometen cada a?o en la Costa. Pasaba inadvertido.
"Tony era un vendedor normal, ni bueno, ni malo. Si hubiese sido muy bueno nos hubi¨¦semos quedado con ¨¦l", se?ala el director de la empresa, Roberto Gonz¨¢lez. A los seis meses se fue a otra compa?¨ªa de multipropiedad al lado de ¨¦sa. "?ste es un trabajo donde se cambia mucho de aires", comenta Gonz¨¢lez, el director de la empresa de multipropiedad en que trabaj¨®.
"Aqu¨ª es casi imposible tener controlados a los delincuentes", se?ala un experto en Delincuencia Internacional de M¨¢laga. "En la urbanizaci¨®n esa donde trabaj¨® Tony King hay casi 200 viviendas. Y en cada una de ellas pasan 52 personas al cabo de un a?o. Y empresas as¨ª de multipropiedad hay decenas y decenas en la Costa del Sol. Y urbanizaciones enteras donde desde el recepcionista hasta las limpiadoras o los jardineros, todos son ingleses. Urbanizaciones como Calahonda, por donde estuvo viviendo Tony King, en donde t¨² entras y la gente toda te mira como diciendo: ?qu¨¦ hace ese t¨ªo aqu¨ª? Todo eso los delincuentes extranjeros lo saben de sobra. Saben que es muy f¨¢cil pasar inadvertido en la Costa del Sol. Y un vuelo ch¨¢rter de ida y vuelta entre Londres y M¨¢laga cuesta s¨®lo 50 euros. El vuelo es de ida y vuelta, pero eso no necesariamente significa que todos regresen a su pa¨ªs".
El estrangulador de Holloway cambiaba a menudo de trabajo. Tan pronto vend¨ªa casas como cuidaba jardines o despachaba copas en un bar. En uno de ellos, en el bar David, a¨²n recuerdan que sol¨ªa aparecer solo o con su hija por las ma?anas, que se tomaba una o dos cervezas y se iba. Una noche se emborrach¨® y tuvieron que echarlo. De vez en cuando acud¨ªa con su amigo Robbie Graham, el brit¨¢nico de 39 a?os amigo de King a quien la Guardia Civil detuvo como presunto encubridor del asesinato de Roc¨ªo Wanninkhof. La juez tuvo que decretar su puesta en libertad porque el delito de encubrimiento hab¨ªa prescrito ya, al haber transcurrido m¨¢s de tres a?os desde la muerte de Roc¨ªo. Graham trabaja en Nerja como vendedor de pisos en r¨¦gimen de multipropiedad. De la relaci¨®n entre Tony y Robie y de su posible papel como encubridor a¨²n no hay nada claro.
Alhaur¨ªn el Grande
El caso es que dando tumbos de un pueblo a otro, ayudado por unos y por otros y por la descoordinaci¨®n entre los cuerpos policiales, Tony lleg¨® tranquilamente a Alhaur¨ªn el Grande. Casa nueva, vida nueva. En teor¨ªa, Tony hac¨ªa una vida familiar. Sal¨ªa con Mariluz y con los tres hijos de ellas de vez en cuando a cenar. El hijo peque?o de Mariluz Gallego, de 10 a?os, recuerda que Tony le compraba o alquilaba las cintas de v¨ªdeos que ¨¦l ped¨ªa. Guarda un buen recuerdo de ¨¦l, aunque no sol¨ªa besarle nunca ni jugar con ¨¦l.
Simon Bowers recuerda que, a ra¨ªz del crimen de Sonia Carabantes, cambi¨® la conducta de Tony. "Estaba como ido, no daba pie con bola. Las hamburguesas nunca las pon¨ªa como se las ped¨ªan los clientes, y con las bebidas le pasaba igual. Lleg¨® con los ara?azos en la mano y me dijo que fue en un accidente con el coche. Me explic¨® que derrap¨®, me cont¨® una pel¨ªcula que no me cre¨ª y ¨¦l se dio cuenta de que yo no me la cre¨ª".
Cecilia Pantoja, la mujer con la que se hab¨ªa casado a?os atr¨¢s y con la que Tony tuvo una hija, tampoco debi¨® creerse la versi¨®n de Tony. Cuando mat¨® a Roc¨ªo Wanninkhof, Cecilia lo vio llegar con la ropa llena de sangre. Y ah¨ª es donde empieza una historia en la que la tan cacareada enemistad entre los miembros de la Guardia Civil y los del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa empez¨® a salir a flote como pocas veces ha salido.
"Por lo visto, Cecilia se lo coment¨® eso a la Guardia Civil, aunque no puso denuncia formal", afirma un agente de la comisar¨ªa de Fuengirola. "La Guardia Civil no debi¨® prestarle mucha atenci¨®n. Y entonces, a ra¨ªz de lo de Sonia Carabantes, la ex mujer vio a Tony con ara?azos en la cara y en la mano. Y le coment¨® a una amiga. La amiga le dijo que lo denunciara y Cecilia no quiso. Da la casualidad de que la amiga de Cecilia es amiga tambi¨¦n de un compa?ero de la comisar¨ªa de Fuengirola. Y se lo cont¨®. Entonces metemos en los ordenadores el nombre de Tony Alexander King y no nos sale nada. As¨ª que el compa?ero fue a la casa de Cecilia, sin saber si ella estaba dispuesta a hablar o no".
Y Cecilia habl¨®. Ella no sab¨ªa el domicilio de su ex marido, pero sab¨ªa el lugar donde trabajaba. Pero el estrangulador de Holloway se sent¨ªa tan seguro en el id¨ªlico laberinto de la Costa del Sol que en ning¨²n momento lleg¨® a hacer un amago de huir del pa¨ªs. Mientras Dolores V¨¢zquez segu¨ªa soportando las acusaciones de asesina, tras haber pasado 17 meses en la c¨¢rcel, Tony A. King continuaba con su vida aparentemente apacible en Alhaur¨ªn. La polic¨ªa inici¨® un seguimiento y finalmente lo detuvo. Ahora Cecilia, seg¨²n indican los agentes, est¨¢ muerta de miedo.
Un cargo policial de M¨¢laga se extra?a de que, en seis a?os, el supuesto asesino de Roc¨ªo y Sonia s¨®lo haya perpetrado dos asesinatos. "Si en el Reino Unido apenas sal¨ªa de la c¨¢rcel comenzaba a delinquir, ?c¨®mo iba a estar tanto tiempo en Espa?a sin hacer nada?". Tony reconoci¨® en su declaraci¨®n que hace un a?o o a?o y medio viol¨® a tres mujeres en la Costa del Sol. Y desde que fue detenido cinco mujeres han acudido a la Guardia Civil para declarar que fue Tony Alexander King quien las viol¨®.
Pero algunas fuentes policiales consideran que dos asesinatos y tres violaciones no es todo lo que el estrangulador de Holloway ha perpetrado durante seis a?os en la Costa del Sol. El citado polic¨ªa de M¨¢laga considera que el juez del primer juzgado de Co¨ªn, Gonzalo Alonso, debi¨® haber permitido a la polic¨ªa continuar el interrogatorio. "Lo que pretend¨ªamos era que cantase todo lo que ha hecho. Le dijimos al juez que no le ¨ªbamos a preguntar de los casos de Roc¨ªo y Sonia, porque eso lo llevaba la Guardia Civil, pero que nos dejasen interrogarlo sobre otros posibles delitos. Aqu¨ª se ha hablado mucho de Roc¨ªo y de Sonia. ?pero qu¨¦ ocurre con tantas extranjeras desaparecidas a la que nadie reclama?", se pregunta la citada fuente.
Punto sensible
"Nosotros est¨¢bamos interrog¨¢ndole en el buen camino", contin¨²a el polic¨ªa malague?o. "Se hab¨ªa derrotado en seguida con lo de Carabantes. Tard¨® algo m¨¢s con lo de Roc¨ªo. Y ahora ¨ªbamos a averiguar en qu¨¦ momento sol¨ªa actuar as¨ª. Todo el mundo tenemos un punto sensible, un punto en el que nos derrotamos y empezamos a cantar y lo confesamos todo. Es cuesti¨®n de instinto dar con ese punto. Pero el juez no quiso que continu¨¢ramos nuestro trabajo".
Fuentes de la Guardia Civil lamentan que los polic¨ªas se metieran en una investigaci¨®n que ellos ven¨ªan trabajando. "Ahora la Polic¨ªa quiere hacer ver", comenta una fuente de la Guardia Civil, "que hab¨ªan investigado a los maltratadores de la zona y que andaban con la mosca detr¨¢s de la oreja, cuando la ¨²nica verdad es que recibieron un soplo, y, sin encomendarse a nadie, lo detuvieron".
"La suerte hay que buscarla", esgrime un polic¨ªa de la comisar¨ªa de Fuengirola, donde se tramit¨® la declaraci¨®n de Cecilia Pantoja. "Los guardias civiles no tienen apenas contacto con los ciudadanos. Y nosotros invertimos mucho tiempo en eso. De vez en cuando recogemos los frutos. Pero colaborar con ellos es imposible. Ya se intent¨® en su d¨ªa hacer algo en colaboraci¨®n cuando se investig¨® la muerte de Roc¨ªo Wanninkhof, pero ellos dijeron que enviaban a su gente desde Madrid y ah¨ª se qued¨® la cosa".
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